¿Qué es esto?
Hicimos en clase una receta con yuca como ingrediente principal, pero Jaime, mi alumno, se despistó y no sabiendo bien qué tenía que comprar, se acercó a una tienda de oriental y ésto fue lo que nos trajo. En la tienda no habían sabido decirle cómo se llamaba el producto en cuestión.
Nada más verlo, me percaté de que no era yuca, por supuesto, pero ¿Qué era?
Tamaño como de unos 40 centímetros . Piel rugosa, con raíces, muy irregular. Bastante peso en relación a su tamaño. En el corte, muy crujiente y blanca su carne. Dulzona al paladar, en crudo.
Intenté buscar en Internet, en imágenes, todo tipo de batatas, raíces o tubérculos, pero no encontré esta pieza que tenía ante mis ojos.
Jaime me lo dejó y yo no sabía ni cómo cocinarlo, ni a qué sabía, ni qué era.
Hice fotografías y las envié a algunos amigos que a mi criterio, entienden de estas cosas, pero nadie supo decirme con certeza de qué se trataba.
Luego escribí a Ayako, nuestra profesora de cocina japonesa y ella me dijo que le parecía que se trataba de una batata que en Japón se llama: Shimon imo lo que traducido a nuestro idioma era algo así como: Batata de Simón. Sin embargo me manifestó sus dudas sobre si realmente era esta batata o no.
En cualquier caso, me envió una receta para que la cocinara y esa es la receta que hoy os traigo al blog. Eso sí, con alguna pequeña modificación aplicada a mi criterio.
Resultó ser algo súper raro, que me encantó, tanto de sabor, como de textura.
Y ahora que sé que está tan rica, me gustaría saber finalmente su nombre y poder hacerla en más de una ocasión, así que abierta está la llamada, por si alguien de vosotros me puede ayudar.
Mientras tanto, vamos con la receta con la que la cociné.
Ingredientes:
Esta cosa que parece una batata
Dos cucharadas de azúcar
3 cucharadas de aceite de girasol
Semillas de sésamo
Y así procedemos:
Aunque en la receta original Ayako me decía que cortara la batata con piel y todo, yo opté por pelarla, pues al no estar tan seguros de lo que se trataba, me pareció más prudente quitarle la piel, ya que en algunos tubérculos, la solanina contenida en la piel puede resultar tóxica y pensé que así estaría todo más seguro.
Por tanto lo que yo hice: pelar, lavar y cortar en trozos irregulares, el tubérculo y dejar en remojo durante 10 minutos.
La textura de la carne, es sumamente viscosa, solamente había visto una viscosidad mayor en las palas de los chumbos, que una vez se me ocurrió hacer mermelada de palera y aquello parecía el moco verde de un troll, eso sí, con buen sabor.
El caso es que esta batata también es viscosa y eso me puso un poco alerta, pero seguí adelante.
Coloqué en una sartén las tres cucharadas de aceite y las dos de azúcar
Y coloqué en ella la batata bien seca con papel de cocina, dejando que se fuera haciendo, primero a buen fuego y enseguida a fuego lento, con la sartén tapada. Así fue caramelizándose la batata y tomando un bonito color dorado.
Tan pronto como todos los trozos estuvieron dorados y la batata se veía blanda y hecha, aparté del fuego y espolvoreé generosamente con las semillas de sésamo.
La verdad es que la encontré tan deliciosa, que se me ocurrió hacer esto con patatas corrientes y molientes, con boniato o con otros vegetales. ¡Qué idea más buena!
Pero reconozco que nada sería como esto, tan estrictamente original, así que esta entrada es para compartir esta receta, desde luego, también para agradecer a Ayako su colaboración y a Jaime su regalo, pero sobre todo, para ver si alguien de quienes puedan leerme, acaba desvelando el nombre de este producto, que por otra parte, intentaré buscar para cocinar de nuevo.
Un abrazo.
Muchas gracias por la receta y la explicación.
ResponderEliminarGracias a ti Trini por tu visita y comentario.
EliminarUn abrazo
Que interesante, pues en mi vida he visto esta batata, y bueno, nos has enseñado una forma de prepararlo bastante sencilla. Seguro que quedó exquisita. Un saludo.
ResponderEliminarLo mejor Carlos es que a través de esta receta, me he dado cuenta que sirve también para hacer patatas, boniatos o cosas por el estilo. Es cierto que estaba muy rica.
EliminarUn saludo y gracias por tu visita.
Pues tampoco sé lo que es, Viena...
ResponderEliminarEso sí, la receta me ha encantado!
Un abrazo,
Aurélie
La receta es bien sencilla Aurélie y se me ocurrieron tantas variedades, que bueno, ahí tengo pendiente probar con peras, con patatas, zanahorias, etc.
EliminarUn abrazo y gracias por tu visita.
Hola Viena! Esta muy interesante tu receta, pero es aun mas interesante que te atrevas a comer algo sin saber que es. Esto parece que es lo que por acá se llama Burdock root y se usa en la comida Japonesa. Yo la he comido curtida y también rostisada en el horno con zanahorias y betabeles. No se como se llama en español pero en la foto se ve igual al burdock, a lo mejor es, no se. De cualquier modo se ve rica tu receta y creo que también quedara bien co Jerusalén artichokes. Te mando un beso.
ResponderEliminarPrieta: Pues he mirado fotos del Burdock root y podría ser, aunque yo creo que la clave está en la viscosidad que tiene la carne. ¿Es viscoso el burdock? La verdad es que he visto que el burdock es como más alargado y delgado, pero en otras fotos, sí se parece. Este que yo he cocinado tiene muchos pelillos, como raíces y es irregular. No sé, a ver si alguna vez conseguimos saber qué es.
EliminarUn beso y gracias por venir.
Se ven muy buena, no estoy segura pero se parece bastante al apio venezolano, siendo su nombre científico Arracacia.
ResponderEliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Arracacia_xanthorrhiza
Pero no estaría segura si es el mismo. Aunque ahora lo dudo porque has dicho que pesa, y el Arracacia es ligerísimo… ¿qué será entonces?
Eso sí, te digo que el que nombro tiene un sabor fenomenal para usarse en sopas y cremas.
Abrazos, la idea de cocinar tubérculos así se ve fenomenal-
Claudia, pues también se parece a la Arracacia, pero como yo no he probado nunca eso, no sabría decir. Esta batata es muy, muy crujiente, casi cristalina por dentro y luego, pesa sí, es pesada, me da la sensación de que es muy acuosa. La carne se parece a la de una pera.
EliminarEstoy de acuerdo en que esta receta es buena para cocinar tubérculos.
Un beso.
Todos los buenos descubrimientos sueles ser por casualidad, y este lo parece.
ResponderEliminarHe realizado una busqueda con las imagenes de la entrada, y la única referencia que me sale es "Sabores de Viena".
Ni cortando la imagen a trozos me sale otra cosa que no sea tu blog. ¿A qué sabe?
Oteador, yo tampoco he encontrado nada de nada. En crudo sabe a nada, es como agua con textura, muy curioso. La carne se parece a la de las peras williams, muy acuosa y crujiente, se quiebra con las manos. Luego cocida es como una patata muy suave, o un boniato, pero más ligero. Ligeramente dulce porque la receta tiene azúcar, pero bastante neutro en cuanto a sabor definido. Sí tiene un sabor lejano y suave, pero no lo puedo describir.
EliminarMe gustaría sber qué es la verdad y creo que la clave es esa viscosidad que tiene la carne al pelar la batata, que se resbala y salta de las manos. Luego con el remojo, esa viscosidad se pierde y la carne se hace más transparente y se puede apreciar la fibra en puntitos, pero siempre muy crujiente y acuosa.
Gracias por tu visita, a ver si entre todos desvelamos el misterio.
Un beso.
Querida Viena, desde luego que es una raíz poco conocida. Yo pensé por un momento que fuera galanga, pero así tan recta no es, quizá sea un tipo de yuca, no siempre son idénticas y según de donde proceda podría ser. De todas formas, tu la has cocinado divina, así que se llame como se llame, ha acabado en buenas manos. Un beso y buena semana
ResponderEliminarPues tampoco conozco yo la galanga, pero acabo de ver fotos y tampoco me parece, claro que por poder, podría ser.
EliminarYuca seguro que no es, porque la yuca tiene un centro duro, la carne es otra cosa, más harinosa, vamos, la yuca sí la conozco mejor y seguro que no es. En fin, no sé si lograremos saber qué era, pero como dices, esta forma de cocinarla nos da ideas para otras batatas o raíces. Es un recurso bueno.
Un beso y gracias por la visita.
Qué curioso Viena, que misterio más gordísimo! Me parece fascinante, cocinar algo que no se sabe muy bien qué es, eso sí comestible :-), y que el sabor sea una sorpresa. Digo yo que esto le pasaría cada dos por tres al hombre prehistórico, que iría probando y probando... jaja vamos que te has convertido en casi una mujer de las cavernas con este morrocotudo descubrimiento, es broma, tú eres la exquisitez gastronómica. Brava Viena!
ResponderEliminar¿Casi? jajaja, Delikat yo soy muy cavernícola, muy silvestre, así que no te cortes, que sí jajaja.
EliminarA ver que creo que este misterio se está por desvelar.
Un bso y gracias por venir.
Amiga Viena:
ResponderEliminarConfío en que puedas esclarecer el misterio de ese "tamaño corto de unos 40 centímetros".
Yo pude resolver la "incógnita del bogavante" , y tu sabes que la solución de tu problema está en "la tienda oriental" donde compro Jaime, tu alumno.
Un saludo,
Sebastián Damunt
Sebastián, pues sí, debería estar allí la solución, pero no, Jaime dice que no le supieron decir, aunque siempre se podrá insistir, digo yo. De todas formas, el hecho de haberlo comprado en una tienda oriental, nos ha podido despistar hacia un tubérculo de oriente, cuando a lo mejor es tan simple como lo que nos apunta Anna, y sea Ñame. Vamos a ver.
EliminarRespecto a tu bogavante, ya ví que el misterio quedó resuelto y bien resuelto. ¿Taba güeno ehhh? Jajaja.
Un abrazo.
Ya que comentas que para nada se parece a la yuca en el interior, pues seguramente sea una variedad de batata, con la variedad de tubérculos y toda clases de verduras y hortalizas que hay. El salteado, el toque dulce y el sésamo, qué sencillo y estoy segura que fascinante. Como cuando probé por primera vez el salsimojo...
ResponderEliminarPor cierto, hoy por fin me he decidido a hacer tu bacalao con aguacate, y ¡Pedro me ha hecho una fiesta! Espero que también la haga cuando lo pruebe jejej eso quiere decir que me salió bien.
Quiero estar alerta a este misterioso tubérculo. Sin duda, aunque no se resuelva, ha abierto las puertas a una idea magnífica entregada a ti gracias a Ayako.
Un beso en dulce (y grande)
He encontrado en una web que existe la batata blanca o conejera, que se cultiva en Tenerife. Te dejo el enlace para que veas la foto: http://www.mercatenerife.es/article.php?id=123&categoryID=7
EliminarNo se parece excesivamente a "tu" tubérculo, pero ya sabes, en la naturaleza pueden salir muy diferentes unos a otros.
Un beso
Laurita: El caso es que cada fotografía que veo, me parece que podría ser, pero creo que la clave es el interior. Esta batata o lo que sea, es viscosa y resbalosa. Muy crujiente, acuosa. Bueno, como consiga más, ya la verás. Y esta receta es excelente para cualquier tubérculo, tenemos que experimentar cosas.
EliminarMe alegro de que hagas el bacalao, es una buena receta.
Un beso grande.
Vienaaaaa!!!, creo que lo tengo.!!! Es una raíz que le llaman Ñame. Hoy he comprado y es igualita a la tuya. Lo voy a mirar en internet ahora mismo, pero segurísimo que es porque tiene el mismo aspecto. Un beso
ResponderEliminarAnna: He estado mirando fotos, la verdad es que sí se parece bastante, pero me he percatado que en el interior hay como un núcleo, como que la parte externa se ve diferenciada ¿es así? En este caso no hay tal diferencia, de hecho la piel es muy fina y noi cuesta nada, nada pelarla, es casi traslúcida.
EliminarVamos a ver.
Un beso.
Viena, Es ÑAME seguro. Lo he pelado y troceado y corresponde exactamente a la descripción que haces. Creí que había dejado otro comentario donde explicaba que va fenomenal para los problemas de la menopausia, pero no sé que ha pasado que no lo veo publicado. En fín que puedes tener la seguridad de que tu raíz desconocida tiene nombre, y es "ÑAME". Un beso
ResponderEliminarAnna, bieeeennnn. ¿Es viscoso por dentro? ¿Se resbala de las manos y es muy crujiente?
EliminarCreo que estas son las claves, al pelar el tubérculo, se nota su crujiente, es muy acuoso, enseguida aparece la viscosidad y se resbala de las manos. Probándolo, no sabe a nada, parece un cristal vegetal de sabor neutro ¿todo eso es así? Porque si es así, es Ñame. Quizás me desorienté buscando en algo asiático porque procedía de una tienda de oriental, pero a lo mejor es Ñame y simplemente lo venden ahí y por eso mismo, desconocen su nombre.
Creo que lo hemos logrado. Bueno, si te animas, cocinalo así y verás que cosa más rica y más simnple a la vez.
Un beso y muchas gracias.
Siiiiii Viena, es exactamente la descripción: Crujiente, viscoso y resbaladizo. Es ÑAME seguro. Se lo acabo de hacer como si fueran patatas fritas a mi hijo acompañando una carne y le ha encantado. Ahora cuando lo haga siempre me acordaré de tí. Besos
EliminarGracias Anna, la verdad es que me has quitado un peso de encima, y creo que no solo a mi. Si te queda, pruébalo un poco con esta receta y verás que cosa más rica.
EliminarUn beso grande.
Woow, es una sensación indescriptible cuando experimentas en la cocina con productos nuevos y ademas sin saber muy bien como hacerlos te sale algo genial.
ResponderEliminarFelicidades.
Hola Carolus: Tienes razón, siempre decimos que la cocina es un laboratorio y nosotros nos convertimos en alquimistas de ese laboratorio. Nunca mejor vivido como cuando experimentamos nuevos ingredientes y nuevas recetas.
EliminarUn beso y gracias por tu visita.
Menos mal que se ha despejado el misterio porque me he leído todos los comentarios y cada vez estaba mas intrigada.
ResponderEliminarSi alguna vez cae un ñame en mis manos ya sabré como cocinarlo, muchas gracias y un besazo guapa.
Mari Carmen: Jajaja, tienes razón, todos estábamos intrigados pero parece que ya está resuelto y yo contentísima. Ñame, la batata es ñame. si alguna vez tienes oportunidad, pruébala de esta manera y verás que buena.
EliminarUn beso y gracias por tu visita.
Bueno, como llego tarde no puedo participar en la interesante búsqueda de la patata misteriosa, pero lo que sí voy a hacer es ir a una de las tiendas de productos africanos que hay en Matongé y comprar un ñame (me encanta el nombre, debe ser uno de los dos o tres nombres que empiezan con eñe, junto con ñoño). Matongé es un barrio de Bruselas que no se llama así, pero que le han puesto ese nombre porque ahí viven todos los congoleños.
ResponderEliminarBesotes
Ñame, ñoño y ñu y se lo pierden los teclados sin ñ. ¿De verdad vas a comprar un ñame? ¿Lo vas a cocinar con esta sencillísima receta? A ver si tenemos suerte y obtenemos éxito en alguna de mis recetas, que me encantaría y después del desastre de la col, me quedé algo frustrada.
Eliminar¿Ya has vuelto de tu viaje?
Bueno, parece que estoy preguntona. Gracias por venir a visitarme y un abrazo.