De nuevo por aquí, deseando reencontrarme con vosotros, con unas recetas muy, pero que muy fáciles, realizadas en tan sólo tres pasos y es que después de patearme todo París, la verdad, con tres pasos tenía suficiente “de momento”.
La primera receta es un platillo que mi madre prepara hace muchos años y tradicionalmente en Nochebuena, como aperitivo de la copiosa cena que vendrá después.
Es muy simple: Alcachofas con vinagreta
Ingredientes:
4 alcachofas
Aceite de oliva virgen extra
Un diente de ajo
Un chorrito de buen vinagre
Sal
Primer paso: Quitamos las hojas más verdes a las alcachofas, cortamos y limpiamos dejando los corazones, que herviremos en agua con sal hasta que estén tiernos.
Segundo paso: Mientras tanto, en un mortero picamos un diente de ajo, con un chorrito de un buen aceite de oliva virgen extra y otro chorrito de un buen vinagre.
Tercer paso: Cuando los corazones estén tiernos, escurrimos, echamos la vinagreta por encima y servimos las alcachofas simplemente así o con un crujiente de jamón serrano a modo de adorno.
Fácil ¿verdad?
Segunda receta: cazuelita vegetal
Ingredientes:
Una rebanada de pan de molde
Un vasito de nata
Dos huevos
Una cebolla
Unos espárragos verdes
Tomates cherry
Queso rallado
Primer paso: Colocamos la rebanada de pan como base en nuestra cazuelita y sobre ella, vamos poniendo a nuestro gusto y en capas, el resto de los ingredientes vegetales: cebolla muy picada, tomates y espárragos.
Segundo paso: En un cuenco, batimos los huevos con la nata y condimentamos con sal, pimienta y tomillo. Echamos la mezcla sobre la cazuela y cubrimos todo con queso rallado.
Tercer paso: Introducimos en horno medio hasta que quede ligeramente dorado y haya cuajado.
Como algunos habréis notado, se trata de una mezcla poco ortodoxa (con lo que hay por casa), entre un clafoutis salado y un ramequín o un pastel de verduras muy práctico en la cocina rápida.
Tercera y última receta: Bacalao un poco portugués.
De nuevo una preparación muy poco ortodoxa y a mi manera, de la receta tradicional del bacalao a la portuguesa.
Ingredientes:
Unas migas de bacalao desalado
Una patata rallada
Una cebolla en juliana fina
Aceite de oliva virgen extra
Un par de pimientos morrones
Perejil picado
Primer paso: Las patatas peladas y ralladas, las ponemos en agua un rato para que pierdan el almidón y las escurrimos muy bien. Luego las freímos en aceite muy caliente y obtenemos una fritura muy fina.
Segundo paso: Por otro lado, en el mismo aceite confitamos las migas de bacalao a fuego lento y durante un minuto o dos. Apartamos y reservamos.
Tercer paso: Finalmente freímos la cebolla y montamos el plato.
Pimiento morrón, patatas fritas y bacalao confitado sobre lecho de cebolla. Espolvoreamos con perejil.
Y esto es todo. Espero que os hayan gustado estas mini recetas con las que me incorporo a este mundo fascinante que compartimos.
¡Ah! Pero… ¿Queréis que os cuente algo de París?
Esta es la vista que tenía desde la ventana de mi habitación, en la planta 22 del hotel, algo impresionante. No sé si en la fotografía se puede apreciar muy bien la proximidad con la que se veía la Torre Eiffel, pero de verdad que estaba ahí mismo.
He disfrutado tanto de esta vista, que incluso dormía sin echar las cortinas y con la almohada en los pies, para tener toda la perspectiva aún estando acostada.
Cuando amanecía, la luz que entraba en la habitación me despertaba y esta vista me emocionaba. No podía evitar levantarme y hacerle fotos, el cielo de París es hermoso y la Torre , una pasada.
Como el hotel estaba muy cerca, pasaba por su lado prácticamente, cada vez que salía o entraba. La he disfrutado como nunca.
Durante cinco días he estado paseando por los más recónditos lugares de esta bella ciudad.
Los lugares y las calles más emblemáticas no eran el destino, pero… estaban ahí, llenando mis sentidos.
Me he acordado de vosotros muchísimo, creo que os colásteis de polizones en mi maleta, porque a cada paso que daba, ahí estábais.
Imaginaba a Anna por ejemplo, eligiendo alguno de los magníficos productos que lucían en el escaparate de Maxim´s.
Y mientras se decidía si por bombones o caramelos, comentábamos la historia de este local, uno de los restaurantes parisinos más lujosos y con más fama.
Por supuesto que comer o cenar en él no es posible a no ser que se tenga una reserva con antelación, amén de una Visa a prueba de síncopes.
Imaginaba atento a Carlos Dube mirando sus notas sobre la carta del restaurante de Pierre Cardin y corroborando que es caro de la muerte.
Este restaurante hoy de lujo, comenzó siendo un pequeño bistró allá por el año 1893 cuando su propietario Maxime Gaillard lo regentaba.
A lo largo de los años, fue ganando más y más prestigio debido a la calidad de su cocina, típicamente francesa.
Pierre Cardin, donó una buena parte de objetos Art Nouveau de su colección, estilo en el que están decorados los salones de Maxim´s. Posteriormente, el diseñador compró el restaurante. Debía estar enamorado del mismo, pues de cliente habitual pasó a mecenas y de mecenas a propietario.
La zona es realmente lujosa, junto a Maxim´s hay comercios de objetos decorativos y de menaje de alto precio, que lucen perfectamente dispuestos en los escaparates.
Vamos Marcela no mires más, imaginaba que le decía. A Marcela como a mi, los ojos se nos abrían como platos.
A Laurita la imaginé con prisa por entrar conmigo en Ladurée, claro, con la fama que tiene, quién no quiere tomar un chocolatito en sus mesas tan coquetas.
Es una pastelería tan famosa que a todos nos debe resultar familiar. Se dice que es la reina de los macarons, que tienen tanta tradición en París, que cada año se realiza una especie de concurso para nombrar los mejores macarons de la ciudad. Ladurée es tradicionalmente la ganadora de este concurso.
Sentadas en la mesa y compartiendo macarons, imaginé también a Margarida, a Ingrid, a Chelo, a Rosaleda ...
Claudia y yo comentábamos cuales serían los secretos culinarios de aquellas texturas maravillosas.
Aunque hay cinco sucursales en París, yo tenía interés en ver la original, la primera que se abrió en 1862 pues dicen que está decorada por artistas que se inspiraron en la Capilla Sixtina y en la Ópera.
A Suny y a José Manuel los visualizaba mirando hacia los techos, que son muy bonitos, mientras Visc a la Cuina llamaba nuestra atención con los escaparates elegantes y en general, toda la delicada decoración. Pero la cafetería estaba llena de gente y sentí que era demasiado pequeña.
No obstante, tuve el gusto de probar sus chocolates, sus macarons y sus lenguas de gato. Todo estaba delicioso.
Kako pensé que se vendría conmigo a comprar uno de los libros que edita Ladurée, con los postres más famosos de los que sirven. Tienen tres libros a la venta: uno de dulces en versión francesa, que es el que yo compré, otro en versión inglesa y un tercero de recetas saladas.
Por la noche me encantaban los paseos, París comienza a iluminarse y a transformarse, con gran glamour en unas zonas y con alegre frivolidad en otras.
En estos paseos imaginé a Sebastián Damunt, comprobando conmigo todo lo que su amigo Antonio nos había ya contado de la noche parisina.
Pasé por Moulin Rouge y charlaba distraída imaginando a mi lado a Delikat, buscábamos los mejores lugares para hacernos un tapeo, aunque ella me decía que eso en París, está un poquito mal.
Pasé también por La Coupole y pude imaginar a nuestro maestro Apicius, sentado en una mesa saboreando una rica cena. Quizás fuera la misma mesa en la que imaginé a Hemingway o a Picasso tomándose unos vinos en otro tiempo.
Le Dome, Les Deux magots… Lugares legendarios que Claudia Hernández , -pensé-, fotografiaría con gusto, aunque luego, acordáramos ir a comer o cenar a lugares mucho más anónimos.
De vuelta al hotel, esta vista hermosa de la Torre iluminada.
Fe-i*ká creo que se asomaba por un rinconcito para maravillarse conmigo, eso entre compra y compra, porque las tiendas de souvenirs las recorrió absolutamente todas.
Pasaron rápidos los días, viendo cosas y más cosas bonitas e interesantes. Pero si tuviera que elegir lo que más me ha gustado recorrer, en esta quinta vez que he visitado París, sin duda respondería que la zona de la Plaza de Les Vosges, la plaza más antigua de París, rodeada de arcadas y llena, pero llena de verdad, de galerías de arte y apacibles y preciosos cafés. Marais me encantó.
Aquí imaginé paseando conmigo a Gaby ¡Cómo lo disfrutamos amiga! nos faltaban ojos y cámara para poder plasmar todo el color, el arte que pudimos ver.
Como me había dicho Sorokin es una de las zonas donde se cuece ahora mismo lo más contracultural de París.
Muchas obras llamaron nuestra atención dentro de las galerías, como este hombre medio invisible. Ingenioso. ¿Has visto Gaby ?
O estos bailarines estilizados y tan picasianos. Éstos pensé que encantarían a Arantxi y a Claudia que enriquecería con sus comentarios todos nuestros hallazgos.
También intenté estar en el lugar exacto y en el momento exacto dentro de Notre Dame, para ver la magia del atardecer pasando a través del rosetón Oeste, pero… ese día estaba nublado.
A modo de consolación, me recreé en otros detalles, mientras imaginaba a mi lado a Mª Ángeles, a la que tenía que relajar de rato en rato, porque iba como acelerada. Ah Mª Angeles: pasea, mira, recréate…
Pasando por la puerta y aunque no llevaba la intención, no pude resistirme a echar un vistazo a las nuevas salas del Louvre. Me gusta el arte antiguo. Sebastián habría estado de acuerdo en echar una ojeada y Charo nos habría explicado con todo detalle.
Todo es tan grandioso en París
Tan bello… Que poco más puedo añadir.
Intenté imaginar que había algún sitio desconocido para Sorokin y que lo podía sorprender llevándolo por algún suburbio escondido y multirracial, por alguna estación de metro lejana y solitaria, pero nada le era extraño, a cada paso, él sabía dónde estábamos, la historia del lugar o el mejor café en el que encontrar algo especial.
He disfrutado mucho y me ha gustado imaginar a María soñando conmigo y comprobando con agrado, que a pesar del tiempo y toda modernización… Siguen habiendo artistas imprimiendo encanto y personalidad a las calles de París.
Músicos con sus acordeones
Jóvenes dibujantes que espontáneos ejercen ante las miradas de los curiosos
Y hasta siguen habiendo “dos caballos” en París, lo que de inmediato me hizo hacer un guiño a Oteador de los mercados y cómo no, a Lolah con la que nos partimos de risa.
A mis alumnos los imaginé preguntando a cada paso: ¿Cómo se hace esto? ¿Cómo se hace aquello? Jolines ¡Como si yo lo supiera todo!
A Mai, mi querida Mai, la imaginé contándome una historia sobre la Torre Eiffel y dejándome embobada con su ingenio y creatividad para los relatos. Jantonio habría curioseado por todas las plazas y nos lo habría contado, Carmen habría mirado todos los balcones, en busca de flores especiales…
En fin, no es que los que no nombro no estuviérais presentes, es que no me da el día, para poder nombraros a todos. Pero todos teníais un rinconcito en este viaje, como lo tenéis en mi corazón, así que nadie se dé por olvidado.
Un beso muy grande y nos vemos
¡Qué bonita entrada Viena! Me ha gustado por todo, porque has fotografiado rincones que yo fotografié cuando estuve en Paris y que me encantaría volver a verlos más despacio, disfrutando cada rincón como lo has hecho tu y que has sabido compartir con todos tus amig@S. Eres increíble. Un abrazo grande y gracias por este viaje.
ResponderEliminarqué ilusión de volver a tenerte por aquí!!!. y qué maravillo viaje nos has hecho compartir. Eres única para hacer relatos y meternos de lleno en ellos. Has aprovechado muy bien tu viaje. has podido recorrer muchos rincones por todas las fotos que nos muestras. Qué maravillosa ciudad!!, y qué maravillosa Viena que nos ha llevado en su maleta y ha sabido ofrecer a cada uno de nosotr@s un pedacito de su viaje. Eres más grande que la torre Eiffel!!!!. Besos.
ResponderEliminarQue suerte, es un viaje de lujo, la verdad es que nunca he tenido la oportunidad de viajar a esta ciudad.
ResponderEliminarLas recetitas que nos ofreces sencillas y sabrosas, sobre todo las alcachofas me encantan.
Comentarte que ayer no se podía entrar en tú blog, no se si tuvo algún problema.
Bienvenida de vuelta. Saludos
Vaya post bonito!! menudo paseo por Paris, me dejaste muy buen sabor de boca entre tus recetillas y el encanto de tú viaje. Besos.
ResponderEliminarMe alegro mucho que te lo hayas pasado así de bien en París. París siempre sorprende, aunque te creas que lo conoces todo al dedillo. Como te digo en mi blog, es lástima que no hubiera sol el día que fuiste a ver el rosetón de Nòtre Dame.
ResponderEliminarUn beso
Me alegro se lo haya pasado bien.
ResponderEliminarHa dado un repaso por algunos de los muchos lugares emblemáticos de la Ciudad del Sena y a la vez me ha hecho recordar momentos pasados en París.
Las recetas me han gustado sobre todo la del bacalao con ese rallado de cebolla y el frito de la patata. Ahora no voy a mirar la receta, pero con unas aceitunas tal vez se parezca a un bacalao a la braz o dourado.
Saludos
Vienaaaaa!!, que me trastornas tanto cuando leo tu post que se me olvida comentar tus platos en tres pasos. Pues que me han encantado. como me gustan mucho las alcachofas, empiezo por ahí, pero es que el bacalao también me vuelve loca, así que delicioso también y para terminar la cazuelita de verduras qué te voy a decir, si es que las verduras son lo mio y tu has hecho un plato además de con una bonita presentación delicioso. Vamos que dejas de lado al mismísimo chef de Maxím´s. Besos
ResponderEliminarUnas recetas fantásticas, de mi estilo, ricas y cortas. Me has recordado nuestro bonito viaje a París, aunque tendré que volver pronto con los niños a Disneyland.
ResponderEliminarGracias por acordarte de mí. Un besote.
Sabes que leo tus entradas como si fueran el siguiente capítulo de mi libro. Y empiezo a ver una foto de la Tour Eiffel. Pienso: "¡Qué bien! Puri nos va a contar su semana en París". De repente me encuentro con tres recetas deliciosas, pero que miro con recelo, porque yo esperaba el reportaje de una ciudad maravillosa. Me quedo un poquito decepcionada...Y en esto que encuentro ¡la frase mágica! ¡Claro que quiero saber más de tu viaje a París! La mejor vista desde tu habitación, tantos rincones mágicos, y tu relato delicado, como siempre.
ResponderEliminarYo me tomo contigo un chocolate en Ladurée o donde nos pille más a mano. Con macarrons o con unas galletas. En ese momento creo que lo más importante es la compañía.
Me alegro de tu precioso viaje. Nos han llevado a todos de la mano. Gracias por pensar en nosotros. Muchos besos.
PD: (las recetitas sencillitas y riquísimas, me quedo con el bacalao...)
Cielos, esto se avisa !!!! se me salían los ojos de las órbitas mirando las fotos.
ResponderEliminar5 Dias !!! uffff, ahora mismo los firmaba, aunque a mi me tocó disfrutar tres en Disney y una excursión "aprisaycorriendo" en Parías, me quedé con ganas de mas.
Besinos
Muchísimas gracias por llevarme contigo a París...hay que ver lo que nos reímos con el dos caballos!!!
ResponderEliminarQuiero el nombre de tu hotel y saber a quién has sobornado para que te den esa habitación...aunque aún me acuerdo del apartamento que tenía reservado el la Rue des Rosiers junto a la Place des Vosgues cuando tuve que suspender el viaje.
Los tres platos rápidos tienen que ser buenísimos, pero la verdad es que apenas los he mirado...volveré cuando se me pase la emoción de este fantástico viaje.
Un besazo.
Pásate por mi blog tesorin,tienes una cosina para ti,un besin,
ResponderEliminarQué bonito detalle el acordarte de nosotros en tu viaje a París, muchas gracias porque con tu relato me has transportado a esta ciudad, que siempre contiene sorpresas cada vez que se visita. Y gracias también por compartir las tres recetas, que como siempre,me anoto para probarlas en casa. Besos!
ResponderEliminarViena, eres un cielo, una entrada preciosa y entrañable. La verdad es que París es mucho París, pero acordarte de nosotros, ha sido un detalle tan bonito!!!
ResponderEliminarComo disfrutarias el viaje y vaya vistas desde la habitación. Estoy loca por volver, he estado en dos ocasiones, pero no me importaría volver de nuevo.
Gracias por nombrarnos, es todo un detalle.
Y ahora vamos con las recetas que me han parecido de lo más ricas y prácticas. Son deliciosas sean ortodoxas o no, que más da!. Son estupendas y ya están guardadas.
Mil besos y gracias por ser así.
Ohh, ohhhh,ohhhhh Viena! Eres única!
ResponderEliminarA la hora de facturar la meleta ya debían temblar al ver el peso que llevabas!!!!ja,ja,ja.... Mira que meternos a todos dentro? Suerte que la maleta lleva ruedas que sino.... no llegas!!!!
No veas lo encantada que estoy de haber podido ir a Ladurée y compartir mesa contigo y con Ingrid, y haber hecho una buena merienda de macarons!!!! Y yo que no quería dejar la silla y casi nos echan!!!!! Pero tú, ale, a andar, a pisar galerías y museos y tiendas bonitas....
Cómo he disfrutado estos días en París, yo, que no había estado nunca y contigo de compañera de viaje he aprendido un montón de cosas!!!!
Si es que he disfrutado más contigo que subiendo a la Torre Eiffel, sí, esa que dicen que es tan hermosa!!!!
I me han encantado todas las recetas que nos has puesto. Las alcachofas.... Imagínate, la semana pasada me invitaron al Prat, a pisar un campo de alcachofas, y a un curso original de cocina, y a una presentación de recetas con alcachofas.... No veas cómo disfruté, yo, que las alcachofas me las como incluso crudas!!!!
Y la cazuelita vegetal.... es divina! me gusta, me gusta y queda bien anotada!!!!! Mmmmmm! ya me llega hasta su aroma!
Y el bacalao? Mmmmm! Delicioso, pero yo sin la cebolla, que luego tengo mala digestión...
Ay! Es una delícia pasar por tu casa, ir de vacaciones contigo a conocer mundo.... pero tampoco hay que abusar. No me gusta hacerme pesada y ahora me voy, pero sólo un ratito, que luego vuelvo para comerme unos cuantos macarons más... , que yo soy muy golosa!!!
Besos, preciosa! Nunca podré agradecerte este viaje!!!!
¡¡Fantástico!!, ¡¡me ha encantado!!!, es una genial idea la que has tenido asociando bloguers a situaciones cocretas de tu viaje, sobre todo porque como a ti, yo también me acuerdo de muchos de vosotros cuando salgo fuera, bueno, y cuando voy al super jejeje ;)
ResponderEliminarEn mi caso acertaste de lleno jajajaja, lo hubiera hecho seguro, y ya he visto que en el caso de algunos amigos comunes... también, ha sido realmente muy ingenioso.
Tu viaje a París impresionante, a nosotros tambíén nos encantó, pero vamos, perdona que me fije en una foto, y es esa habitación con vistas, vaya pasada, todo un privilegio...
Y tus tres platos, riquísimos, las considero tres cenas ideales, megusta mucho la de la cazuelita vegetal, me paree sencilla, lustrosa y deliciosa.
Un saludo y bienvenida otra vez.
Queridisima Viena.....vengo llegando tambien....y veo que viaje tambien contigo!!.....que alegria pasear por Paris.....una ciudad que me encanta por sus museos, los cafes, las "boulangerie", los quesos.....el aire que se respira!!....si tan solo caminar por Paris es algo que me encanta.....curiosear en sus rincones, mirar las pinturas de los artistas en la calle, escuchar a sus musicos callejeros, comer un buen macaron o pastel con crema y frutas....y por sobre todo disfrutar......que para mi eso es Paris......disfrutar caminando por sus calles.....creo que retrataste muy bien el viaje como yo lo abria hecho.....y lo mas curioso....es que yo siempre me paro en las tiendas de cosas de casa.....y siempre salgo conalgo!!....aunque sea un abrelatas.....me retrataste!!....si supieras que en mi cocina hay hasta utensilios de Laos con los que cocino!!.....me retrataste mue bien!!.....tus platos deliciosos.....pero sigo saboreando nuestro viaje contigo por Paris.....GRACIAS!!.......Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarSi ya decía yo que eras una hada!!! nos has llevado de viaje a todos...para mi es la segunda vez y aunque no me importaría volver mañana mismo. Gracias mi hadita por acordarte de recogerme. Un placer viajar contigo.
ResponderEliminarY ahora me quedo por aqui disfrutando de estas tres recetas ricas.
*.* Un besico.
jaja Viena muy buena tu entrada, se te ve muy contenta con el viaje, la verdad que no te iba a llevar de tapeo yo en París no, eso no :-), hubiéramos ido de bistrot en bistrot y entre medias, iríamos a tomar café o té a esas preciosas cafeterías que hay por Saint-Germain y luego de compras fashion al Marais :-), ay que tiendas, me las traía todas enteras.
ResponderEliminarNo sé si llegaste a ir al restaurante de la chica marsellesa que te comenté, ya me contarás.
Encanta de tenerte de nuevo por aquí y disfrutar de tus recetas. Un abrazo.
MORENA: Me alegro de haberte recordado París, que seguro que son recuerdos agradables. Yo creo que a París hay que volver, siempre hay algo que quedó sin ver o sin hacer. Fíjate que yo ya había ido cinco veces, y nada, como la primera, siempre fascinante París.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu comentario.
ANNA: Corazón, siempre tan amable conmigo, muchas gracias por la bienvenida, que también yo tenía ganas de volver al blog, no te creas, y eso a pesar de lo bien que estaba por París, pero se os echa de menos.
Un beso grande.
JOSE MANUEL: Gracias por tu visita. Creo que los problemas fueron justo cuando intentaba publicar esta entrada, porque a mitad, una gata que tengo por aquí me saltó al teclado y me hizo un lio que ni te cuento. No tuve más remedio que cortar el paso al blog para poder arreglarlo jajaja, es que tengo una gata aspirante a bloguera, ya ves.
Gracias por avisarme, creo que fue solo un ratito, lo que tardé en poner todo en su sitio.
Si no has visitado París, te lo recomiendo, viajar es como leer, adquirir cultura, experiencia y conocimientos. Un beso.
CATY: Muchas gracias por tu comentario.
Un beso.
SOROKIN: Con lo muchísimo que tu sabes de París y del mundo en realidad, no podía yo imaginar que pudiera sorprenderte jajaja.
En realidad fue a Notre Dame por la mañana pensando en quedarme por esa zona y volver por la tarde a ver el atardecer, pero luego se torció el día, el único día que llovió desde las 5 de la tarde a las 9 o 10 noche, los demás días fueron soleados. Pero pensé como dices, que justo era algo para volver. Era mi quinta vez en París y empecé justo en este viaje a hacerme una idea de por donde anda lo mejor.
Un beso.
APICIUS: Efectivamente yo creo que la receta se parece al bacalao dourado, pero en versión así tapita rica.
Me alegro de haberle recordado su estancia en París, yo lo imaginé compartiendo cena en Coupole, seguro que habríamos tenido mucho de qué hablar.
Un abrazo.
ANNA: Jajaja, así que te trastornas jajaja, qué ocurrente eres. No sabemos lo del chef de Maxim`s yo a más de doscientos el cubierto, como que me lo pienso jajaja.
Un beso.
MARGARIDA: Sabía que te gustaría estar por allí conmigo, lo sabía jajaja. Pasamos la maleta de estrangis, no se dieron ni cuenta, pero nada más subir al avión, os desparramásteis por ahí y ya no me separé de vosotros en todo el viaje.
ResponderEliminarLo hemos pasado bien juntos, ha sido un placer viajar con vosotros.
Ahora tienes que contarnos tu todo ese curso y lo de pisar campo de alcachofas, que no sé muy bien lo que significa. Bueno, no he tenido tiempo de nada, pero en cuanto pueda, paso por tu cocina, porque a lo mejor incluso lo has publicado y yo no me he enterado. Es que de verdad, no he logrado todavía ponerme al día.
Un beso grande y muchas gracias por todo lo bonito que me has escrito.
Nos vemos.
CARLOS: Es cierto que nos pasa a todos, Sorokin decía el otro día en su blog, que si viajas y no lo cuentas en el blog es como si no hubieras viajado y es un poco verdad jajaja, yo me he acordado de vosotros, es totalmente sincero y bueno, es que lo sabéis, porque os pasa también.
Habríamos disfrutado como enanos de haber estado realmente por allí unos cuantos y tu seguro que como te imaginé, nos habrías contado todos los descubrimientos sobre los sitios que te habrías encargado a priori de buscar jajaja. Eres un genio para eso y a mi me encanta.
Las vistas de verdad, fueron aire en mis pulmones, eso de llegar por la noche y después de un día intenso, ver ese panorama desde la misma cama, era todo un lujazo. Me gustó demasiado jajaja.
Un beso y gracias por venir.
MARCELA: Tu eres tan viajera, que ya imagino que disfrutas como yo de todo lo pequeño y lo grande de una ciudad. He hecho 333 fotografías, imagínate como me llamaba todo la atención y porque soy tímida, porque habría fotografiado cada cara, cada gesto, cada artista, bueno, todo eso que tu comentas, es lo mismo que a mi me encanta de París.
Un beso grande.
FE-I*KÁ: Me alegro de que hayas disfrutado conmigo y te imaginé por las tiendas de souvenirs porque sé que te gusta regalar. Tenemos que hablar de tus regalos, madre mía que chulada, con razón decías que sería un ramillete de... claro no era uno sino varios, regalos a ramilletes, tú si que eres un hada.
Un beso.
DELIKAT: No fui al final a ese restaurante, llevaba dos folios con lugares para recorrer, pero me suelo dispersar y desviar de los caminos, encuentro algo y me entretengo, no me dio tiempo para más. De hecho, ni siquiera pude entrar a comer o cenar a muchos lugares que llevaba recomendados por Sorokin, tuve que descubrir otros nuevos, así surgía, pero como tengo que volver, los folios siguen vigentes por ahí.
Un besos y gracias por tu bienvenida. Nos vemos.
Me apasiona París. Es una ciudad a la que nunca me canso de ir.
ResponderEliminarAún no he ido con mi marido, y mira que tengo ganas.
Preciosas tus fotos, y como cuentas tu viaje.
Las mini-recetas, son de maxi categoría. Muy sanas y muy ricas.
Aprovecho para invitarte al sorteo que estoy haciendo en mi blog con motivo de mis 25.000 visitas.
Besotes gordos
Querida Viena, qué maravillosos tres platos que nos traes, qué sencillos,además.
ResponderEliminarTu paseo por París, me ha encantado cómo nos has llevado de la mano. Una ciudad a la que me apetece siempre volver, y por suerte voy casi anualmente. Tomo nota de algunas cosillas y he desfrutado montón estás postales, sobre todo las última.
Abrazos
Desde luego cada vez que lo pienso... y eso que había pensado en el amanecer, pero y en el anochecer????, es cierto, que gran suerte haber disfrutado de una habitación así.
ResponderEliminarYo no soy genio de nada jejeje, son aficciones nada más ;)
Qué bonito es París.. yo cuando estuve no dudé en visitar Ladurée, es que es fantástica esa pastelería...y me llevé macarrons, y comí millones de croissant y cené con la Tour Eiffel de fondo.. aix tengo que volver!
ResponderEliminarTe ha quedado muy bonito el relato. Un abrazo
No sabes como me a encantado dar con tu blog. He estado un buen rato disfrutando de un paseo por él y como no me quedo para siempre.
ResponderEliminarUn beso
PANDORA: Gracias por tu comentario. Estamos de acuerdo en que no te cansas de ir a París, yo diría que al contrario, a medida que lo conoces, más atrayente resulta.
ResponderEliminarMiraré lo del concurso, en cuanto tenga un ratito para seguir tus instrucciones. Gracias por la invitación.
Un beso.
CLAUDIA: Qué bueno ir una vez al año, porque realmente es muy bonita esta ciudad y da para mucho, solo en museos puedes ir todos los años y no agotarlos.
Un beso grande y gracias por tu visita.
CARLOS: Si vais a París, te diré cómo conseguir una de estas, era flipante, te lo juro, yo estaba emocionada todo el rato, al amanecer o por la noche, iluminada, esta gran señora impresiona.
Un beso genio, que sí hombre, que si ;-)
ARANTXI: Así lo viví, me encanta viajar, la verdad, pero hay ciudades que dejan más impresión que otras y París es legendaria.
Un beso y gracias por venir.
CURRA: Bienvenida a este espacio, en el que espero te sientas muy bien y nos veamos a menudo.
Un beso y gracias por tus palabras.
Hola! He comentado tu post en mi blog, en mi seccion Mis Favoritos... espero que te guste!
ResponderEliminarQue nostalgia que me ha entrado Viena. Se me han puesto los ojillos tontos recordando la época que pasé en París, sin duda una de las más felices de mi vida.
ResponderEliminarTe puedes creer que durante todo el tiempo que estuve allí ni entré en Notre Dame, ni visité el Louvre, ni subí a la Torre Eiffel… todas esas visitas pendientes las he hecho hace muy poco, y he de decir que el Louvre me decepcionó en cuanto a la calidad de la obra: el Museo del Prado es muchísimo mejor. Otra cosa es el edificio, que sólo por eso ya vale la pena.
Eso sí, todos los días, después de salir de trabajar por la mañana, pasaba por delante del Louvre y de Notre Dame antes de llegar a Sant Michel a desayunar por segunda vez.
Luego a la Alliance Française, que estaba (o está) cerca de Saint-Germain. Y de ahí, a comer al comedor universitario más cercano.
Después, en verano, una siesta en los Jardines de Luxemburgo o debajo de la Torre Eiffel, con los amigos que por aquella época pululábamos por allí, antes de ir al segundo trabajo. Otras 2’30 horas más.
Una época en la que veíamos todo el cine que podíamos, en las Salas de Arte y Ensayo o en la Cinemathèque (en Trocadero, cerca de la Torre Eiffel).
Recientemente, gracias a la invitación de una multinacional (de otra forma no hubiera sido posible) disfrute de alojarme en el Hotel de Crillon, en la Plaza de la Concorde. Algo así como el Ritz de Madrid, pero algo más exagerado. Me lo ha recordado esa foto que publicas.
Bueno, menudo rollazo que me he montado. Y a todo esto no te he preguntado cómo te lo has pasado. Pero leyéndote se nota que muy bien.
He venido directa a tu cocina para saborear tus cucurrones.Ya los he visto y te he dejado mis felicitaciones en esa entrada.
ResponderEliminarAhora me tomo mi tiempo y visto tu cocina en general.
Un abrazo,
María José.
Amiga Viena:
ResponderEliminarVoy de sorpresa en sorpresa. Tu post "Cocina en tres pasos y regreso de París", me ha dejado anonadado.
Parece ser -según leo en la parte izquierda del blog- que organizas clases de cocina. Seguro que podrías organizar cursos de muchas más cosas.
Intento en ocasiones visitar el blog de DE RE COQUINARIA, por ver algo sobre cocina romana antigua, pero finalmente he descubierto que lo más interesante son tus comentarios, y ya no me pierdo ni uno.
Un saludo,
Sebastián Damunt
PD. He conseguido localizar un ejemplar -está agotado- de El libro del caldero, de mi amigo Eugenio Martínez Pastor y, si me envías al correo una dirección postal, te lo envío.
latana@la-tana.com
Viena! Qué entrada más linda, me hiciste pasear de tu mano por París una vez más, me alegra mucho que hayas disfrutado tanto. Me parece muy bien que los platos de hoy sean livianos y rápidos de hacer, después del viaje hay que tomarse un descanso. Besitos
ResponderEliminarSALOME: Muchas gracias por incuirme en tus favoritos, de verdad es un halago.
ResponderEliminarUn beso.
OTEADOR: De rollazo nada, me encanta leer tus recuerdos y nostalgias. Puedo imaginarte por allí en aquellos años, como te imaginé cuando esta vez, me acordé de ti al ver el dos caballos de la foto. Creo que somos ya esa mítica generación del dos caballos, del cine en Francia, fuera de la censura, de la mochila y el césped como manta para hacer nuestra revolución, interna y externa. Sé que me entiendes.
Sobre el Louvre puedo estar de acuerdo contigo, seguramente en cuanto a obras en sí, no sea como preconizan el mejor del mundo, pero el edificio es tan impactante que bueno, da gusto volver. Esta vez estuve por los subterráneos, apenas había nadie frente al bullicio y el gentío de las otras plantas, en los sótanos había un silencio y una calma muy especiales. Hice fotos allí como en la intimidad e imaginé el edificio antes del hoy del museo y bueno, me gusta soñar lo que fue. También vi algunas de las nuevas salas de arte antiguo, que no sé cuanto de nuevas tienen, pero no estaban la última vez que yo fui.
Creo que sé a que hotel te refieres en la Concorde, vamos, por no decirte que le debí echar hasta fotos. Menudo lujazo ese ¿no?. Yo sin tanto empaque, tuve mucha suerte con el hotel, ya has visto la ventana que tenía. Creo que si vuelvo a París y espero que sí, voy a volver al mismo lugar, no puedo imaginar mejor despertar que ver la Torre entre la neblina de París.
En fin Oteador, compartimos cosas y nos encontramos por la Red, es muy agradable la retroalimentación que eso supone, al menos para mi.
Un beso y gracias por compartir por aquí.
MARIA JOSE: Bienvenida a este espacio. Muchas gracias por tus palabras y por tu visita. Espero que coincidamos más veces.
ResponderEliminarUn beso.
SEBASTIAN: No tengo palabras para agradecerte que me hayas conseguido El libro del Caldero, máximo sabiendo que está agotado, es una joya para mi y de verdad muchísimas, muchísimas gracias, como también mi agradecimiento por tus palabras tan amables como siempre.
Te envío un correo enseguida.
Un beso.
PAMELA: Gracias por venir a visitarme y por tus palabras. Me alegro de que te haya gustado el paseo.Un beso grande.
ResponderEliminarIncreible lo tuyo con la pluma, lo de la cocina es una obviedad... me has hecho pasar un rato insuperable en el día de hoy, me lo he pasado genial y aunque todavía no he estado en Paris me acabo de llevar un trocito de tu viaje aquí mismo paisana, a las Baleares...
ResponderEliminarDe tus recetas de hoy poco puedo decir, me he quedado tan embriagada por tu relato que esta noche tendré que volver. Maravillosa vista desde la ventana. Un beso enorme
Querida SARA: Me alegro de haberte hecho pasar un buen ratito y espero que sirva para darte un empujón y animarte a visitar por fin París, que es una pasada y seguro que te encantaría.
ResponderEliminarUn beso grandote y gracias por la visita.
Viena eres tan entrañable, tan dulce que sólo los que sois así sabeis disfrutar tanto de la cosas. Gracias por llevarnos en tu maleta y desde luego me has llevado al mejor sitio donde están los sueños, los bohemios al lugar justo donde quieres estar.
ResponderEliminarMe alegro de ese formidable viaje.
Por cierto me quedo con cualquier pincho pero para mi las alcachofas son especiales.
Bsos
Querida MARIA: Gracias por tu visita que siempre me gusta tanto, claro que con lo que me mimas, a cualquiera no le gustaría.
ResponderEliminarComparto contigo el gusto por las alcachofas y así, tan simple y tan fácil, es que parece increible lo ricas que están y lo poco que cuesta hacerlas.
Un beso grandote.
Inmensa entrada,evocadora,perfecta.El único pero,es que no veo los rabitos de las alcachofas.La habitación con vistas,un sueño.
ResponderEliminarSaludos.
Hola MIREN: Gracias por tu visita y comentario. En cuanto al pero, tienes toda la razón, en esta ocasión no les dejé el rabito, pero a mi me gusta todo de las alcachofas y no tiro nada, incluso las hojas verdes, a medida que voy quitándolas, las "repelo", todo es aprovechable.
ResponderEliminarUn beso
Querida Viena: Eres un ser profundamente generoso, amable y fraterno con todos.
ResponderEliminarNos has llevado de la mano contigo, sabiendo muy bien el gusto de tus lectores en ese viaje.
Las fotografías de las esculturas son de una gran belleza.
Y que decir de tus recetas, me encantaron las cazuelitas y las alcachofas también, gracias, gracias por todo
CARMEN: Gracias a ti mujer, por esas cosas tan bonitas que me dices, siempre dándome alegrías, dime tu si no es eso más generosidad que nada.
ResponderEliminarUn placer tenerte por aquí.
Un beso grande.
¡Pero bueno1 esto ya es el colmo!!!
ResponderEliminarNo sé si el día de ayer pasó o no... Que yo ayer te escribí aquí un comentario. que lo tengo aún enmi cabeza, y no ha salido... ¡¡¡horrorrrr! ¡Me estoy volviendo loca!
Voy a esperar a ver se ha guardado en algún sitio, y si no, tranquilamente, te escribiré lo que había escrito anteriormente, o algo parecido, porque nunca sale igual. Además, salió del corazón, de la sorpresa, del entusiasmo, de la alegría...
bueno, hoy no es mi día...
M. ANGELES: Voy a mirar en los comentarios span, a ver si por lo que sea el sistema los ha metido ahí, porque me tienes intrigada a mi también, espero que no haya problemas para comentar en el blog o algo parecido. Esto de la informática es tan imprevisible que me mosqueo rápido.
ResponderEliminarNo te preocupes, seguro que en algún sitio están tus comentarios y los vamos a encontrar.
Un beso grandote.
M. ANGELES: Pues he mirado y tampoco está en span, no sé que ha podido ocurrir.
ResponderEliminarUn beso.
El viernes pasado fui a ver "Midnight in Paris", la última película de Woody Allen, y me acordé de tu viaje, de las fotos, la magia de la cuidad...y en la película volví a revivirlo. Me han entrado muchas ganas de volver.
ResponderEliminarTe dejo este mensaje para que no te pierdas la peli, salen todos los rincones de París y, además, la historia merece la pena.
Muchos besos, querida Viena.
Muchas gracias a ti mi duende, que no me pienso perder esta peli.
ResponderEliminarUn beso grande.