Es tiempo de moras y la naturaleza dadivosa y suave en este rincón del planeta, nos las da. Ayer quedamos un pequeño grupo y J.L. que es el que nos hizo de guía, nos llevó a un lugar que ya bien lo advirtió: “Tiene algo”. Y efectivamente, iniciando el paseo, muy pronto se deja percibir ese “algo” que es mágico. El lugar es un paraje de Benifato, un pueblecito en pleno valle de Guadalest que se sitúa en la ladera de la sierra de Aitana. Picos en forma de torre que evocan castillos naturales de piedra noble, pequeñas fuentes que sorprenden en cualquier parte del camino, aljibes, pozos de nieve… Todo formando parte de un bosque encantado A medida que te introduces en el sendero y la soledad inicia su diálogo, el monte te toma para él. Y dejas de ser persona para convertirte, a poco que abras tu alma, en una ninfa o un duende que curiosos e invitados van a un festín para los sentidos, algo emocionante. El sendero es además, un sendero botán...
Cocina y algo más