Pérdida de peso, desintoxicación, depuración, reeducación en la forma de alimentarse...... Estas son algunas de las razones que podrían motivarnos a realizar un ayuno, una práctica que por otra parte se ha llevado a cabo desde la antigüedad. Así por ejemplo, los cristianos, siguiendo costumbres milenarias, ayunan durante la Cuaresma, es decir, entre el miércoles de ceniza y Pascua. Los judíos lo hacen en el Passah. Los mahometanos, en tiempos del Ramadán. Muchos otros pueblos en ritos religiosos se someten a ayunos más o menos prolongados con fines místicos. Sin embargo, la salud es el aspecto que me gustaría resaltar.
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