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POR QUÉ SABORES DE VIENA

   
 

Viena sabe a pasteles, a tarta Sacher, a bollitos de leche y a croissant…

Y suena a Mozart y a Strauss, a niños cantores o vals a la orilla del Danubio.


Huele a hojaldres horneándose, pero también a nieve recién caída sobre sus calles, lo que evoca el suave tacto de una fría mañana sobre la piel. Pero es que además en Viena, hay un mercado callejero de golosinas de más de dos kilómetros, algo único en Europa ¿No es fantástico?


Viena me sugiere mil estímulos para los sentidos, todo ello y cierta extravagancia para ponerle nombres de países y ciudades a los archivos con los que trabajo, es lo que me llevó a adoptar el nombre de Viena para mi correo y a llamar a este espacio: “Sabores de Viena”. 

Comentarios

  1. Hace muchos años, cuando no podía salir de esta isla, alguien dibujaba Viena para mí.
    Casi cada noche me traía una pieza nueva de Mozart, o un vals de Strauss, y agazapados bajo la manta, azuzábamos el caballo que tiraba de nuestro carro... dejando a su paso, en el aire, aroma a chocolate y café.

    Desde entonces, tengo la promesa de ir hasta allí a comer una porción de la Sacher (aunque el chocolate no sea mi fuerte) y un café.

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  2. Eh Adormidera, mientras viajas a Viena un día de estos, por aquí te traigo enseguida un trozo de Sacher que estoy preparando: ¿Hace?

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  3. Hace tiempo que ojeo recetas de todos lados.
    De madre Suiza, padre Belga... cocino diferente y me gusta la cocina, aunque me falta ánimo.
    Nunca he hecho comentario alguno sobre nada ni nadie...Esta es la primera vez.
    Me gusta tu blog y tu poesia.
    Me gustan tu sonrisa y tus pasteles
    Gracias por compartirlos con nosotros
    Gracias por compartirlos conmigo

    Cari

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  4. Hola Cari: Un comentario precioso me haces y soy yo quien te da las gracias por estar por aquí. Espero que no sea la única vez.
    Un beso grande.

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