¡Cómo he disfrutado esta receta! Sus aromas cítricos intensos, sus colores dorados, encendidos y sin embargo al mismo tiempo, tranquilos. Esa pasada de texturas con la masa filo tan crujiente y frágil. ¿Y los sabores? ¿Y las evocaciones que me ha traído este dulce tan árabe? Me ha llenado, como un sol, esta buena mañana. La verdad es que a veces me envuelve la vorágine, este occidente ruidoso y acelerado. Pero por fortuna, también a veces me basta con tener un rato apacible, sin agobios, para poderme dar el espacio de percibir. Y entonces me pregunto: ¿Cómo es posible que no lo haga cada día o cada instante? ¿Cómo es posible pasar junto a estas flores que crecen por aquí, por mi casa, como si tal cosa y no quedarme extasiada de sus rinconcitos perfectos, de su explosión así, anárquica, magnífica? ¿Cómo es posible que no me detenga a escuchar el sonido de la vida para quedarme pasmada, por ese bullicio que supone esto que nos rodea y que no es más q...
Cocina y algo más