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RECETA DE CALABAZA. ESE SÍMBOLO DE INTELIGENCIA.


Me encanta cocinar calabaza en este tiempo, de todas las maneras: dulce, salada, en guisos o en solitario. Por eso, cuando mi amigo Fran me trajo unas cuantas de su huerto hace poco, me hizo lo que para mí es un gran regalo. 

También me gusta conocer sobre los ingredientes que utilizo y casi siempre, cuando me doy a esa investigación, acabo fascinada con las historias que rodean a los alimentos, sobre todo cuando son tan cotidianos que nos pasan desapercibidos en su riqueza simbólica.

Pero lo que más me gusta, sin duda, antes incluso de indagar y llenar mi mente de lo que estudio, es hacer lo que podríamos llamar “un ejercicio del hombre silvestre”, o más actualizado si se quiere, lo que es mirar con el disco duro en blanco, sin contaminar, para observar qué me dicen los colores, las formas, las maneras de desarrollarse o de crecer de los alimentos, estos aliados tan vitales de nuestra existencia.

                        

Es un ejercicio fabuloso, incluso cuando lo saco del ámbito de los alimentos y lo practico frente a las noticias que me llegan o los temas más candentes del mundo. Me planto frente a ellos con la mirada silvestre y…Simplemente intento pensar.

Porque somos una especie gregaria, que corremos el riesgo de atrofiar nuestro libre pensamiento. Porque tenemos necesidad de formar parte de un grupo, algo que genera en nuestras sociedades hiper-informadas, una especie de ley de economía del razonamiento, algo canalla, la verdad, que nos lleva a no pensar y simplemente aceptar lo que nos dice el grupo de referencia que ya ha pensado por nosotros.

Así no es extraño que religiones, partidos políticos, grupos de poder, filosofías incluso, se constituyan en pensadores oficiales de nuestras mentes, para manejarnos fácilmente, como maneja el perro ovejero al rebaño, incluso en ausencia del pastor.

No sé vosotros pero yo, en la cocina como en la vida, prefiero hacerlo a que me lo den hecho, así que eso es lo que hago, ser un poco más silvestre. ¡Hay tantos temas! Y no es difícil una vez se empieza. A veces ayuda un simple “cui bono”.


En cuanto a las calabazas son para muchas sociedades africanas, que consumen sus semillas, símbolos de inteligencia. Sin embargo, para otras sociedades son justo lo contrario, símbolos de inutilidad y de estupidez. Estas últimas se refieren generalmente, no a la calabaza completa, sino a lo que queda de ella después de extraerle la carne y sus semillas, es decir, al recipiente hueco que suele colgarse como ornamento. 
Para los taoístas sin embargo, es símbolo de inmortalidad.

Esta receta se llama: Calabaza all i pebre y es una receta popular.


Ingredientes:

Un cuarto de kilo calabaza (ya limpia y troceada)
Tres tomates maduros
Cuatro dientes de ajo
Perejil (en este caso, una cucharadita en seco)
Una cebolla
Una cucharadita de pimentón dulce
Aceite de oliva virgen extra
Sal

Así procedemos:

Troceamos la calabaza en pequeños dados y freímos en una cazuela de barro, con un poco de aceite de oliva virgen extra.


Cuando está hecha, sacamos la calabaza de la olla y reservamos. En el mismo aceite, freímos ahora la cebolla cortada en brunoise, así como dos de los ajos, muy picaditos.


Cuando la cebolla transparenta añadimos los tomates troceados y dejamos cocer, añadiendo el perejil, hasta que la salsa quede hecha.


Entonces añadimos de nuevo la calabaza que teníamos reservada y los restantes dientes de ajo, en una picada de mortero.


Sazonamos y condimentamos con el pimentón. Cubrimos de agua y dejamos cocer a fuego moderado, hasta que el guiso quede espeso, como una salsa.


El grado de reducción será a nuestro gusto. Por ejemplo, yo hice dos platos con esta preparación: el primer día, lo tomamos a modo de guiso caliente. 


Delicioso para el frío. 

Al día siguiente, con lo que me sobró, hice lo siguiente:

Puse el preparado, algo escurrido, en una sartén con una cucharada de aceite y cuando estaba bien caliente, añadí tres claras de huevo.


Después de unas cuantas vueltas, las claras habían cuajado y entonces, añadí las yemas e inmediatamente apagué el fuego, removiendo y dejando que se hicieran con el calor residual. Así es como suelo hacer los revueltos y os aseguro que salen muy buenos.


Esta especie de revuelto lo serví con pulpo cocido, condimentado con pimentón picante y un toque de sal gorda.


Verdaderamente una idea genial. Tradición e invento se enriquecieron mutuamente.


Y de los sabores os podéis hacer una idea, aunque mucho mejor es si os animáis y los probáis personalmente. Seguro que os gusta.

Hasta pronto.

Comentarios

  1. Excelente, tanto la receta de calabaza como la recomendación a hacer las cosas por uno mismo. Y muy rica la última sugerencia de aprovechar el sobrante para preparar es combiando con el pulpo, está para chuparse los dedos

    Muchas gracias y un saludo

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    1. Buenos días fisquero y gracias de nuevo por tu visita y comentario.
      La verdad es que cuando cocino con calabaza, me gusta gastarla entera, para no dejar luego restos por la nevera, así que cocino bastante cantidad. Por eso, no está mal tener recursos para usar, por ejemplo este plato, de dos formas distintas y la idea del revuelto queda realmente muy rica, pruébala si puedes y verás que te gustará.
      Espero que tengas un buen día.

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  2. Una entrada magnífica Viena, cuánto tiempo sin pasar por tus fogones.
    El aborregamiento es un desperdicio en la sociedad, pero me gusta cómo lo explicas, sin alzar la voz pero haciendo pensar. Los exaltados tampoco me caen bien...al final, también quieren borregos para conseguir sus fines.
    Me dejo de filosofías mañaneras :) y quiero que sepas que te tengo presente en mi cocina, el paneer sigue siendo preparación semanal para mis desayunos.
    De la receta solo te puedo decir que me ha encantado, en plan cuchareo y con ese pulpo...excelente !!

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    1. Querida Nuria, compartimos esa idea de los exaltados, al final son los mismos perros con distintos collares para nuestra mente y fíjate que estamos en tiempos de exaltación, de bandos y bandas y aunque es cierto que a veces, dan ganas de gritar muy alto, sobre todo para decir NO, creo que también me caen mejor las voces suaves y susurrantes, como tu dices, me hacen pensar mejor.
      Bueno, cómo me gusta que me cuentes lo del panir, ves? Son esas cosas buenas de la Red, que nos unen más allá de la distancia y de las ideas. Ahí me imagino que algunas veces coincidimos a la misma hora escurriendo nuestro queso en nuestra cocina o tomándolo tranquilamente.
      Me gusta mucho que vengas y poder compartir todo esto.
      Un abrazo.

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  3. Viena, sabes que a mi la calabaza me encanta? Y esa que utilizaste es mi favorita! Se ven muy ricas tus recetas y las voy a probar muy pronto pues tengo unas cuantas calabazas en mi huerto. Saludos.

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    1. Prieta buenos días. Qué bien que tengas calabazas de tu huerto. Este año yo las tengo de regalo, que tengo un amigo que tiene una gran superficie plantada de calabazas y boniatos y muy ricos, pero yo no planté, porque los perros no me dejan títere con cabeza en el huerto y al final no me animé, pero me encanta tener la repisa de mi cocina llena de calabazas, para ir gastándolas poco a poco durante el invierno.
      Prueba estas recetas, porque seguro que te van a gustar.
      Gracias por venir y un beso grande

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  4. Hooola mi queridisima Viena!! que gusto estar de vuelta y poder visitar a la gente que más quiero...
    A mi me encanta la calabaza, de hecho, la crema de calabaca y zanahoria es mi favorita (ahora me doy cuenta que no sé por qué nunca lo publiqué jaja).
    Me encanta esta receta, además es 2 x 1, tiene que estar delicioso...
    besitos

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    1. Querida Gaby, para mi si que es un placer verte por aquí, después de tanto tiempo. No sé por qué, no se actualizaba tu blog en mi blog, ahí en la columna de la izquierda en donde te tengo como favorita. Ahora veo que si, que se ha actualizado.
      Seguro que tu crema de calabaza será extraordinaria en tus manos, yo también la hago con zanahoria, eso acentúa ese maravilloso anaranjado de estos alimentos.
      Muchas gracias por venir y dejar tu comentario. Seguimos en contacto.
      Un beso grande

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