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Mostrando entradas de febrero 14, 2011

Arroces (VI): Con pulpo

                                                                                                      ¡Qué hermoso animal es el pulpo! ¡Qué elegancia nadando debajo del mar! Siento gran respeto por este ser marino, así que quiero comenzar reverenciándolo y agradeciendo su sacrificio al entrar en mi cocina. Cuando yo era pequeña, el pulpo no era un ingrediente tan preciado ni tan caro como lo es ahora. Entonces había pulpos en las costas, muchos pulpos y mi padre, los pescaba. A veces, teníamos tantos, que los secaba al sol, en la terraza de nuestra casa, sujetando sus patas y manteniéndolo estirado con unas cañas. Luego, ahumando los trozos, era un verdadero manjar en ensaladas o mezclado con verduras y otras preparaciones que hacía mi madre. Apenas teníamos diez o doce años, ya nos íbamos mi hermano y yo con mi padre a bucear. Aunque mi padre tenía su fusil de pesca submarina, a nosotros no nos estaba permitido, pero sí nos dejaba usar un pincho, una especie de tride