Dicen que hay tantas tartas Sacher como pasteleros las realizan, aunque también dicen, que nadie, pero absolutamente nadie, ha podido igualar el sabor de aquella original hecha por el joven Franz Sacher.
Este delicioso pastel, caracterizado por un bizcocho de chocolate suave y compacto, un toque de mermelada de albaricoque y su brillante cobertura, se ha convertido en todo un clásico y desde luego, en un símbolo de la pastelería vienesa.
La receta que os traigo, pertenece al libro: “Pasión por el chocolate” de Adriana Ortemberg. Un libro espléndido, con fotografías preciosas, aunque con algunas imprecisiones en las recetas.
Quizás sea cosa de la traducción. Justo ayer en la clase, comentábamos estas anécdotas sobre traducciones y erratas y me enteré de una bien curiosa que atañe al famoso cuento de Cenicienta. Resulta que según me contó Ansel, el texto original hablaba de unos zapatos, no de cristal, sino de cuero y bueno, la traducción en francés llevó a confusión por el parecido de ambas palabras, ya que mientras cuero es “vaire”, cristal es “verre”.
Una confusión que ha resultado ser fantástica para un cuento de hadas, aunque me temo que en el caso de la repostería, como en poesía, que decía Don Pablo Neruda, estos errores llevan al desastre. Que no es lo mismo: “Besos, lecho y pan”, que: “Besos, leche y pan” y así unos cuantos “dolores” que nos explicaba el gran poeta en un artículo titulado: “Erratas y erratones”.
En fin, cuidado que hemos de tener y experimentación, notas al margen de nuestros libros, correcciones, mejoras. Yo les pongo incluso nota a las recetas: un 9 para el Mousse de frambuesa, mientras que solo un 4 para el Cheesecake de chocolate blanco, claro que quizás sea porque el chocolate blanco que nos venden en el supermercado es pésimo para fundir, pero bueno, todo esto, hay que ir anotándolo en nuestros libros.
Y retomando la receta, con mis propias correcciones, ahí va:
Ingredientes:
150 g. de chocolate Nestlé postres.
5 huevos
120 g. de mantequilla a temperatura ambiente
150 g. de harina
20 g. de azúcar blanco
120 g de azúcar glas
Unas gotas de esencia de vainilla
Un chorrito de Ron
Mermelada de albaricoque al gusto.
Para la trufa:
200 g. de chocolate Nestlé postres
200 ml. De nata
Para la cobertura:
150 g. de chocolate Nestlé postres
150 g. de mantequilla a temperatura ambiente
30 g de almíbar
.....
Lo primero que haremos será fundir el chocolate al baño María.
A continuación batiremos la mantequilla a temperatura ambiente, con el azúcar glas y una cucharadita de esencia de vainilla.
Añadiremos las yemas de huevo, una por una, integrando cada vez.
Después de añadir todas las yemas, añadimos el chocolate fundido e integramos con el resto de la masa.
En el siguiente paso, batimos las claras a punto de nieve y cuando las tenemos, le añadimos el azúcar blanco, batiendo un poco más.
Ahora mezclaremos poco a poco la harina con la masa del chocolate, así como las claras a punto de nieve que incorporaremos con movimientos envolventes.
Una vez tenemos bien mezclado el compuesto, forramos, engrasamos y enharinamos un molde para tartas y colocamos la mezcla dentro del mismo, alisando con espátula si fuera necesario.
Horneamos a 180 grados más o menos, hasta que, pinchando el bizcocho, veamos que está hecho, manteniendo cierto grado de humedad.
Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Cuando el bizcocho está frío, le haremos dos cortes longitudinales, obteniendo tres láminas bastante finas que empaparemos a nuestro gusto, con un almíbar ligero aromatizado con un toque de ron.
El almíbar lo haremos con 200 ml. De agua y 150 g. de azúcar. Dejamos hervir un par de minutos y cuando esté templado, le añadimos 2 o 3 cucharadas de ron.
Bien, procedemos ahora al montaje de la tarta:
Como hemos dicho, tenemos tres círculos bastante finos y ponemos una primera base y la humedecemos con el almíbar. La untamos con mermelada de albaricoque y sobre esa base, colocamos la siguiente lámina de bizcocho y repetimos la operación.
Una vez tengamos la tercera y última base puesta y bañada en el almíbar, la dejaremos reposar en la nevera durante un rato.
Mientras tanto, vamos a preparar el trufado.
Ponemos la nata en el fuego y cuando empieza a hervir, la echamos sobre el chocolate troceado y tapamos. Dejamos reposar dos o tres minutos y removemos bien para ligar toda la mezcla. Si lo deseamos, podemos añadir cuando esté la mezcla templada, otras dos cucharaditas de ron.
Dejamos reposar en la nevera o a temperatura ambiente, hasta que tengamos una crema densa que nos permita cubrir el pastel cerrando todos los poros del bizcocho y cubriendo tanto los laterales como la superficie totalmente.
Dejamos reposar en la nevera durante un par de horas, para que tome la consistencia debida.
Para terminar, prepararemos la cobertura poniendo a fundir el chocolate. Una vez fundido, lo dejamos entibiar y le añadimos la mantequilla y el almíbar a temperatura ambiente.
Sacaremos el pastel de la nevera y lo bañaremos con la cobertura que estará cremosa, tanto por encima como por los laterales, dejando que caiga a su aire sobre todo el pastel, para que mantenga su brillo peculiar.
Y ya sólo nos resta fundir un poquito de chocolate negro y con manga pastelera escribir si queremos, el nombre de la tarta Sacher sobre la cubierta, dejando así nuestro clásico terminado.
Que la disfrutéis en buena compañía.
preciosa esa tarta
ResponderEliminartengo muchas ganas de hacerla,me cojo un trocito de esta
un beso
una pinta maravillosa....
ResponderEliminarPuedes tomar toda la que quieras Isa, estás invitada y muchas gracias por venir a visitarme.
ResponderEliminarTambién tu puedes tomar la que quieras anónimo, estás en tu casa, en tus sabores de Viena.
Un abrazo
Querida Viena, hay que ver lo bien que escribes!! bueno por partes, la anécdota sobre Cenicienta la encuentro genial!! y el artículo de Neruda pienso buscarlo, me ha parecido muy interesante, desde luego es algo que llama la atención que un error en la escritura desvirtue el sentido de una frase, o incluso una coma...
ResponderEliminarLa tarta te ha quedado genial!! has hecho un paso a paso estupendo y me admira lo bien que has sabido escribir con el chocolate, ufff soy un negada para eso....
Me gustaria saber si tienes correo electronico, si es asi porque no me mandas un mail al mio (lo tengo en el blog) asi puedo mandarte los enlaces vale?
Un besazo
Muy bien explicada esta receta, que parece tan fácil cuando lo haces.
ResponderEliminarme ha gustado mucho cómo escribes, cómo explicas todo con qué claridad y buen gusto.
ES agradabe además de encontrar recetas, en el mismo espacio poder disfrutar leyendo.
Un beso.
Mª Ángeles, es así de fácil, a veces pienso que la cocina es una cuestión de medir, mezclar, cortar, cocer... acciones fáciles, solo hay que unirlas armoniosamente y no complicar las explicaciones. Eso sí, el cocinero es un ingrediente más y eso no hay quien se lo salte, o hay sensibilidad y gracia para cocinar, o todo sale de aquella manera.
ResponderEliminarMe alegro de que te gusten mis cosas y de que te sientas bien por estos sabores. Espero seguir viendote a menudo ;-)
María José: Ya te he mandado un mail y espero esos enlaces, a ver si avanzo algo jajaja.
Te agradezco tu apoyo, soy novata en esto de los blog y de ti tengo mucho que aprender. Seguro que te va a encantar el artículo de Neruda, es así, claro y simple como él escribe, a mi me encantó. El asunto de Cenicienta también me resultó muy curioso, fíjate al final quedó mejor que el original, ese zapatito de cristal que ahora es toda la clave del cuento.
Un beso grande.
Hola:
ResponderEliminares 1° vez que llego de visita a tu blog y me encuentro con esta tremenda torta, toda un clásico en repostería. Te quedó fantástica, te felicito.
Un abrazo desde la tierra de Pablo Neruda
Edith
La brujita
me quedo por aqui, tienes unas cosillas que me encantan, pasate por mi blog si quieres!un besito y enhorabuena por esta sacher!
ResponderEliminarHola Brujita de jengibre, hola Irene Navas, a ambas muchas gracias por visitarme y desde luego que os he visitado en vuestros blogs, faltaría más. Ahí bloggeras guapas que sois. De todas aprendo algo, porque yo acabo de empezar.
ResponderEliminarBueno, tomar un trozo de pastel Sacher y probadlo, que ha salido de muerte.
Un beso y gracias de nuevo.
Viena, vine por dos cosas llamada por esta exquisités!! y se me cayó una ídola "la cenicienta tenía zapatitos de cuero" la pucha 44 años convencida que eran de cristal y que era la princesa perfecta!! jeje. Segundo puedes tomar lo que quieras la información de la carne, lo hice pensando en comprendernos mejor entre culturas no hay problema!! besitos
ResponderEliminarhola Viena,
ResponderEliminarmuchas gracias por haber visitado mi blog, el tuyo tambien me gusta mucho. Aun no se escribir muy bien en español y con tu blog puedo aprender muchas cosas...
La sacher te ha quedado fantastica...
besos+++
Jajaja Graciela, ya ves, unos simples zapatos de piel, claro que pensándolo bien ¿qué loco inventaría lo de los zapatos de cristal? Con el daño que deben hacer, tan tiesos y con tacón.
ResponderEliminarBueno, muchas gracias por el ofrecimiento y por estar por aquí y ya que estamos ¿qué tal un mate con un trocito pastel?
Un beso.
Pao: Me alegro de que te sirva para aprender mejor español y muchas gracias por tus palabras.
HOLA VIENA, GUAPA TU
ResponderEliminarME ENCANTA LA SACHER , ES UNA DE MIS TARTAS PREFERIDAS...ES QUE NO ME RESISTO AL CHOCOLATE...JE,JE
PETONETS SUSANNA
Hola Susanna: Adelante, sírvete lo que quieras, pero date prisa que esta tarta vuela cuando la tiene una sobre la mesa. Es un placer tenerte por aquí.
ResponderEliminarPetonets
Hola Puri,felicidades porque como siempre todo lo que haces es maravilloso.
ResponderEliminarMe gustaria animar a todo el mundo que se anime a hacer estas tartas, son exquisitas.
Yo las he probado y os puedo asegurar que no he probado cosa mas buena.
Queria decirte que he disfrutado mucho en tus clases.Que nos has enseñado a cocinar con los sentidos, hemos descubierto que cocinar no solo es partir cebolla o cortar zanahoria, cocinar es imaginarte los sabores, disfrutar los colores, sentir los olores, reconocer con el tacto y todo ello acompañado por esas melodias tan bonitas que me ayudaban a relajarme y a disfrutar de lo que estaba haciendo.
Un besazo.
Querida Mari Trini: Hay tanto cariño en tus palabras que me emocionan. La verdad es que es una gran satisfacción para mi, comprobar que mis clases os llegan, así, con los sentidos, con el corazón. Yo disfruto muchísimo con lo que hago y eso tiene que ver totalmente con las personas que me rodeáis, cada grupo, cada uno de vosotros, tiene una calidad humana que me maravilla y me siento una privilegiada de poder compartir con vosotros esos momentos tan gratos en el marco de tantas sensaciones culinarias: olores, texturas, sabores, etc. Me quedo dentro del alma con esa complicidad que enseguida adquiere el grupo, las risas, las confidencias, el intercambio maravilloso que se da. Muchas gracias a ti y a todos los alumnos, por hacerme sentir cada día importante, transmitiendo algo que tiene que ver no solo con la cocina, sino como siempre digo, con algo más y en donde lo mejor sin duda, son las personas magníficas que todos vosotros sois.
ResponderEliminarTe veo luego en clase, corazón. Allí te daré el besazo que te mereces.
Querida profe de cocinillas. Hola a todos. Yo soy una de esas vegetas de las clases de Puri, a las que ha dedicado tan bonita despedida.Me he emocioando. Me siento muy orgullosa. Me doy cuenta que nos dá identidad eso del ser del grupo de las vegetas. No me habia dado cuenta.Sinceramente, lo de vegetas (como podeis comprobar en lo escrito por Puri), se quedó en la intención. Pero lo intentamos, mareandola claro.Es que todo está tan bueno!¡. La verdad es que lo que nos ocurría es que no queríamos perdernos nada, probarlo todo, cocinarlo todo, comerlo todo. Nos hemos divertido tanto, la de chistes que nos han hecho llorar, los bailes mientras en el fuego se hacían los platos, la de tés con pastitas que la profe nos preparaba.Alguna que otra botellita de vino o cava(jajajajaj). ¡Cuanto nos cuidas Puri!.Y los ejercicios,qué risas¡, taparse los ojos y oler y adivinar. Meter la mano en una caja y adivnar qué es, cómo es.Sentir en definitiva, lo sencillo, lo cotidiano. Lo que no vemos ni olemos, por las prisas.He aprendido que puedo cocinar y encima divertirme. Ya tengo tres gorros de cocinera en mi diploma. Soy una experta (jajajaja).Encima lo he hecho con gente, con buena gente, que es lo que a todos nos gusta.Unas más listas que otras eso sí(a qué sí Maritrini?).Es que siempre te sale todo bien¡!.Me siento afortunada de haber podido disfrutar de esta experiencia. Decirte gracias se me queda corto Puri. Te lo dije una vez y lo repito ahora: sabes sacar lo mejor de cada persona.Pones tanto cariño en lo que haces y con quien lo haces que estar en tus clases es como comer un trozo de tarta de cumpleaños. ¡ Que la vida te sonría que lo mereces¡ Lo mismo para mis compas vegetas¡¡¡ Os quiero.
ResponderEliminarBueno Bueno, te dejo de visitar dos dias.........y casi me quedo sin tarta!!!!!, pero ya toi aquí wuapa, tomando nota.
ResponderEliminarBesets dolsets.
Rosa corazón, tú si que me emocionas. Lo hemos pasao de miedo, esa es la verdad y la síntesis de todo, así que por eso y porque sabéis que os quiero, espero veros a menudo por aquí. Pondré en cuanto pueda una columna ahí a la izquierda y os iré informando de lo que hacemos.
ResponderEliminarMe ha gustado muchisimo ese escrito que nos has enviado llamado "Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor del fuego". Creo que sintetiza perfectamente lo que nos ha sucedido y lo que nos sucede cada día en la cocina de arriba, como yo la llamo. Eso sí, habrá que ampliar el título a los hombres que tenemos en las clases y que forman tribu con nosotras.
A todos, ellos y vosotras, un beso cocinillas.
Nela, mi querida Nela, vengo de tu tierra, he estado allí desde el jueves y me he hinchado a horchata, uaaauu qué buena, eso sí, la artesanal, la que vendían en las calles. Y a propósito de calles, una sí y una no, con una traca y de fiestas y me acordaba de ti, pensaba: no me extraña que Nela sea tan festera, menuda tierra de fiesta, fuego y pólvora. En fin, un gusto.
ResponderEliminarY ahora vengo y te encuentro por aquí, lo que es un regalo y una alegría muy grande.
Venga, mira si ha quedado bastante tarta y si no, en un par de días, otra que te traigo.
Un beso chiqueta.
Hummm. La Sacher en Viena es una cosa de otro mundo, aquí le ponen demasiada mermelada; nunca he ido al famoso café, soy más del Lindtmann, pero de esta tarta me llevo un buen trozo.
ResponderEliminarPuedes tomar la que quieras, esta lleva la mermelada justa, una pincelada, que es también como a mi me gusta. Ya es bien contundente con el chocolate como para cargarla de la mermelada.
ResponderEliminarGracias Su por esta visita, nos iremos viendo más a menudo, en este o en tu precioso espacio.
Un abrazo.
Hola WAPA¡¡¡ Ayer como te prometi hice la TARTA SACHER, despues te mando las fotos. De bonita me ha quedato muy bonita. Y mañana llevare un trozo para "catarla"...Pon mistela en la nevera que mañana es mi cumple. :-)
ResponderEliminarPD: Que fuerte, mientras te escribia estas lineas me ha llegado un mensaje tuyo preguntandome por la tarta.. JUAJUA, pues claro que la he hecho. Un besazo¡¡¡
Pues más fuerte todavía, acabo de poner una entrada con todo lo tuyo jajaja. Bueno, pues nada, mira la entrada, que ahí queda todo dicho, osado, que eres un cacho osado jajaja.
ResponderEliminarUn Bso.
Una tarta deliciosa, para probar! Qué curiosa lo de los zapatitos de cristal: gracias por contarlo ;)
ResponderEliminarNos ha encantado tu versión Puri, esa capa de trufa le tiene que sentar de muerte. Además, justo estábamos buscando una cobertura que no llevara nata, para recomendar a un comentarista con intolerancia a la lactosa. La tuya nos parece perfecta, así que con tu permiso, se la vamos a recomendar.
ResponderEliminarBuenísima tu reflexión sobre traducciones y erratas, tus clases tienen que ser tan interesantes!!
Un beso y felices vacaciones.
CARLOS: Te hacía ya de vacaciones. Me alegro de que te guste esta cobertura y gracias por tu comentario. Igualmente, aprovechad estos días y volved renovados y muy bien.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, no te conocía y he visto tu blog y he visto que tiene muchas cosas ricas. Me he quedado de seguidora tuya.
ResponderEliminarLa tarta Sacher es una espinita que tengo... quiero hacerla pero no me atrevo, pero con tu receta... a lo mejor la cosa cambia...
Un besito y me alegro de encontrarte!
Bienvenida Cristi: Espero que te animes a hacerla, mira la cocina no es difícil, puede ser más o menos elaborada, pero al final todo se reduce a saber mezclar, batir, cortar, pesar, etc. No tengas miedo y prueba con esta receta.
EliminarUn beso.
hay manera de sustituir la nata por otra cosa?
EliminarHola Lilia: Imagino que te refieres a la cobertura. Puedes usar algunas natas vegetales que venden y que no son propiamente natas, sino preparados de soja, almendras o algún otro ingrediente vegetal.
EliminarDe todas formas, nunca he probado una cobertura con esas natas especiales y desconozco si la textura y el brillo se consigue bien.
Lo que también puedes hacer es una cobertura con mantequilla, que queda más densa, pero muy rica. La proporción aproximada es de 100g. de chocolate por 50 g. de mantequilla. Fundes todo al baño María y ya está, pero no sé si tu problema con la nata es que eres vegana o no tomas lácteos, en cuyo caso, tampoco te serviría la mantequilla. Es cuanto te puedo decir, espero que te ayude.
Un abrazo y gracias por visitar mi blog.