Se trata de un dulce típico de la Vega Baja del Segura que según cuentan las crónicas culinarias, ya aparecía en tratados de cocina del siglo XIII. Se elabora a base de harina, aceite y huevo, pero el ingrediente estrella de la receta, yo diría que es la miel con la que se bañan, una vez cocidas y enfriadas. Es por eso que ha de ser de buena calidad y sin escatimar en cantidad. Aunque he sabido que existe un dulce con este mismo nombre, típico de algunos países de Sudamérica, no se trata del mismo dulce, ya que aquel lleva queso y está hecho de diversas clases de harina, sobre todo de arroz, mientras que éste, tan mediterráneo y de origen árabe, se hace con harina de trigo y no tiene queso. Personalmente me llena de recuerdos de infancia. Crecí oliendo y saboreando estas almojábanas que a mi madre le salen hermosas y en su punto de cocción, a pesar de no tener técnica alguna ni medida exacta. Es lo que se dice cocinar a ojo o como lo llamamos en clase, cocinar con los sentid
Cocina y algo más