Hoy la receta que nos va a dar pie para hablar de Francia,
será la de estas crepes de puerros, o crêpes
aux poireaux, como se diría en
francés, una preparación bastante popular entre nuestros vecinos, de la que
existen múltiples variantes, no en vano, Francia es el país europeo que más
puerros produce y consume.
Durante muchos años, el turismo francés era el que más frecuentaba
nuestros veranos. Franceses y suecos, eran prácticamente los únicos extranjeros
que los niños, durante los años 60 y 70, estábamos acostumbrados a ver pasear por
Torrevieja.
Los suecos eran unos turistas pudientes, acomodados, tanto
que se hicieron con colonias enteras en las mejores playas, urbanizaciones
construidas para ellos, que pasado el boom turístico, dejaron abandonadas a su
suerte, sin reclamarlas nunca más.
Por el contrario los franceses, eran más bien pertenecientes
a un turismo modesto. Viajaban con sus rancheras, cargados de todo tipo de
enseres, alquilaban una casita y pasaban todo el verano con muy poco gasto.
Los más emprendedores, se hicieron con algunas casitas que
rápidamente amortizaban, pues por aquel entonces, en Torrevieja, era
prácticamente más barato comprar, que alquilar.
Pues bien, una de estas familias, los Sres. Mira, fueron
durante muchos años, nuestros vecinos de veraneo.
Aunque durante todo el verano intercambiábamos meriendas y
aperitivos, sobre todo los niños y de modo informal, tanto la Sra. Mira como mi
madre, disponían de un día durante el mes de Agosto, para organizar un gran
banquete. Ese día, ambas tenían la oportunidad de desplegar sus mejores artes
culinarias. Un día se hacía en casa de los Mira y otro día, a la semana
siguiente, en nuestra casa.
Así comí por primera vez el cuscús que la Sra. Mira bordaba
y que había aprendido durante los años que estuvo viviendo en Argel. Probé los
caracoles hechos a la forma francesa, no con las salsas de tomate con las que
estaba acostumbrada a comerlos cuando los hacía mi abuelo, sino con todo ese
glamour con que los franceses tratan estos bichitos.
Probé las masas quebradas que Lucile hacía de maravilla, los
erizos o las sardinas a la parrilla, hechas de una forma muy peculiar. Probé
las crêpes, cuando no sabía lo que eran las crêpes… Y me gustaron.
Ellos en compensación, tuvieron la ocasión de probar las
mejores paellas, tortillas, ensaladillas, calamares rellenos, guisados y
cocidos oriolanos, que mi madre supo hacer.
Eso era intercambio cultural, eso era amistad e integración
europea, incluso cuando España se decía por ahí arriba que era más africana que
europea. Los Mira y los Tafalla, compartiendo una enorme sandía o celebrando la
llegada del hombre a la luna.
Cuando por fin mis padres se decidieron a visitar a los Mira
en su casa de Francia, se cerró el círculo cultural de aquel intercambio que
nos hermanaba para siempre.
Debimos celebrarlo con un Pastis, aunque yo no tenía por
entonces edad de probar el alcohol. Pero me llamaba tanto la atención aquella blanca
y aromática bebida que el Sr. Mira tomaba, que hasta hoy me llegaron las ganas
y mira por donde, ahora tengo la oportunidad de desquitarme un poco, hablando
sobre ella.
¿Sabéis algo del Pastis? Mirad qué interesante.
Sus antecedentes se ubican en Francia, a finales del s.
XIX. Un elixir procedente de Suiza,
llamado Absenta y apodado indistintamente “Hada verde” o Diablo verde”, se hace
popular en París. El motivo de su popularidad es que comienzan a tomarlo los
artistas de la época, achacando a sus poderes alucinógenos, ciertas de sus
actitudes, tanto artísticas, como excéntricas.
Artistas como Baudelaire, Manet, Picasso, Hemingway o Van
Gogh, eran en un siempre París rebosante, consumidores de absenta. Fue según la
leyenda, bajo sus efectos, que Van Gogh en 1888 se cortó el lóbulo de la oreja,
para entregársela a una prostituta.
Sea como fuere, la absenta que estaba hecha de ajenjo, fue prohibida en 1915 y durante algunos años,
Henri-Louis Pernod, dueño de la primera
y más famosa destilería que la elaboraba, tuvo que dedicarse a otros
menesteres, pues la absenta y todas las bebidas con anís en su fabricación,
serían eliminadas de los cafés y bistrós de aquel entonces.
Mientras tanto, los agricultores de los pueblos
vitivinícolas, sobre todo en Provenza, elaboraban unas bebidas originales, a
base de hierbas y anís, que recordaban bastante a la absenta.
Una de estas recetas, llegó a manos de Paul Ricard, que en
el año 1932, cuando se autorizaron de nuevo las bebidas con base de anís,
comenzó a producir el que se bautizó como Pastis, y lo hizo en efecto, como un
sustituto de la absenta, a la que la fórmula
recordaba mucho.
A partir de 1951, la mayoría de antiguos fabricantes de
absenta, empezaron a fabricar Pastis, coronando sus botellas con etiquetas que
recordaban sin duda a la antigua bebida maldita, que no obstante, tanto añoraba
el pueblo.
Desde entonces, el Pastis se ha convertido en el aperitivo
francés más extendido y apreciado, hecho a base de anetol, una esencia de anís
que se obtiene de la destilación del anís estrellado o de semillas de anís,
hinojo o estragón. También lleva raíz de regaliz, un ingrediente exigido por la
ley, así como hierbas provenzales, todo ello, macerado en alcohol y agua.
Es una bebida refrescante, que los franceses toman al modo
en que nosotros tomamos la cerveza. El pastis se toma siempre rebajado con agua
muy fría, aunque no hay que ponerle hielo, según los entendidos.
Y bueno, nos hemos acercado un poco más a nuestra vecina
Francia. Hablar de sus especialidades culinarias nos podría llevar meses, sino
años, así a bote pronto me vienen: los panes, cuya máxima expresión es la
baguette, los quesos variados y magníficos que tiene, la mantequilla, sus
mariscos y pescados, sus sopas, patés, terrinas, su foie gras, sus embutidos y
un enorme etc. Sin olvidar sus bebidas, que además de los excelentes vinos o del
Pastis, otras tiene que nos evocan a Francia sin remedio, como lo son el cognac
o la más universal y seguramente cotizada, como lo es el champagne.
Pero de todo eso, hablaremos en otra ocasión. Ahora es
momento de abordar la receta.
Ingredientes:
Para las crêpes:
Un vaso de leche
Un huevo entero más una yema
100 g. de harina de trigo
Una pizca de sal
Un poco de mantequilla para engrasar
Para el relleno:
30 g. de mantequilla
Dos cucharadas de aceite de girasol
Dos o tres ajos puerros
100g. de queso rallado al gusto
Sal, pimienta y nuez moscada
Lo primero que haremos es preparar la masa para las crêpes.
Para ello, ponemos en un bol, la leche, las dos yemas de huevo y una clara, la
pizca de sal y la harina y mezclamos todo muy bien, dejando reposar durante al
menos, media hora.
Una vez fundida la mantequilla, añadiremos los ajos puerros
cortados en finos aros. Primero dejaremos a fuego fuerte, pero al cabo de un
minuto, bajaremos a fuego lento.
Salpimentamos y añadimos a nuestro gusto, una pizca de nuez
moscada recién rallada. Tapamos y dejamos pochar lentamente, hasta que los
puerros estén muy tiernos.
Luego procedemos a preparar las crêpes. En una sartén que no
se pegue, engrasada muy ligeramente con mantequilla, echaremos la cuarta parte
del preparado de crêpes. Haremos cuatro tortillas por tanto.
Una vez tengamos las cuatro crêpes, las vamos rellenando,
colocando en el centro de cada una de ellas, la cuarta parte de los puerros
pochados.
Colocamos estos paquetitos en una bandeja de horno y echamos
por encima el resto de queso rallado que nos haya quedado.
Introducimos en el horno precalentado, durante cinco o diez
minutos, hasta que veamos que el queso se ha derretido.
Sacamos del horno y servimos acompañados de una ensalada,
sin olvidar los pequeños crujientes que el queso habrá formado en la bandeja
del horno.
Os aseguro que es un plato delicioso, de los que se hacen en
15 minutos y que constituyen una comida de lo más saludable.
Irresistibles
¿Eh?
Me ha encantado la entrada de hoy Viena, porque he compartido recuerdos mientras iba leyendo. Cuando tenía unos siete años fuí por primera vez a Francia, a casa de unos tíos que tenían un restaurante afamado en aquella zona donde vivían.
ResponderEliminarY descubrí mucho de los sabores que describes....tan ricos y tan distintos a los nuestros.
Por cierto, tengo en casa una jarra de Ricard desde entonces, bebida que me llamó la atención porque la bebían continuamente. A los niños nos dejaron probarla, rebajadísima de agua, imaginate.
Tus crêpes, riquísimos,y como una vez a la semana caen en casa, los míos los haré así esta vez.
Besotes, mi niña, un gusto como siempre pasar por tu blog.
Gracias Nuria por tu comentario. Seguro que esos recuerdos te llevan hacia días muy felices, parece que entonces el mundo era todo descubrir, todo aventura y la verdad que Francia, el extranjero en general, era de verdad una gran aventura.
EliminarMe alegro de compartir contigo algo de aquellos tiempos. Un beso grande.
Viena, qué entrada más bonita y llena de recuerdos...
ResponderEliminarMe ha encantado!
Besos,
Aurélie
Gracias Aurélie, me alegro de que te haya gustado. Un beso.
EliminarQué buena historia, Viena y qué buenas anécdotas. En los años que, prodríamos llamar "de pana", no se veían muchos extranjeros en España es cierto, y en Castilla, menos todavía. Una vez, de niños, pasamos la noche en un hotel de Aranda de Duero, con mis padres. Yo debía tener como cinco o seis años y es la primera vez que ví unos franceses, cenando en el hotel y hablando una jerga que, para mí, era incomprensible. Mi hermano y yo, fascinados, fuimos hasta su mesa, con la boca abierta, colgando como dos palmos, a escucharlos hablar. Ja ja.
ResponderEliminarTu receta, magnífica. Hasta puede que pruebe a hacerla. En cambio, el Pastís no es bebida de mi devoción.
Un abrazo
Venga, a ver si por fin consigues hacer una receta de las mías y te sale buena jejeje.
EliminarMadre mía lo que ha cambiado todo desde aquellos días verdad? Entonces éramos amigos de los extranjeros, nos gustaban, los admirábamos. Fíjate luego todo lo que ha llovido.
Bueno, me alegro de que compartiéramos en cierta forma aquellos tiempos.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho lo que has contado de los veranos de tu niñez, y que hallas compartido esta receta que seguro que esta igual de buena que la sra, mira.
ResponderEliminarsaludos
Anabel gracias por tu visita. Aquellos veranos quedarán siempre en la memoria, eran muy intensos. Seguro que también tú tienes recuerdos de ese tipo, tan intensos que perduran para siempre.
EliminarUn abrazo.
Fantástica entrada, Viena! A mi me encantan las crepes y los puerros no se diga. Me fascino todo lo que nos cuentas. Tienes una manera muy entretenida de escribir que cautivas mi atención completa y me transportas a lugares fascinantes. Gracias por compartir, seguro preparo esta receta. Besos.
ResponderEliminarGracias Prieta por los piropos sobre mi forma de escribir, viniendo de ti, una verdadera escritora es todo un halago.
EliminarTe gustará esta receta, además tiene eso que tanto se valora, que es que resulta muy fácil de hacer y rápida.
Para el verano es una preparación ideal y encima es que está riquísima. Ya lo verás.
Un abrazo
Amiga Viena:
ResponderEliminarComo sabes tengo algunos – uno nuevo , por si era pocos- blogs y si bien con el de los libros y el de La Tana, a pesar de que me ocupan muchas horas, no tengo problema, con los otros me atasco bastante.
Esta tarde, como no sé por dónde empezar, me he dicho voy a visita el blog de Viena, a ver por dónde sale después de los festivales culinarios que organiza con cursos de paella que, por lo que vemos en las fotos, nos hubiera encantado participar.
Boquiabierto me he quedado después de repasar tus agudos artículos sobre Francia, con recetas que nos haces salivar y ya pensando en ver a quién convencemos para que se anima a prepararlas…
Y es que siempre consigues asombrarnos con tus narraciones y enfoques gastronómicos, subiendo nivel y demostrando, a los que te seguimos, que siempre hay camino para avanzar.
Un saludo,
Sebastián Damunt
PD. La Pissaladière se ve muy apetitosa, pero los Crêpes de puerro… ¡tremendo!
Sebastián, tú si que me sorprendes con esa prolijidad a la hora de hacer blogs. ¡Otro blog! Y por lo que he visto, tan hermoso como los demás, estaré por allí echando un vistazo de vez en cuando, a ver qué nos tienes que contar.
EliminarTienes que conseguir que te hagan estos platillos, son ricos y evocan aquellos veranos, cuando los franceses, que seguro que también tu recuerdas.
Un abrazo y gracias por venir.
Que buenas esas crepes de puerros... reconozco que tengo fascinación por las crepes vegetales, aunque no tengo sartenes adecuadas y cualquier ataque creperil acaba en tragedia romana aderezada con trozos de crep pegados por todas partes :)
ResponderEliminarEl Pastis no lo conozco... curiosa historia la que tiene!
Estoy EnLaLuna si te gustan las crepes, no te pierdas estas, están de muerte, de verdad y son muy fáciles de hacer.
EliminarYo tengo una sartén solo para las crepes, que no es la que sale en la fotografía, pero es que me compré hace poco esa que se ve y es fabulosa, no se pega nada de nada, es de piedra. Míralas, están ahora como de moda, es lo último que ha salido y la compré para probar y de verdad que son fabulosas, no se pega nada de nada, ni se ralla, ni nada. Una maravilla.
Un beso.
Ay, madre, cuando me traigan mi horno eléctrico lo voy a gastar en dos días con la de cosas que quiero hacer en él. Esta puntilla que has puesto a los crepes me ha encantado, hay que probarla...
ResponderEliminarAhora mismo este tipo de platos me dan una morriña inmensa, ahora que me he ido lejos...
Un besote.
Bueno Su, siempre tendrás la cocina, que es un buen lugar para evocar tiempos, lugares y personas, al menos a mi me pasa, a través de platos y sus aromas, cuántos recuerdos rescato.
EliminarYa probarás estos crujientes de queso, verás que cosa más buena.
Un beso grande y gracias por venir.
Lila, aquí estamos siempre, para cuando tu quieras, tarde o temprano jajaja.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Un abrazo.
Hola Viena,
ResponderEliminarhe hecho este plato hoy mismo, para cenar, y estaba riquísimo. Rápido y fácil de hacer...a mí marido le ha encantado! En vez de usar harina de trigo, he usado de espelta, pero estaba igual de bueno.
Un besito!
Yasmina, me da mucha alegría cuando alguien me dice que ha hecho la receta y le ha gustado. Como habrás comprobado, es fácil y en un momento tienes una cena de lujo.
EliminarSiento curiosidad por cómo quedan con harina de espelta. Yo estoy experimentando ahora otras harinas, pero sin gluten, la espelta sí tiene gluten. Creo que usamos demasiado trigo y no está mal ir experimentando otras fórmulas.
Gracias por tu comentario y un beso.
La harina de espelta nos gusta mucho en casa, pero es verdad que el trigo es la variedad más usada. También nos gusta mucho la de garbanzos o las harinas integrales.
EliminarSi haces alguna receta con estas harinas con las que estás experimentando, nos dudes en subirla, por fi...
Besos.
Qué bonita historia, la verdad es que me encanta esos intercambios, es increíble pero creo que uno no agotará nunca el conocer nuevos platos de otras latitudes, eso me encanta. Adoro el puerro, Viena, y como has presentado estas crepes es un lujo qué bonito plato.
ResponderEliminarMuchos abrazos
Gracias Claudia por tu comentario. Es cierto que es imposible abarcar tantos platos, tanta cultura encerrada en tantos países y lugares, para mi es como un viaje, adentrarme en estas historias y en esta vida rica de la diversidad.
EliminarUn abrazo
¡Cómo me gustan tus historias!
ResponderEliminarConviertes cualquier entrada en una invitación a compartir momentos íntimos, que los que te conocemos un poco disfrutamos mucho.
He viajado en la memoria a aquella Torrevieja de finales de los 60 y comienzos de los 70 que conocí de la mano de mis padres cuando íbamos a pasar esos domingos calurosos de verano.
No tuve la suerte de comer otra cosa que no fueran los filetes empanados y la tortilla de patatas. Pero ahora aprovecharé para vengarme y hacer estos deliciosos crêpes de puerros.
Un montón de besotes, que hace tiempo que no te mando ninguno y me tengo que resarcir.
Carlos, de Vegetal... y tal
http://vegetalytal.com
Carlos qué alegría me da verte por aquí, es verdad que hace mucho que no me mandas besos, así que los recojo todos e intentaré administrármelos hasta que vuelvas por aquí.
EliminarMe alegro de que hayamos compartido aquellos tiempos de Torrevieja, eso nos hace un poco cómplices verdad?
Como cómplices nos hace ahora compartir recetas, a ver si haces estas crepes, que de verdad están bien ricas y ya me contarás.
Un beso grandote.
Buenos días Viena:
ResponderEliminarComo siempre una delicia leerle.
Que pase buen día a pesar del gobierno.
Saludos
Muchas gracias Apicius, por su comentario y por su visita.
EliminarEsperemos pasar buenos días.
Un abrazo.
He llegado a tu blog desde vegetal y tal ¡y me ha gustado mucho!,
ResponderEliminarUna entrada muy interesante e instructiva , me voy a poner a leer más.
Un beso
Bienvenida a este espacio Sandoa. Si vienes de Vegetal y tal, vienes de un buen sitio, el amigo Carlos es un crak y mi vegetariano favorito.
EliminarGracias por tu comentario y tu visita.
Un abrazo
Querida Puri:
ResponderEliminarContinuas siendo ESPECTACULAR¡¡¡ Y casi eres mejor escritora que cocinera, pero solo casi¡¡¡ :-)
Te echo de menos, hace ya tanto tiempo que no nos vemos y no nos reimos juntos, casi el mismo que no puedo cocinar al nivel que me gustaría, pero ya habrá tiempo para todo en el futuro, ahora hay otras prioridades... :-)))
Bueno un beso enorme de mi parte y otro de parte de Nieves.
Fernando
PD: Prometo llamarte pronto... :-))) Mi nuevo correo es: f.iborra74@gmail.com
Y por supuesto que voy a realizar esta receta en cuanto pueda...
Eeeyy Nando: Qué alegría verte por aquí. Yo también te echo mucho de menos y no sólo yo, no sabes las veces que durante la clase de los jueves te mencionamos, que si a Nando le encantaría esto, que si cuando vendrá Nando, y Nando por aquí y por allá, a ver si de verdad me llamas un día y me das una alegría, diciéndome que me traes a esa pequeña para que la conozca, que a este paso, va a dejar de ser pequeña hombre.
EliminarTomo nota de tu correo, seguro que lo usaré pronto.
Un beso grande a Nieves y a los niños y otro especial para ti, con mucho cariño, ya lo sabes.
Bienvenida nessa y gracias por tu comentario. Pasaré a ver tu blog en cuanto tenga un ratito, naturalmente.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri, ¿yo de vacaciones cuando tú publicas esta receta? ¡Casi me la pierdo! ¡Eso no puede ser! Sabes que es una receta muy a mi gusto, sencilla, resultona, ligera y saludable. No dudes que los voy a hacer. Además, los puerros de me encantan, me parece un relleno perfecto.
ResponderEliminarEn cada entrada nos sorprendes con tus historias. Esa relación son los Sres. Mira seguro que os enriqueció muchísimo, a tus padres y a tus hermanos y a ti.
No abuses del Pastis, que el alcohol no es bueno...
Un beso grande grande, mi niña.
Así que de vacaciones Laurita, pues espero que disfrutes mucho y descanses. Es verdad que la experiencia con los señores Mira fue enriquecedora, me acuerdo bastante de ellos y sobre el pastis, te digo como decía Paracelso: todo es veneno y todo es medicina, es una cuestión de cantidad.
EliminarUn beso grande chiquitita