Ir al contenido principal

Entradas

POR QUÉ SABORES DE VIENA

      Viena sabe a pasteles, a tarta Sacher, a bollitos de leche y a croissant… Y suena a Mozart y a Strauss, a niños cantores o vals a la orilla del Danubio. Huele a hojaldres horneándose, pero también a nieve recién caída sobre sus calles, lo que evoca el suave tacto de una fría mañana sobre la piel. Pero es que además en Viena, hay un mercado callejero de golosinas de más de dos kilómetros, algo único en Europa ¿No es fantástico? Viena me sugiere mil estímulos para los sentidos, todo ello y cierta extravagancia para ponerle nombres de países y ciudades a los archivos con los que trabajo, es lo que me llevó a adoptar el nombre de Viena para mi correo y a llamar a este espacio: “Sabores de Viena”.  

APRENDIENDO: GELATINAS

Aunque hay varias clases de gelatinas que vamos a ver enseguida, las gelatinas que normalmente conocemos y podemos adquirir en los supermercados, son sustancias de origen animal que se obtienen del colágeno, una proteína de baja calidad que se encuentra en la piel, huesos y tejidos animales.  Generalmente se elaboran cociendo muy lentamente pezuñas y manos de vacas, aves y otros animales de caza. El resultado se va clarificando y colando hasta que se obtiene un producto líquido en caliente y sólido al enfriarse. Estas gelatinas son las llamadas gelatinas naturales. Se dice que son de bajo valor porque carecen de algunos aminoácidos esenciales. No está bien entonces que mediante la publicidad se nos confunda, haciéndonos creer que este es un alimento rico y nutritivo para los niños. Es cierto que es un alimento atractivo para los niños, por sus colores brillantes y sabores a golosinas. Por otra parte, las gelatinas de frutas pueden ser más saludables que las golosinas, pues t...