Es posible que nunca hayamos pensado en este dato: cada día entran en nuestra casa entre uno y dos kilos de comida y bebida por persona.
¿Qué significa esto? Pues significa muchas cosas: significa por ejemplo, que la cocina es el lugar de nuestra casa en donde generamos casi todos los residuos; significa que como consumidores, tenemos la responsabilidad de elegir esos kilos de comida en envases ecológicos o al menos, racionales. Los estantes de los supermercados están repletos de productos cuyo peso es muy inferior al peso de sus envases: bandejas de poliespan, plásticos, cartón, vidrio, tetra brick, aluminio, etc. Son esos residuos que cada día “compramos y tiramos”, que pensándolo bien, es muy fuerte.
Según datos de los últimos años, facilitados por Greempeace y estudios de la FAO en España producimos un kilo de residuos alimenticios por persona y día, así que saquemos cuentas, porque si compramos entre uno y dos kilos de comida y producimos uno o más de residuos, quiere decir que más de la mitad de lo que compramos, lo tiramos.
Lástima de derroche, que no es poco, pues resulta que los españoles gastamos una cuarta parte de nuestro sueldo en comida y los envases los pagamos como comida.
Los consumidores tenemos un gran poder, las empresas hacen estudios de mercado en base a nuestras preferencias y si pedimos lo saludable, ellos venderán lo saludable, si pedimos lo ecológico, ellos venderán lo ecológico, es así, así funciona el mercado, luego entonces: ¿Por qué no usar ese poder a favor del planeta y por ende de nuestra salud?
También la cocina se lleva un buen porcentaje de nuestro gasto de electricidad.
Cualquiera puede comprobar los pocos aparatos que hacen falta para cocinar, aún las recetas más complejas. Aunque el uso de electrodomésticos puede hacernos la vida más fácil en la cocina, eso no quiere decir que no seamos conscientes del gasto energético que esos aparatos suponen.
Cocinar de forma sana, resulta coherentemente, cocinar también de forma ecológica. ¿Y el agua? Una cuarta parte del agua que consumimos, la gastamos en la cocina y hay pequeños correctores que bastarían para reducir ese consumo, como por ejemplo, un economizador de agua, un pequeño artilugio colocado en nuestro grifo que reduce el caudal y que podemos comprar en cualquier ferretería.
Actualmente, al menos en España, asistimos a la retirada de bolsas de plástico en los supermercados, aunque mejor dicho, no hay retirada, lo que pasa es que ya no se ofrecen gratis, lo que supone una disminución importante en su consumo, pero siguen teniendo bolsas que nos cobran. En cualquier caso: ¡ya era hora! Una medida que aunque tarde, sigue siendo magnífica. Pequeños cambios nos tienen que llevar hacia otra forma de enfocar nuestro consumo.
Reciclar las basuras no es difícil, se trata simplemente de educarnos y educar en una nueva perspectiva de solidaridad, aunque en realidad trabajamos por nosotros mismos, para nuestros hijos, para poder habitar un mundo algo más saludable.
Claro que los Ayuntamientos deben hacer campañas de reciclaje, poner contenedores selectivos en todos los lugares y no solamente en algunos puntos.
En los colegios hay que enseñar a reciclar a los niños, todos sabemos cómo nos piden en casa esas medidas que han aprendido en el cole. En este caso, los niños educan a los padres invirtiendo el papel habitual y es muy interesante.
Algunas consecuencias nos pasan desapercibidas, no se nos ocurren que son el coste por tener todo en todo momento. Por ejemplo: comprar productos de la zona siempre que sea posible, ahorra una barbaridad en combustible que gasta el transporte cuando trae alimentos de lugares lejanos, que además, suelen estar fuera de temporada.
Otra medida se refiere a la compra de productos frescos. Es impresionante el ahorro en medios de conservación que hacemos. Nos asustaríamos del gasto energético que suponen los congeladores.
Aunque no está al alcance de todos, siempre que podamos, estaría muy bien consumir productos ecológicos, de los de verdad. Actualmente son carísimos y muchas veces, despiertan la desconfianza del personal, porque hay una falta de honestidad en ese mundillo que es en muchos casos, una moda más que una conciencia ecológica. Por eso no avanza su comercialización, pero si pedimos a nuestros proveedores habituales, a nuestro supermercado de cada día, que los traiga, al cabo de un tiempo es posible que por aquello de esa ley del libre mercado que todo lo gobierna, los productos ecológicos se hagan más presentes y más baratos.
No se trata solamente de nuestra salud, que es importante, sino de la salud de la Tierra , pues la producción agrícola es la que más agua consume y es también la que más residuos tóxicos deja en la tierra, debido a los pesticidas y fertilizantes que se usan en los vegetales para el consumo humano, un consumo que exige por efecto de la publicidad y otros engaños, que los frutos sean cada vez más grandes, más brillantes o más, aparentemente hermosos.
Algunas veces hemos comentado que los productos pequeños son más sabrosos y seguramente más naturales. Es cuando alguien recuerda la hermosa manzana envenenada de Blancanieves.
En cuanto a la carne, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, AESAN el consumo medio por persona y día en España, está en 164 gramos , mucho más de lo que sería razonable para una dieta sana y equilibrada. Pero no sólo eso. La carne roja, es uno de los grandes contaminantes del planeta.
Según estudios internacionales llevados a cabo y publicados por la revista científica The Lancet, es necesario reducir urgentemente el consumo de carne roja, para frenar el calentamiento global del planeta.
El sistema digestivo de los rumiantes y el estiércol que generan, los fertilizantes y pesticidas necesarios para los pastos de su alimentación, además de otros procesos ligados a la ganadería, generan tal cantidad de metano, que se ha convertido en una de las preocupaciones mayores respecto al efecto invernadero.
Aparte, hay una desforestación consecuente, que la ganadería lleva implícita muchas veces en países en desarrollo.
Como en datos parece que nos llegan más las cosas, os cuento: El sector agropecuario genera el 22% de las emisiones mundiales de efecto invernadero. Más o menos como la industria y superior al del transporte. Un 80% del total se debe a la ganadería: metano y dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno.
Un gran cambio pues, una acción directamente responsable respecto a la ecología, sería comer muchísima menos carne y que cuando lo hiciéramos, fuera de la máxima calidad. Carne de animales criados de forma más natural, tiene menos impacto ambiental y resulta muchísimo más saludable que la carne de cría masiva y deshumanizada, con todas esas energías del sufrimiento animal que también nos comemos.
El uso de jabones y detergentes, es otra de las correcciones que podemos aplicar en la cocina. Por supuesto no debemos tirar jamás el aceite usado, por el fregadero, tenemos que recordar que un solo litro de aceite, es capaz de contaminar más de mil litros de agua. Por otra parte, el aceite de desecho puede ser usado para elaborar jabones naturales, que sería estupendo que aprendiéramos a hacerlos nosotros mismos. Eso, nos ahorraría en jabón y haría mucho menos daño al planeta que los detergentes que normalmente usamos y que se van por nuestros fregaderos.
En cualquier caso, existen contenedores para depositar el aceite y si no tenéis ninguno cerca, pedir a vuestro Ayuntamiento que os los pongan.
En fin, que en la cocina se cuecen muchas cosas, además de los guisos y nosotros, las y los cocineros, podemos hacer mucho porque este espacio, también sea sano, ético para con los seres vivos y ecológico.
Algunos datos: (Greempeace)
-Una lavadora lavando en frío ahorra hasta el 90% de electricidad.
-Una bombilla fluorescente ahorra un 80% respecto a una normal.
-Un frigorífico con bajo consumo ahorra entre el 45 y el 80% sobre uno normal.
-Una cocina de gas ahorra hasta el 73% respecto a una cocina eléctrica.
-Un ventilador de techo ahorra hasta el 98% sobre un aparato de aire acondicionado.
-Cada persona en España gasta unos 700 euros al año en energía, de los cuales el 46% se gasta en calefacción, el 20% en agua caliente, el 16% en electrodomésticos.
Más datos: (FAO)
-La tercera parte de la comida producida para consumo humano, es decir, 1,3 billones de toneladas, acaba en la basura cada año.
Esta basura se genera a partir de alimentos en buen estado. Este dato no incluye el gasto de energía, agua, químicos y trabajo invertidos y derrochados en producir, transportar y almacenar esa comida que irá a la basura.
El verano, o sea cuando sea que podamos, es decir: ¡Ahora! es el mejor momento para empezar a concienciarse, aplicar las medidas que podamos dentro de nuestras posibilidades, aprender a incorporar pequeños cambios, charlar con la familia, educar y educarnos en esta responsabilidad.
Nosotros podemos cambiarlo, de hecho, somos los únicos que podemos cambiarlo.
Un abrazo.
Querida Viena, cuánta razón tienes en todo lo que explicas. La pena es que no lo ponen nada fácil para que podamos ser mucho más ecológicos de lo que somos. El consumismo nos ha invadido y nos deja cieg@s ante la evidencia de que no estamos haciéndolo bien, nos arrastra y nos dirige.
ResponderEliminarComo dices, los precios de los productos ecológicos están por las nubes, pero yo por ejemplo prefiero comerme un huevo ecológico que tres de los otros, así que al final el precio también está en la forma de administrar los alimentos. Se come en exceso y se tira en exceso. Cuando compro productos ecológicos, reduzco la compra porque valoro mucho más el hecho de que se estropee algo. El problema es que no en todos los sitios puedes ir a comprar este tipo de productos, y ahí es donde encuentro el problema. En el resto de Europa es muy común en todos los supermercados tener una buena y muy variada oferta.
Cuando me fuí a Madrid, hice un día el pedido de la compra a un gran supermercado y aluciné con la de cajas que me subieron a casa. Desde entonces nunca más encargué una compra.
En fín se puede hablar tanto sobre este tema....... Creo que además de que la gente se conciencie, deberían de poner muchos más medios para facilitarlo. Un beso
Una entrada muy instructiva y que da mucho que pensar! todos tendríamos que concienzarnos con los productos que consumimos, y sobretodo con la cantidad. Aunque en casa somos amantes de la carne también miramos mucho donde, como y cuanto la consumimos. Intentamos reciclar al máximo todos los productos y alimentos y por supuesto siempre que podemos optamos por productos ecológicos. El mundo tiene que cambiar, en las pequeñas cosas tenemos que ayudar!
ResponderEliminarMuchos Besoss guapa y gracias por tu visita ;)
Hola Viena,
ResponderEliminarPrimero que todo dejadme decirte que tu blog es extraordinario. Te he venido leyendo desde hace un tiempo pero es la primera vez que te dejo un comentario; la razón... no sé. En fin, en tus relatos hay gran sabiduría, historia, poema, mensajes y muy buenas recetas. Este post en particular a mi me llega al corazón porque es un tema del que se debería hablar mas. Mucha gente dice que vivir, comprar y consumir de forma ecológica es muy caro, yo creo que sí, puede ser. Pero de alguna manera tenemos que empezar a intentar, como consumidores, aumentar la demanda de productos ecológicos y de esta manera reducir los precios. Yo simpatizo mucho con las personas que viven en ciudades grandes, que tiene familia numerosa y cuentan con sueldos bajos, para ellos es mas difícil pero no imposible. No se espera que personas en esta situación hagan cambios enormes pero si que intenten pequeños cambios que se van sumando y hacen la diferencia.
Hace un tiempo yo compraba hasta 4 cajas de agua embotellada en envases de 16 onzas cada una. La caja traía 36 botellas y me compraba 4 cajas, o sea, 134 a la semana! Y aunque reciclaba las botellas, estaba generando demasiada basura. Después de leer un mensaje como el que tu hoy nos compartes decidí no comprar mas agua en botellas. Ahora tengo un servicio que me lleva el agua a la oficina en envases de 1/2 galón que la compañía recoge cada semana y los remplaza con envases llenos. Esto no solo me ahorro dinero en agua sino también tiempo y gasolina que gastaba en ir a la tienda a comprar mis cajas de agua embotellada (sí, el repartidor de agua gasta gasolina pero solamente en mi oficina entrega a mas de 50 personas en un solo viaje que es mucho menos de lo que gastaríamos si cada persona tuviera que ir al mercado por su propia cuenta). Aparte me siento mejor porque no genero mas basura. Así pues, si cada persona hiciera un solo cambio en sus hábitos como consumidor, estaríamos en camino a conseguir un mejor planeta. Gracias, Viena, por este importantísimo post. Te seguiré leyendo. Un beso.
Oop! Quise decir 144 no 134, ni modo, un typo.
ResponderEliminarSi al menos hiciéramos todos la cuarta parte de las cosas que dices, anda que no cuidaríamos el planeta y ahorraríamos. Lo de eliminar las bolsas de plástico es una idea fantástica que deberíamos de haber aplicado hace 30 años, pero detrás de todo esto, tras el velo de la sostenibilidad, hay una ley sí que obligará a llevarlo a cabo en pocos años pero hoy poy hoy hay una hipocresía escandalosa. Se han montado descaradamente en el carro del ahorro en costes con la excusa de esta norma, que por otro lado tiene un efecto positivo, sin duda, pero la hipocresía la demuestran cuando dentro de los centros comerciales puedes derrochar cinco mil bolsas de plástico, comprar bandejas, te puedes llevar perchas de plástico que luego la gente tira de lo malas que son, guantes, etc.
ResponderEliminarEs más El Corte Inglés las cobra sin ofrecer bolsas ecológicas mediante pago, ofrece las normales y además, las han puesto carísimas.
No digamos que dentro hemos visto que hasta envuelven pomelos individualmente, plátanos, naranjas, compras una lonchas de pavo, y te dan tres envoltorios, puedes comprar la fruta por bandejas de 2 unidades, ufff.. una verguenza, Ahora bien, eso sí lo hacen porque lo cobran en el precio del producto, lo de las bolsas en caja no podían, ahora sí.
En fin, que volviendo al tema del hogar, hay cientos de trucos o técnicas para convertir nuestra cocina en algo más ecológio, todo lo que cuentas es genial, y nosotros hemos descubierto que con una simple servilleta o papel de cocina, ahorramos más de 5 litros al poner un friega platos, ya que con ella limpiamos los restos de comida de los platos con esto.
Muy interesante Viena, muy interesante.
Estoy de acuerdo creo que con todo lo que has escrito excepto un pequeño detalle, los consumidores tenemos fuerza pero para ejercer esa presión tendríamos que estar todos de acuerdo, hay muchísima gente que no solo no se fija en el porespan sino que prefiere las bandejitas "porque son más limpias", si hubiera más gente concienciada nos iría mejor a todos y principlamente al planeta.
ResponderEliminarQuerida Viena, gracias por recordarnos lo importante que es contribuir en mejorar nuestro entorno.
ResponderEliminarTodos podemos aportar nuestro granito de arena, desde nuestras casas, reciclando y mirando muy bien todo lo que compramos.
Debemos procurar entre todos mantener el medio ambiente en las mejores condiciones y ser conscientes de la situación crítica en la que nos encontramos.
Mil besos preciosa.
Tienes razón en todo lo que dices, pero desafortunadamente en muchos sitios no es tan fácil reciclar. Y a veces, hay exageraciones entre los "recicladores".
ResponderEliminarEn Bruselas, normalmente hay que poner los desechos en tres bolsas: una para papel y cartón, una para plásticos y la otra para la basurilla normal. Pero.. ¡Ay de tí si te equivocas! ¡registran aleatoriamente los sacos de basura! Un pobre mindundi, sin duda subempleado y posiblemente emigrata, abre bolsas de vez en cuando, y como encuentre un yogurt en la bolsa de los plásticos, te la has cargado. Cierto es que te avisan, por ejemplo con cartelones en el metro: "el yogurt se tira con la basura normal, multa de 150 euros por no respetar esto".
Vale, es un avance el reciclaje, pero entre tanto, muchas calles están sucias y llenas de papeles, colillas, etc. Y mientras, los camiones de la basura clasificando bolsas.
Un abrazo y perdón por el rollazo.
La etiqueta de "a fondo" es acertadísima... me gusta y mucho este repasito de verano...
ResponderEliminarel yogur se tira en la bolsa normal de basura? ese día falté a la escuela? yo los tiro al plástico!...o solo es en bruselas?
Un beso mi chica y gracias muchas gracias por el cariñico que dejaste en mi cocina, un abrazo. Hasta pronto.
Dios mio bruselas con ninuscula no me van a dejar entrar: BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB.....y 1000.
ResponderEliminarBruselas,así si, bien.
Muchas gracias a todos por los comentarios tan amables.
ResponderEliminarANNA: Yo pienso como tu, prefiero un huevo sano que tres que no saben a nada ni tienen los nutrientes en condiciones, pero entiendo que todo el mundo no se lo puede permitir, a no ser que cambie el mercado de lo saludable y se haga asequible. Fíjate que hace 50 años, por ejemplo, el consumo de carne era muy inferior, pero cientos de veces inferior al de ahora, debido al precio que tenía. Ahora un pollo vale 3 Euros y es la solución proteínica de millones de familias humildes, que incluso, come más carne que la que se debería. Esto demuestra que unas pequeñas correcciones económicas serían suficientes para que la gente en general comiera más sano, pero esas medidas son muy difíciles de tomar, porque el mercado como tu dices, lo gobierna todo. Pues bien, el mercado somos nosotros, por eso decía que como consumidores tenemos gran responsabilidad y poder.
Un beso.
INGRID: Estamos de acuerdo, el mundo tiene que cambiar y a veces, eso se hace gesto a gesto. Nosotros podemos hacerlo.
Un beso.
PRIETA: Gracias por tus palabras, es un placer recibirte por aquí.
Te digo como a Anna, que el aspecto económico, decide bastante el consumo a nivel masivo de las familias, pero eso, que muchas veces es lo que nos limita, es también lo que nos da el poder. Poco a poco, pidiendo, eligiendo, podemos cambiar incluso ese aspecto.
Respecto al reciclaje, creo que la batalla está en las escuelas, es una cuestión de educación. Yo alucino cada día cuando compruebo que incluso gente muy culta, concienzada y moderna, no sabe reciclar, y todavía pregunta ¿esto dónde va? Porque nadie se lo ha enseñado en ninguna parte.
Claro que también alucino cuando tengo que andarme al pueblecito más cercano para poder tirar la basura selectivamente. No hay campaña en la calle, ni por asomo. Si la gente se supiera la clasificación de las basuras tan bien como se sabe el nombre y la vida de todos esos personajillos famosos de la TV "basura" el mundo cambiaba, eso seguro.
En fin, poco a poco hay que poner el granito de arena.
Un beso.
CARLOS: Estoy totalmente contigo, es de vergüenza que nos combren las bolsas en caja y que dentro, puedas usar las que quieras, incluso para un par de ciruelas, o como tu dices, los envoltorios miles que no tienen sentido. Pero es lo que hay, nosotros tenemos que optar por no consumir esas bolsas de dentro, esa es nuestra responsabilidad, la del otro es otra cuestión. Esto es como cuando la gente dice que no recicla porque se han enterado que luego el ayuntamiento tira todos los contenedores al mismo sitio, bueno, es posible que hayan casos, siempre hay casos, pero nuestra responsabilidad es reciclar, nosotros vamos a cumplirla, y que el otro cumpla o no la suya es otra cuestión, es cosa del otro, no puede justificar mi comportamiento.
Creo sinceramente que el cambio más efectivo es el cambio individual, el de cada uno y eso es lo que hay que hacer. Poco a poco.
Un beso.
EU: Este post, este intercambio contigo y con los otros, una simple charla en la cola del supermercado o con los amigos, hacen conciencia y eso es muy importante. Nunca me he conformado con esa dejadez de la gente que dice y cree que somos demasiado poca cosa para poder hacer nada, creo que todos somos muy importantes para cada gesto y uno debe hacerlo, el gesto, su gesto. Seguro que así podemos cambiar cualquier cosa.
Un beso.
SUNY: Totalmente de acuerdo. Entre todos podemos.
ResponderEliminarUn beso.
SOROKIN: Claro que tienes razón, en muchos lugares no hay contenedores selectivos, es un incordio tener que irte con las basuras al lugar donde los hay, pero la gente toma el coche y va kilómetros a comprar tabaco cuando se queda sin cigarrillos y vamos, que todo es relativo, una cuestión de conciencia. En el otro extremo, esos casos que relatas que válgame dios, es exagerado, pero más de lo mismo, una cosa no quita la otra, es decir, que hayan exageraciones no quiere decir que mejor no hagamos nada, y que hayan esas relatividades de las calles sucias y demás, no quiere decir que no reciclemos, las cosas no son o blancas en un extremo o negras en el otro, la vida es toda la gama intermedia, así que cada gesto es importante, gesto acorde a nuestra conciencia, lo demás, pertenece a otras conciencias que no podemos ni debemos controlar, nosotros podemos con lo que nos concierne y bueno, ahí es donde cada cual tiene que determinar qué es lo que le concierne. Conciencia y responsabilidad, algo que creo que se debería aprender en la escuela, para que de mayores, no nos costara tanto.
Pero sí, el caso del yogur, tiene mantingala.
Un beso.
FE-I*KÁ: No sé yo si perdonaremos ese lapsus de bruselas con minúsculas ejem ejem. Y bueno, lo del yogur tampoco lo tengo yo muy claro, Sorokin debería alcararlo porque lo que es yo, cuando quiero comprar yogures me vuelvo medio loca, ya que los hay: de cristal, de cartón, de plástico, con cero grasas, azucarado, con toda clase de frutas, pero también con trocitos.... socorrooooo ¿no os pasa?
Un beso
Muchas gracias por esta fantástica entrada, Viena. Tú si que contribuyes, no sólo de manera individual en tu casa, sino haciendo público este discurso, a tomar conciencia de lo necesario que es cuidar nuestro medio ambiente. Y tienes razón, la mayoría de los residuos que genereamos provienen de la cocina.
ResponderEliminarTodos tenemos que aportar nuestro granito de arena con el reciclaje de residuos, comprando localmente y si puede ser productos ecológicos. Pero es tan difícil en el mundo en el que estamos...
Como tu has dicho, los productos ecológicos son más caros y no todo el mundo se lo pueden permitir, pero no solo eso, hay mucha gente que sí se lo puede permitir y no toma conciencia de ello: es más fácil ir al supermercado y coger todo en sus bandejitas: frutas, carnes e incluso pescado envasados en poliespan, sin saber qué consecuencias ambientales producen nuestras comodidades.
Por otra parte, lo de la carne roja, ya no por conciencia ambiental, que por supuesto también, sino por salud. Todo el mundo debe saber que no se debe comer más de una o dos veces a la semana. Si la media es de 164gr. por persona y día, habrá por ahí alguien que se coma 5 o 6 veces más de esa cantidad por mi.
Son tantas pequeñas cosas...todos, uno a uno hacemos un mucho, pero es evidente que desde las instituciones es imprescindible crear una cultura concienciadora para ayudar a nuestro medio ambiente. ¡Estoy tan contenta con la eliminación de las bolsas de plástico de los supermercados! A mí hace años me miraban raro por llevar bolsas reutilizables y ¡fíjate!
No sabía que se gastaba más con la vitrocerámica que con la hornilla de gas...:-(
Te reitero las gracias, ¡nadie se va de tu blog sin haber aprendido algo nuevo!
Un beso
Muy interesantre post y muy de acuerdo. La verdad yo me he concienciado más desde que vivo en Alemania. Lo de las bolsas del super queda para alguna compra de última hora y que olvidaste la de tela en casa. De hecho cuando se olvidan, usan las mismas cajitas vacías que van quedando en el super y ya está. Por otro lado, el mercado BIO acá es muchísimo más barato y casi todos los supermercados tienen incluso su línea blanca de dichos productos, hasta el LIDL.
ResponderEliminarUn dato que puedo agregar a lo de la carne roja, el Times acaba de publicar un informe en el que sostiene que la proteína de las carnes rojas es la que menos se absorbe, siendo, creo recordar solo un 20 o 15% de la misma.
Creo que los "ricos" que vivimos en el primer mundo derrochamos muchísima comida, es verdad, y cada día es menos posible en el supermercado comparar cosas por pequeñas unidades o cantidades, por lo que hay que buscar alternativas.
Un gran abrazo, Viena.
Me ha gustado muchísimo tus datos e informaciones.Me parece muy importante tener en cuenta todas estas cosas para procurar actuar en conciencia.
ResponderEliminarTe agradezco tu labor de propaganda y de difusión y a ver si entre todos, consciente y responsablemente, nos ocupamos en hacer un mundo mejor.
Saludos y encantada de conocerte y seguirte.
LAURITA: estoy tan de acuerdo contigo, que poco más podemos añadir. También mi parte de carne la come alguien por ahí.
ResponderEliminarDe todas formas el consumo de carne ha disminuido en los últimos años, o sea, que algo sí se mueve. Entre todos vamos cambiando un poquito cada día, esta carrera de consumo irresponsable. Al final lo conseguiremos. O eso espero.
Un beso grande y gracias.
CLAUDIA: Es admirable la conciencia de países como Alemania en el tema ecología. Se ve por las calles, las tiendas, la educación de la gente, en fin, ya digo, admirable para mi. La labor de los Verdes allí se nota.
El tema de la carne roja es realmente grave, ya llevan años dando la voz de alarma, o dejamos de consumir tanta carne, o vamos a llegar a un punto sin retorno en el calentamiento global. Y encima como tu dices, la absorción no es tanta como se creía. Bueno, leyendo los datos, esos que casi nadie sabe, de la cantidad de energía que se necesita para conseguir un kilo de carne, uno alucina. Por ejemplo, para conseguir un kilo de carne roja se necesitan 16 kilos de alimento para el ganado. O este otro dato: una hectárea plantada de vegetales, produce 5 veces más proteína que si esa hectárea se destina a producción de carne. Vamos un absurdo total, es como si para comer 500 calorías tuviéramos que caminar hasta quemar 2.500. No tiene sentido.
Algunos datos parecen optimistas, pues se ha rebajado el consumo de carne, pero todavía hay que hacer un retroceso drástico si queremos arreglar algo.
Un beso y gracias por tu visita.
MARIA: Bienvenida a este espacio y gracias por tu comentario. La difusión y el hacer conciencia es algo que podemos hacer todos, en un blog, entre nuestros amigos, en cualquier conversación y todas esas aportaciones son importantes.
Un abrazo.
Clap, clap, clap, un aplauso a una mujer conciente que le preocupa su planeta y que los demás adquieran esa sabiduría. Un excelente post.
ResponderEliminarAunque seamos 1,2,3, por algo se empieza, este mundo no se merece el trato que le hemos dado, y qué bueno que tú sí tengas una visión ecológica, Viena querida. Siguen los aplausos.
Carmen: Muchas gracias. Me consta que también tú estás en la misma lucha y que por suerte, somos más de tres.
ResponderEliminarUn beso, mi amiga.
Hola Viena, que conste en acta que nosotros desde hace tiempo no compramos nunca barquetas, ahora bien, para comprar cosas a granel sólo te las pesan con bolsas, además de tirar el guante de plástico con el que las coges. Una pena.
ResponderEliminar¿Has visto los quesos y embutidos que te los venden en sobres loncheados y separados por plásticos cada loncha?, eso no es culpa de las grandes superficies, son las marcas, pero es evidente que aquí debemos de arrimar el hombro todos. De juzgado de guardia.
Un placer Viena venir por aquí, y gracias por tus palabras en nuestro blog.
Un saludo.
CARLOS: Yo tampoco compro en bandejas, y siempre que puedo compro las frutas y verduras en mercados en donde no te ponen bolsas si llevas un cesto. Pero es cierto que todo es una contradicción, en cualquier lado, las bolsas forman parte de la compra, incluso cuando compras helados o en la ferretería, o qué se yo, en cualquier lado. No siempre es fácil prescindir de estas compras, pero el cambio será poquito a poco.
ResponderEliminarAyer hice tu helado con mermelada, usé mermelada de naranja casera y creo que es uno de los mejores helados del verano. Nos ha encantado en casa.
Un beso.
Que bueno reflexionar a veces sobre estos temas, creo que poco a poco se nos va a ir la tonteria de tanta bolsa y tanta bandeja.
ResponderEliminarBesicos:)
RAQUEL: Besicos también para ti.
ResponderEliminarQuerida Viena, tienes más razón que un bendito. Yo últimamente tengo una lucha encarnizada con la conservación de los alimentos, por fin me he hecho con una envasadora al vacío y veo que no tiro tanta comida, cuando vive uno sólo es difícil no tirar muchas cosas que se olvidan en el frigorífico, pero ahora noto un cambio radical.
ResponderEliminarCon la bolsa de la compra no me importa pagar un poco más y comprar buenos productos, a ser posibles ecológicos y frescos, luego compenso y me ahorro mucho en cosas que jamás compro: bebidas carbonatadas, pre-cocinadas, etc... y que suelen ser caras.
Un besote.
Hola mi querida!!!ayyyy! cuánta razón y algún que otro sentimiento de culpa en alguna que otra línea. Aunque en casa somos muy conscientes, y en la cocina tengo 2 botes de basura (orgánica e inorgánica) si vieras como mis niños están bien educaditos y saben perfectamente a donde va cada cosa, aún así, siento que es taaan poquito lo que yo hago.
ResponderEliminarCreo que es muy interesante tocar este punto en la cocina, porque hay muchas cosas que podemos mejorar..
besitos!!!
Querida Viena: Grandes verdades y grandes soluciones, cada uno tiene que poner su granito de arena para cuidar nuestro hogar que es el planeta, gracias por tu aporte, un beso enorme
ResponderEliminarEstas son la clase de cosas fáciles de decir y de acuerdo general pero que una vez ves el mundo que te rodea te das cuenta de que una cosa son las palabras y otras los actos yo intento consumir lo menos posible intento por ejemplo no tirar nada a la calle ademas de reciclar y realmente es un esfuerzo totalmente insuficiente, al final nadie hace estas cosas solo son hechos de unos pocos que aunque tienen toda mi admiración no tienen un impacto real, personalmente creo que este tipo de cosas tienen que venir de nuestros queridos amigos de arriba porque de nosotros no va a salir somos demasiado "vagos" si queremos la gasolina barata y la comida barata ademas de un bonito trabajo remunerado tenemos que ser conscientes de que esto tiene un coste, nos estamos cargando el planeta y ni siquiera nos damos cuenta.
ResponderEliminarMe quedo en tu cocina, me ha gustado mucho tu reflexión.
ResponderEliminarSaludos y felices vacaciones. Entre fogones con David.
DELIKAT: Qué ganas tengo de que hablemos de todo eso en directo. Lo de la envasadora parece una buena idea, es sorprendente la cantidad de comida que tiramos, tiramos de todo en realidad, es la cultura del usar y tirar que cada vez es menos usar y más tirar, pero confiemos en que sabremos dar la vuelta a esto.
ResponderEliminarUn besote.
GABY: Yo como tu, creo que es muy importante que toquemos estos temas. Y lo de educar a los niños, esos es ya hacer bastante, te lo aseguro.
La educación es la esperanza.
Un bso grande.
PAMELA: Gracias por acercarte a este lugar y dejar tu comentario. Un beso.
DAVID POSE: Te agradezco tu comentario. Yo opino que lo que nosotros podemos hacer es todo, el concepto de los de arriba en realidad es como un engaño, para que nada cambie, pero no existen, solo existimos nosotros, las personas, los seres humanos, desempeñemos los cargos que desempeñemos. Si educamos a nuestros niños, ellos serán los políticos honestos del futuro y si nos decidimos a no tolerar la desidia de "los de arriba" respecto a ciertos temas, ellos, los políticos, temblarán. Nuestros gestos, pequeños gestos de a diario, tienen un gran impacto, te lo aseguro.
Un abrazo.
DAVID HERNANDEZ: Bienvenido a este lugar y muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Muy interesante tu post. Yo he incorporado prácticas ecológicas en mi vida diaria.
ResponderEliminarY así guardo el aceite usado, para que mi suegro haga jabón,
Compro verduras y huevos a agricultores locales que te ofrecen confianza y cercanía.
y además para activar la venta de productos españoles compro el aceite de oliva en almazaras y empresas de mi provincia. Y he encontrado una web estupenda, que tiene un listado de almazaras por Comunidades Autónomas. Os dejo el enlace para que también podáis serviros de esa información: http://www.dacoliva.es/empresas.html
Un saludo y enhorabuena por tu blog
Gracias por el aporte Ipecan, es información muy interesante.
EliminarSi todos hacemos algo a nivel individual, algo cambiará a nivel global. Estamos en ello.
Un beso.