Debe haber tantos pasteles de manzana, tantas variantes, que un blog dedicado sólo a ellos, tendría material para toda una vida. Y he de reconocer que no es de mis dulces favoritos, pues a excepción de una tarta de manzana algo atípica, cubierta con streusel que suelo hacer y que está bien rica, en general no suelen gustarme los pasteles de manzana que pruebo. Sin embargo, me encanta toda la repostería que tiene avellanas y este pastel me sedujo por eso, porque no es sólo un bizcocho más de manzana, sino un bizcocho con su personalidad, con un toque divino que le dan los dátiles y esa maravilla de la naturaleza que son las avellanas. “Te traeré de las montañas flores alegres, copihues, Avellanas oscuras y cestas silvestres de besos” Así decía Neruda en un poema hermoso. Y a mí se me antojan poéticas las avellanas y sensuales, con sus colores de otoño, sus formas redondeadas y perfectas y esos aromas intensos que desprenden cuando se desvelan de su cás...
Cocina y algo más