“Desde niño pintaba como Rafael, pero me
llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño."
Pablo Picasso.
A veces, visitando museos y admirando cuadros de
diferentes épocas, he reflexionado sobre la técnica, algo que al menos en
teoría, puede aprenderse. Quiero
expresar cuando digo técnica: el trabajo de taller, de voluntad, de constancia.
Entonces me surge la pregunta: ¿Cualquiera podría
llegar a pintar? ¿Qué opináis vosotros? Cualquiera que pusiera en juego toda
esa inversión de trabajo, voluntad, constancia, etc. ¿Podría pintar un cuadro?
Yo digo que sí, que con tiempo y con un aprendizaje
correcto de la técnica, cualquiera de
nosotros podría llegar a pintar un cuadro.
Claro que ese cuadro, quizás careciera de
sensibilidad, de profundidad, de emoción, cosa que distingue a la obra de arte
de cualquier otro trabajo mecánico o de composición.
Y por otra parte: ¿Podríamos sin técnica alguna
pintar un cuadro? ¿Podríamos con sensibilidad, con cierto arte natural, con un ápice de esa locura
que tantas veces distingue a los creativos… Etc. Con todo eso, podríamos pintar
cuadros?
Y vuelvo a decir que si, que hay infinidad de
cuadros creativos, que son composiciones armoniosas de color o formas, cuadros
que resulta agradable contemplar y que a veces, han sido pintados incluso por
niños, por noveles que no cotizan o por
gente que pinta cuadros abstractos que nadie confiesa no comprender.
Sin embargo, lo que percibimos de sublime al
contemplar una obra de arte, sabemos que va más allá. Y es que, ni lo intuitivo
sin una técnica, ni la técnica sin arte, nos puede convertir en pintores, en
otras palabras: una cosa es pintar cuadros y otra diferente, ser pintor.
En la cocina pasa algo parecido, cocinar, lo que se
dice cocinar, cocina todo el mundo, unos mejor, otros peor, unos mucho, otros
de vez en cuando… Hay quien no sabe freír un huevo, pero hace una tortilla y le
sale divina y por el contrario, hay quien se mata diariamente entre bártulos y
por más que se esfuerza, es por ejemplo el caso de los cocineros por fuerza de
algunos locales, la comida no tiene alma.
Cocinar, al igual que pasaba con la pintura, no nos
convierte en cocineros. No somos cocineros,
si no estamos poniendo cuerpo y alma en cada plato que cocinamos.
Si nuestra elaboración sólo responde a un pronto, al
azar o a una inspiración. O si es sólo un esfuerzo de seguimiento o la copia de
una receta, estaremos haciendo platos, preparaciones, pero un cocinero va más
allá de todo eso.
Un cocinero, como cualquiera que ejerce su acto
desde el corazón, es un símbolo cargado
de contexto: el que alimenta, el que nutre, el que regala, la madre.
Y aquí es donde me gustaría creer que formamos
cocineros, esa es mi ilusión. Y digo formamos, porque los formamos entre todos,
no sólo yo, los formamos y nos formamos a un tiempo, con lo que es: “La
experiencia de la cocina”.
Sucede en nuestro taller particular, en ese espacio
y tiempo que semana tras semana nos envuelve y nos implica en una serie de
sensaciones, de estímulos y percepciones que en conjunto hacen eso: La
experiencia culinaria, una magia transformadora que nos va haciendo cocineros y
que es el valor a transmitir.
Son ya algunos años cumpliéndolo, viendo con gran
satisfacción que os engancháis a esa magia la mayoría de vosotros. Muchos
seguís año tras año conmigo, quizás por eso y por más, es que este año vamos a buscar a Picasso
dentro de nosotros. ¿Por qué? Porque hemos cocinado con el corazón, muchas
veces de modo espontáneo, creativo, dejando que el arte nos fluyera en la
cocina, nos hemos ayudado de ejercicios de los sentidos, por eso la música y
los acompañamientos, para que se
diera el arte de la cocina. Y se ha
dado. Se ha dado tanto, que hemos impregnado esta cocina de esa cualidad.
Cuando llegan alumnos nuevos, recogen rápidamente esa onda, porque esa onda
está aquí, gracias a todos vosotros y a estos cursos atrás, que van dejando su
huella en mis paredes.
También hemos aprendido técnica, desde luego, pero sobre
todo, hemos aprendido a disfrutar cocinando.
Somos ese Picasso niño que pinta como Rafael.
A veces, cuando alguno de vosotros preguntáis con preocupación
sobre el modo de hacer esto o lo otro, os lo digo claramente: esto no es cocina
industrial, esta es nuestra cocina, aquí podemos hacer lo que queramos, la
técnica es la ayuda para que todo sea más fácil y agradable, pero nunca será la
meta y además, ya llegará.
Pues bien, este año, sin perder nada de todo eso,
que es la esencia de estos cursos, sí me propongo que aprendamos un poco más de
técnica, porque este año, estamos preparados para usar herramientas que nos van
a hacer expresar, de forma más ordenada, el arte de cocinar que ya hemos
despertado. Me propongo que esa técnica, la apliquemos a cada plato para lograr
también un resultado estético, que pasemos del azar a lo conquistado.
Porque cuando al arte sensible e intuitivo, cuando
al acto creativo, se une la precisa
técnica, entonces eso es Picasso o… Una puerta abierta que puede llevar a
lugares insospechados.
A esa búsqueda nos lanzamos este curso y espero
que estéis conmigo hasta descubrirlo.
Un abrazo y desde luego: bienvenidos.
Octubre 2012
Estoy contigo...la cocina es un sentimiento que debes de trasladar a los productos, lástima que algunos días no nos quieren, jejeje, bsss
ResponderEliminarDe todo hay Marga, como materia viva que es y somos. Un beso y gracias por tu comentario.
EliminarOh Viena, tu forma de expresión me emociono hasta las lágrima. Que bonito escribes, mujer! Me encanta lo que dices y como lo dices, quien fuera tu alumno. Aprenderé de ti a larga distancia. Felicidades por tu escuela y por tus alumnos quien, con tu guía, seguramente descubrirán al Picasso que llevan dentro.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias Prieta por tus palabras. Si te ha emocionado es porque ha conectado con tu alma sensible. Esto es solo un espejo en donde ves lo que tienes dentro.
EliminarYo aprendo cada día, de mis alumnos, de ti, de cada uno de vosotros y de cuanta persona se cruza por mi vida y por ello me siento agradecida. Siempre seré aprendiz, así que aprenderemos juntas.
Un bso grande.
Lindo Viena!
ResponderEliminarMuchas gracias Daniel, sé que recibe mis sentimientos hacia la cocina, quien también los tiene. Un abrazo.
EliminarPrecioso post, es cierto que la buena cocina tiene entre otras cosas emoción detrás, una cocina pausada y dedicada es una cocina excelente, además, no hay que tener dotes para cocinar, simplemente te tiene que gustar y dedicarle un tiempo. Un ejemplo lo tienes este fin de semana que hicimos un simple bizcocho, ya ves tú la complicación, pues bien, no nos salió bien no porque no sepamos hacer bizcochos, que te puedo garantizar que alguna duda me entró :), sino porque lo hicimos a la remanguillé (me encanta la palabra), queríamos meterlo con calzador en la planificación que hacemos semanal, planificación que tenemos muy concentrada en el fin de semana, y claro, lo descuidamos y no salió bien. El fallo fue una tontería, pero como no hubo atención ni dedicación, lo dicho, llegó el fracaso.
ResponderEliminarSuerte en este nuevo curso.
Gracias Carlos por tus buenos deseos y respecto al bizcocho, vamos, no me cabe la menor duda de que ya te has desquitado con esa maravilla al ron y naranja que has publicado en tu blog.
EliminarA mi también me gusta "a la remanguillé" supongo que viene de remangarse o algo así, aunque remangarse sería como disponerse al trabajo mientras que a la remanguillé es hacerlo de forma como descuidada, no sé, me encanta indagar en el origen de las palabras, a ver si veo algo al respecto. Y por cierto, he visto algunas recetas con este nombre, curioso verdad?
Un beso y gracias por tu comentario.
Si ves algo nos lo cuentas.... :) gracias!
EliminarPues sí he mirado algo Carlos, para empezar, me he sorprendido sabiendo que figura en el D.R.A.E. Con tres acepciones, para la que nos ocupa: sin poner ningún cuidado.
EliminarTambién he sabido que al parecer es una expresión que viene del baile, de cuando antiguamente las mozas se remangaban las faldas para bailar.
Hay quien dice que podría ser una expresión gitana.
Curiosamente la expresión se usa también en baloncesto y balonmano.
Respecto a recetas he encontrado unos huevos a la remanguillé y también un rape a la remanguillé.
Cositas no? Si averiguo más, te lo digo.
Un beso.
Mas ha dejado una vez más anonadado, que belleza, sensibilidad, arte y todos los adjetivos que se quieran poner hay en su escrito.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo cuando habla de técnica, arte y sentimientos, yo creo que me encuadraría en la parte técnica, tesón y conocimientos, pero no en el área artística, para esto creo que hay que nacer y aunque la tecnica ayude, para plasmar el sentimiento interior hay que tener cualidades especiales. Desde luego usted los tiene.
Con su permiso voy a retwittear y publicar el enlace en FB y Google
+.
Se me olvidaba yo soy incapaz de pintar nada, a no ser paredes con rodillo.
Que el nuevo curso sea venturoso tanto para sus alumnos como para usted.
Saludos
Apicius, le agradezco muchísimno cada una de sus palabras, pero no le puedo aceptar que no haya arte en la cocina que usted practica, porque yo lo veo en su día a dia. Arte no es solo una estética, es también una emoción y usted despierta emoción cuando nos hace quesos o cervezas, o bombones de chocolate con oro, bueno, no es posible despertar emoción sin tener algo dentro.
EliminarY lo de pintar con rodillo, no crea que eso es poca cosa, artesano también viene de arte.
Un abrazo.
Hola querida. como puedes imaginar me ha encantado el post. Como dice Apicius hay que tener sin duda cualidades especiales, pero todos llevamos dentro un alma dormida o como dice F. Cabral "distraida" .
ResponderEliminarAyudar a despertar el espíritu es una tarea preciosa que tu sabes muy bien como hacer, y cuando esto se descubre ya nada ni nadie lo puede parar , no ha nacido un cocinero, ha nacido un artista.
Suerte con el nuevo curso y adelante con la tecnica, tambien tan necesaria. Besos
Qué bonito lo que dices Sol, me ha encantado, como eso que me dijiste en otro lugar de sacar el alma del armario y no poderla ya ocultar.
EliminarGracias por tus buenos deseos.
Un beso muy grande.
Guao, viendo este postre al final, la verdad que se requiere técnica. Soy bastante mala para los acabados.
ResponderEliminarSabias y hermosas palabras. Ciertamente creo que el hacerse aficionado a algo hace que uno profundice, conozca muchos ingredientes y especias que antes uno no era capaz de apreciar, que intente hacer cosas nuevas. Ese concepto de cuerpo y alma al cocinas lo manejan muy bien y desde épocas remotas los árabes y los asiáticos, hay libros escritos alrededor de estos temas.
Abrazos, querida Viena, siempre es un placer leerte.
También es un placer para mí recibirte por aquí, Claudia.
EliminarRealmente en nuestros pequeños mundos, sólo existe lo que percibimos. Y podríamos añadir que sólo lo que percibimos, es susceptible de ser amado, sea un oficio o tarea, sea una persona o una cualidad. El primer paso es percibirlo, sentirlo. Por eso me parece tan importante ejercitar los sentidos, para mantener activos todos los recursos de la percepción y que nuestro mundo pueda ampliarse.
Lo digo por eso que comentas, de que al aficionarse a algo, se crea una experiencia de algo que antes era invisible.
Puede que la percepción sea también responsable de que Oriente haya prestado siempre más atención a lo pequeño, a la implicación del todo en cada cosa, aparentemente insignificante. Hay relatos Zen de cómo meditar limpiando arroz, o como llegar al misticismo supremo sintiendo simplemente la gota de agua.
Seguramente tiene que ver con los ritmos de cada cultura, mucho más pausados en Oriente que los demasiado rápidos de Occidente. Con tanta velocidad, se hace difícil a veces percibir.
Un beso grande.
Qué gusto leerte como siempre, Puri, tu delicadeza en las palabras, tus comparaciones...Haces poesía para explicarnos cómo se cocina con alma en tu cocina, cómo debería cocinarse con alma en todas las cocinas. Estoy segura que todo lo que cuentas lo transmites y enseñas a tus alumnos con la misma sensibilidad. Y que salen siendo cocineros con corazón.
ResponderEliminarBuena suerte para el nuevo curso, nos sentaremos a esperar a ese Picasso de niño (si tú quieres)
Un beso grande.
Es mi esperanza Laurita, transmitir ese sentimiento, pero no como un legado, sino más bien como un contagio, como un zarandeo que pone en marcha eso que la gente tiene dentro, sin duda, vamos, no es posible crear de la nada.
EliminarGracias por tus buenos deseos y me quedo con tu frase: "...como debería cocinarse en todas las cocinas"
Un beso grande.
Hola Viena! Totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarEs un gusto leerte y la dulzura que transmites en tus palabras.
Tus alumnos son muy afortunados, no solo aprenden técnica, sino cocinar con el alma..
Te mando un abrazo
Gaby
Gaby que alegría me da verte por aquí. Acabo de ver tus últimas recetas, tú sabes bien de lo que hablo, cuando nos referimos a que entregamos el corazón y el cuerpo en cada plato.
EliminarUn beso muy grande.
¿Qué es esto, Viena?. Estoy unos días sin pasarme por tu blog y compruebo que tengo tarea atrasada.
ResponderEliminarAhora, con las pilas medio gastadas, creo que tendré que venir más de un día seguido para empaparme de todas esas delicias... las que hay en la otra entrada, por ejemplo.
Ah Oteador ¿así que te han gustado los chatos eh? Pues mira, más anárquicos que esos, ninguno, jajaja, porque por no saber, no sé ni la receta buena. Eso sí, salieron de muerte. Publiqué con la esperanza de lograr que alguien me diga cómo los hacen las monjas, a ver si hay suerte.
EliminarUn beso y gracias por venir por aquí.
Evidentemente, voy a estar aquí para aprender mucho. Y esto suena muy bien.
ResponderEliminarUn besote.
Un beso Jose Antonio y gracias por tu comentario.
EliminarQué pena no estar más cerca y ser yo una de esas privilegiadas alumnas. Gran suerte la tuya la de disfrutar tanto con lo que haces y trasmitirlo. Un abrazo
ResponderEliminarDelikat, eso lo pienso casi todos los días, la suerte de poder hacer esto y disfrutarlo de esta manera. Creo que por eso funciona, porque cuando vives de este modo la cocina, es fácil transmitir el entusiasmo.
EliminarTambién me gustaría a mi que estuviéramos más cerca, ya lo creo.
Un beso.
Solo me salen tres palabras, bueno cuatro con tu nombre: que sabia eres Viena!
ResponderEliminarBesos, abrazos y muchas sonrisas de esas que salen del corazón!
Gracias Fe-i*ká, pero soy sólo una aprendiz y no de sabia, sino de persona, de ser humano. Mi suerte es que me es fácil disfrutar de todo eso que nos da la vida, para aprender y para enseñar, para percibir de una manera, y luego de otra, para experimentar. Creo que eso se puede resumir en vivir el instante y a veces, con la fortuna de hacerlo intensamente.
EliminarMuchos besos Fe, también por supuesto, desde el corazón y saltarines.
Mi querida Viena siento que con esas cuatro palabras no supe transmitirte lo que realmente me llego cuando leí el texto de esta entrada. Cuando te digo "sabia" me refiero a esa sabiduría profunda que yo siento que tu eres, esa sabiduría que viene impresa desde el nacimiento, esa que no se pierde ni queriendo.
EliminarAyer me acorde de que habías publicado una receta de fartons y te quería preguntar si te parece bien poner un enlace a tu receta ya me diras.
Besikos mi niña bonita.
Corazón, claro que me parece bien que pongas un enlace o lo que tu quieras, estás en tu casa, puedes disponer como quieras.
EliminarY muchas gracias por todas esas cosas tan bonicas que siempre me dices.
Un beso de luuuunes.
Hola Viena. Estoy de acuerdo en todo contigo. Sí creo que cualquiera puede pintar un cuadro esforzándose en dominar la técnica, pero no cualquiera puede ser Picasso. Pasa lo mismo con todas las artes. Creo que era Schumann el que decía que sólo cuando dominas la técnica puedes dar rienda suelta a la inspiración. Y por supuesto, la cocina es un arte. Qué pena no poder estar en Alicante para seguir tus cursos. Sé que siempre seré un ceporro cocinil, pero seguro que algo mejoraría, y no haría más catástrofes tipo col rellena. :)
ResponderEliminarUn beso
¡Hombre Sorokin! Bienvenido. Espero que te lo hayas pasado muy bien y que pronto nos lo cuentes con detalle.
EliminarRespecto a lo que decía Schumann, tiene que ver con la frase que dice Pablo Picaso, la que cito al principio ¿No crees? Yo me quedé fascinada cuando vi la cantidad de bocetos que tenía el Guernica, me impresionó comprobar que cada línea tenía su identidad propia dentro del cuadro, había sido estudiada, pensada, tocada por el genio de este pintor. La técnica al servicio del arte es la repera.
Me da como rabia cuando dices que eres un ceporro de la cocina, vamos, que porque estás lejos, pero si no, ya te iba yo a demostrar que simplemente no te has explorado en ese campo.
Me alegro de verte por aquí. Un beso.
Bueno, de nuevo por aquí. Tienes mucha razón en todo lo que dices, sobre todo en lo referente a la técnica. No es la primera vez que he soñado -o pensado- una receta, pero que a la hora de elaborarla no ha salido tal como la veía. Cuando la cosa es "salada", aunque me de rabia en ese momento, no me preocupa, porque acabo sabiendo dónde he metido la pezuña.
ResponderEliminarPero además, la cocina es un espacio mágico. Y el hecho de cocinar, quizá, la mejor técnica de relajación que conozco. Lo de "manosear" los alimentos para su preparación, e improvisar (en el caso de los vegetales) porque te están diciendo con su estado para qué son adecuados, creo que es algo sublime.
Pero la verdad es que he venido, no para comentar, sino para curiosear y ver si tienes alguna receta de magdalena por ahí, facilona, y con posibilidades de cierta improvisación. Voy a ver.
Oteador, te he enviado un correo, no sé si lo has recibido, con dos recetas de magdalenas, porque aquí en el blog no tengo ninguna, ché que pena.
EliminarPor lo demás, ya sé que sientes todo eso, como yo: las texturas, la relajación, el placer del manoseo, todo... Los cocineros me captan enseguida, da igual que sepan cocinar mucho como tu o no sepan mucho como (¡dice!) Sorokin, donde hay un cocinero encerrado, lo capta. La cocina es entonces un lugar donde experimentar, donde percibir una serie de estímulos increibles.
Sé que estamos ahí y eso es una suerte.
Un beso grande.
Me ha emocionado tu relato, la forma de expresarte me encanta.
ResponderEliminarSuerte con el nuevo curso, seguro que se descubren muchos artistas.
Un saludo.
Yo creo que sí, que todos tenemos un artista dentro y la percepción, la sensibilidad, los sentidos en general, se pueden ejercitar tanto como los músculos cuando hacemos gimnasia.
EliminarUn beso grande.
Viena que maravillosas palabras y que ciertas. Tienes razón que podriamos todos pintar un cuadro, y todos podemos cocinar, pero cuando se hace desde el corazón el resultado es tan diferente. También todos podemos escribir, pero desde luego no todo el mundo tiene la capacidad de trasmitir por mucho que escriba lo que tu trasmites en pocas palabras. Hay que aprender, pero también hay que tener esa sensibilidad que se aprecia en tí en tantas cosas. Seguro que tus alumnos son el resultado de esa forma de ser tuya. Sin serlo, ya invitas a querer serlo por esa magia que desprendes y que es innata en tí.
ResponderEliminarGracias por querer dar y enseñar lo bueno que hay que aprender en todos los sentidos!!!. Un beso.
Gracias a ti Anna, por mirarme siempre con tan buenos ojos.
EliminarUn beso muy grande.
Pues tienes toda la razón Viena, la cocina es dedicación, amor y cómo en todo dedicación y entusiasmo, y claro como en la vida misma ciertas cosas se te dan mejor que otras, algo que no hace incompatible que te salgan geniales los macarons pero no tengas mano para un simple tortilla de patatas, así que nada como aprender cada día y meternos de lleno en la cocina.
ResponderEliminarBesotes
Bienvenida Trotamundos y gracias por tu comentario. Estamos de acuerdo, nada como aprender cada día y hacerlo de lleno, en la cocina y en la vida.
EliminarUn beso.
Que blog más interesante! Me queso por aquí. Saludos.
ResponderEliminarhttp://cucharadeboj.blogspot.com.es/
Pues bienvenida Txurruskita y gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Viena!, vengo del blog de Mai, estaba paseándome por las recetas de su revolución y he visto la tuya y ¡me ha encantado!. Me ha encantado llegar a tu blog, qué recetas y qué palabras... ¡Esta entrada es maravillosa!. Un beso,
ResponderEliminarwww.cocinaamiga.com
Bienvenida Iratxe y muchísimas gracias por todo eso bonito que me dices. Espero que nos veamos más veces por aquí.
EliminarUn beso
Gracias por las recetas y los consejos Viena. Las magdalenas han salido de muerte... de muerte de buenas. Al contrario que las otras, estas no han durado nada.
ResponderEliminarVaya Oteador, me alegro. Verás que cada vez te saldrán mejor. Olvidé decirte que para que suban bien, como tienen que subir, hay que meter los papelitos de las magdalenas dentro de moldes metálicos o algo similar, porque ahora los papeles o son muy flojos o no sé que pasa, pero se abren del peso de la masa y no suben bien. Yo los meto dentro de un molde que tengo metálico, que es como una bandeja con huecos y ahí pongo las cápsulas. Así me suben un montón.
EliminarUn beso y gracias por venir a decirme que te salieron bien. Nos vemos.
Muchísimas gracias! siempre son estupendos los aportes que haces!
ResponderEliminarGracias a ti Juana por tu comentario.
EliminarSaludos.