Una vez más, os traigo una preparación típica y creo que
exclusiva, de la repostería monacal de
Orihuela.
Debe ser el segundo secreto mejor guardado de las monjas,
después de las pellas, porque durante años, no he logrado encontrar ni una sola
referencia a su preparación, aunque sí, cientos de páginas que los nombran,
como pasteles típicos de Orihuela.
Hasta donde yo sé, sólo pueden conseguirse en el
convento de las Hermanas Dominicas de Orihuela o en una confitería llamada "El Ángel" que es por antonomasia, la pastelería más tradicional de
Orihuela.
Ahora, de la receta, nada de nada. Ya sean cien o mil, las
páginas que nombran la delicatessen que son los chatos, ni una sola en la Red, dice
siquiera los ingredientes que llevan.
Pero en honor a la verdad, sí tenía una receta en una
pequeña lámina en mi poder, cuya procedencia os explicaré:
Se trata de una lámina de Jorge Selfa un pintor de nuestra tierra, que forma parte de una serie, que a iniciativa del
Ayuntamiento de Orihuela, se hizo en 2007, dedicada al poeta Miguel Hernández.
La serie, consistía en una especie de colección de quince
láminas en las que por un lado figura una receta típica de Orihuela y por el
otro, una ilustración de jóvenes
artistas de la tierra y un verso del poeta.
Junto a Jorge Selfa, ilustraban los pintores: Pepe Rodríguez y Juliana Javaloy
La colección, preciosa por cierto, salió bajo el título de:
Recetas rellenas de versos.
Pues bien, la receta de la lámina, brevísima, da las pautas
muy generales, para la masa del pastelito, pero sólo dice para el relleno:
crema y frutas. Ahí queda eso.
En resumen, que con la experiencia del paladar, pues he
comido chatos muchísimas veces a lo largo de muchísimos años y la experiencia
de la cocina, me propongo abordar la realización de estos pasteles, en la
íntima esperanza de que alguien, que conozca la receta de verdad, me la haga
llegar, pues ya advierto que lo que sigue, es
una tentativa de acercamiento a estos pastelitos.
¿Que han quedado
riquísimos? Es cierto; ¿Que se parecen muchísimo a los originales de las monjas?
También. Pero amigos, que no os voy a engañar, que como aquéllos, ninguno y que
esto más que chatos, son “casi” chatos. De momento, ahí me conformo.
Y si es ahora cuando me decido a traer esta receta, que por
otra parte, alguna vez me han pedido, lectoras queridas de Orihuela, es porque
la casualidad hizo no hace mucho, que haciendo otros pasteles, diera con el
sabor de los chatos de toda la vida y fue cuando me dije: ¡Eh! Esto con un
toque por aquí y otro por allá, es el relleno de los chatos. Así, teniendo (más o menos) la receta de la
masa, y con la receta del relleno que había descubierto, he armado hoy los
chatos y ya que va de confesiones, os cuento que anoche, cuando los terminé, me
comí dos, sin poderme resistir. O sea, que estar, están buenísimos.
Más difícil parecía lo de las pellas y conseguimos la
receta gracias al blog, así que aquí dejo el reto bien subrayado:
SE BUSCA
Auténtica receta de los chatos de Orihuela.
Mientras tanto y por si alguien quiere imaginar lo celestial
de estos pastelitos, vamos con mi versión:
Ingredientes para la masa:
250g. de manteca de cerdo
250g. de azúcar
125 g. de claras de huevo (3 huevos)
600 g. harina de fuerza
Así hacemos la masa:
Colocamos en un bol la manteca y amasamos junto con las
claras, el azúcar y la harina, hasta formar una masa compacta que haremos una
bola y meteremos en la nevera cubierta de film transparente, hasta la hora de
utilizarla.
Ingredientes para la crema de yema:
Tres yemas de huevo (las que teníamos después de haber hecho
la masa)
Un palito de canela
Una corteza de limón
40 g. de azúcar
Así hacemos la crema de yema:
Ponemos en un cazo 50 ml. De agua con el azúcar, la canela y
la corteza de limón y llevamos a ebullición hasta conseguir un almíbar a punto
de hebra.
Mientras tanto, en otro cazo, ponemos las yemas y batimos.
Cuando el jarabe está en su punto, echamos sobre las yemas y
colocamos en fuego lento, removiendo sin cesar, hasta que vaya espesando y
separándose de las paredes del cazo. Dejaremos enfriar.
Ingredientes para el
resto del relleno. La fruta:
Aquí es donde parece que está la diferencia entre los chatos
que yo he probado y que en el caso de las monjas, los hace inigualables.
Creo que como receta, admitirá varios rellenos, al gusto de
cada cual, pero en mi caso, buscando desesperadamente el sabor de las monjitas,
tomo la receta que descubrí con otros dulces no hace mucho. Y trasladando, he aquí los
Ingredientes:
100ml. De vino blanco seco
50ml. De un vino dulce tipo mistela.
Un puñadito de pasas
Un trozo de bizcocho (opcional)
Una pizca de canela molida
Una pizca de nuez moscada rallada
Frutas escarchadas variadas y al gusto
Frutos secos al gusto (en mi caso, lo que tenía: almendras y pistachos)
Dulce de membrillo (opcional)
Ponemos en remojo las pasas y cortamos muy pequeño las
frutas y picamos los frutos secos.
Luego en un bol, echamos el vino y la mistela. Rallamos la nuez
moscada y añadimos la canela.
Vamos añadiendo el resto de ingredientes: la crema de yema
Los frutos secos y las frutas, así como las pasas bien
escurridas y troceadas si son grandes.
Y se me ocurrió echarle trozos de dulce de membrillo casero,
que para eso estamos en la época y creo que le dio a los chatos un toque muy,
pero que muy auténtico.
Una vez está todo mezclado, vemos si el relleno está lo
bastante consistente. Si queda líquido, es cuando agregamos un trozo de
bizcocho, para que empape y quede más compactado. Yo tenía un bizcocho hecho,
pero sirven los de soletilla que venden, claro.
Ahora sí, tenemos el relleno listo para ser utilizado. El
bizcocho ha empapado el líquido y ha quedado más unificado todo.
Precalentamos el horno y nos disponemos a montar los
pastelitos.
Extendemos la masa con ayuda de un rodillo, lo más fina posible.
Enharinaremos la superficie de trabajo para que no se nos pegue.
Cortamos círculos del tamaño del diámetro de un vaso, 8 cm. Aproximadamente.
Sobre los círculos, colocamos una cucharada de masa de
relleno
Con otro de los círculos, tapamos y con cuidado, cerramos
bien los bordes.
Vamos colocando en una bandeja, cubierta con papel vegetal e
introducimos en el horno a fuego moderado durante 20 minutos aproximadamente o
hasta que veamos que se doran ligeramente.
En mi caso, han salido muy crujientes, porque mi horno es de
fuego y queriendo tener mucha precaución de que no se quemaran por debajo, los
puse a fuego muy lento. Los que habéis comido chatos sabéis que la masa no es muy
crujiente, sino mantecosa, por eso, mi consejo es usar el horno a temperatura
media, no demasiado baja. No es que crujientes estén malos, nada de eso, pero
ya sabéis que estamos buscando los chatos perfectos.
Ya templados, espolvorearemos con azúcar glas.
Las monjitas, los envuelven uno a uno en papel de seda. Yo
los he envuelto en papel vegetal y los conservo en un gran tarro de cristal. He
podido revivir de este modo, no solo los sabores de mi infancia, sino también los
recuerdos visuales de estos pastelitos, realmente divinos.
Con estas medidas, han salido unos veinte chatos.
Se degustan tiernos y con un sabor frutal intenso y
maravilloso.
Espero que los probéis. Os gustarán.
Que bien te han quedado, y cuantos ingredientes tienen, la verdad es que las monjitas no dan los ingredientes ni como se hacen porque nadie iría a comprarles, con tanto trabajo te mereces un 10, muchos besos.
ResponderEliminarHola Lillapeladilla. Yo creo que aunque dieran la receta, no correría ningún peligro su negocio, la gente compraría igual, primero porque como las manos de las monjas para lo dulce, no hay nada y luego porque normalmente la gente que compra su repostería, no es precisamente gente que va a cocinar chatos en casa.
EliminarY por otra parte, yo creo que la cocina tradicional es patrimonio cultural y eso hay que compartirlo, los blogueros sabemos bien de eso.
Un beso y gracias por la visita.
Nunca he probado los chatos de Orihuela, pero estos pastelitos que nos traes hoy la verdad es que son dignos de la mejor repostería, tienen una pinta mas que buena! De todos modos, espero que tengas suerte y alguien te puede facilitar la receta de las monjitas, aunque sinceramente lo pongo en duda, porque si se hiciera popular se les terminaría a ellas su negocio y no creo que estén por la labor jaja!. En cualquier caso tu no desistas en el intento. Gracias y besitos Ana
ResponderEliminarAna, te digo como a Lilla, no creo que el negocio de las monjas peligre lo más mínimo, realmente sus dulces no tienen igual. Si un día vas por Orihuela, recuerdalo y compra algo en las monjas, verás qué delicias.
EliminarGracias por tu comentario y visita.
Besos.
Pues no sé cómo estarán los chatos de las monjas, pero los tuyos tienen una pinta impresionante, estos son el tipo de dulces que me encantan!
ResponderEliminarUn besico.
Lolah tú estos los bordas, seguro. No son los de las monjas, pero casi. Además, hoy, dos días después de haberlos hecho, han cogido mejor textura, vamos, que se parecen cada día más a los originales.
EliminarA ver si hubiera suerte y alguien aparece "con su caballo blanco y la receta" jajaja. ¿Te imaginas? La dama o El caballero de las recetas.
Un beso bombón.
Viena, no había oído nunca ese postre, pero viendo tu paso a paso y leyendo toda la historia se me ha hecho la boca agua. Nadie como tu para buscar esos postres tradicionales y exquisitos. Me estoy imaginando el primer bocado que seguro que sabe a gloria.Un beso grande y si me entero de algo sobre este postre te lo digo.
ResponderEliminarAnna corazón, tienes que probarlos, cuando vengas por esta zona, pídele a quien corresponda, (puedo ser yo) que te consiga unos chatos de las monjas, porque vas a quedarte impresionada de esas texturas y esos sabores.
EliminarSi es que yo creo que tienen enchufe con el cielo, porque de verdad, les salen los dulces, celestiales.
Un beso.
No los conocía pero tienen una pinta fantástica. No puedo ni imaginar como serán los auténticos si estos son los "casi".
ResponderEliminarBuen día
Pues imagínate Marus, están de escándalo. A ver si llegaras un día por Orihuela y los pruebas.
EliminarUn beso.
Tienen una pinta absolutamente fantástica!, nunca los he probado (ni los conozco), pero vamos, creo que casi que crujientes me gustarían más :)
ResponderEliminarCarlos, te digo lo mismo que a las demás, a ver si vienes un día por Orihuela o cerca y los puedes probar de primera mano, vamos, de las monjas. La textura es fantástica, no están crujientes, sí como aturronados, pero suaves, muy buena textura.
EliminarVaya, creo que me van a contratar en turismo, jejeje, por la propaganda que le estoy haciendo a Orihuela, digo.
Un beso y gracias por venir.
Buenas Tardes Viena:
ResponderEliminarNo me extraña que la receta la tengan a buen recaudo ya que terminada la Guerra Civil, vinieron épocas de penuria y la Priora del convento Las Dominicas de Santa Lucia, reunió a todas las hermanas y les dio un único consejo "La receta de los Chatos, deberá ser secreta pues era y es la única garantía para la supervivencia, según dijo La priora.
He vuelto a revisar mis indices de recetas, paso con largueza de las 750.000 y hubiese llegado al millón, si me hubiese dedicado más fondo, y nada he encontrado de los chatos.
Voy a tomar nota de su preparación y la voy a intentar hacer y por comparación con otras recetas, ver si saco algo en claro.
Saludos
Maestro, le reverencio: ¿750.000 recetas?
EliminarSerá para mi un gran honor si hace usted esta receta y si intenta obtener alguna información, porque desde luego, si usted no puede, no puede nadie.
¿Es cierta la historia de la Priora? Porque es muy coherente, no solo respecto a los chatos, sino a la repostería en general. De todas formas, por lo que yo he leído, no siempre estuvo bien visto por los altos estamentos de la Iglesia que las monjitas hicieran dulces, ya que eso debía significar para los más estrictos, un contacto con la vida mundana algo peligroso. Las monjas siempre han sido absolutamente reservadas, pero algo ha trascendido, alguna vez, ya vio usted el caso de las pellas, hubiera sido un crimen que la receta, por más simple que sea, se hubiera perdido.
Un abrazo y muchas gracias por su comentario
La anécdota viene reseñada en el Capitulo 9º de La Cocina del Monasterio de Antxon Urrosolo.
EliminarLo de los buenos preparados en los conventos vienen desde que en la Edad Media la alta nobleza, princesas, Damas, etc. tomaban los hábitos en alguna orden religiosa, no lo debían de hacer por devoción y si por la obligación que les imponían sus mayores por algún "pecadillo" poco conveniente para la familia.
Estas damas iban inclusive con un corto séquito y cocinero, me imagino que sería cocinera, ya que meter un zorro en un corral tampoco estaría bien visto.
A partir de 1835, con la Desamortización,comenzaron las monjas, sobre todo de clausura, a través de torno ir vendiendo sus especialidades para su subsistencia.
Saludos
Apicius ¡Qué gusto da leerle! Pero no había oído nunca que las novicias pudieran ir a los conventos con séquito. Claro así, es fácil adivinar la evolución de esta tradición repostera en los centros de clausura.
EliminarEn Orihuela no obstante, hay conventos que se dedican también a la costura, a coser cosas que para la mayoría es impensable, costuras imposibles, bordados magníficos, etc. Por lo que se deduce que, como decía usted, en épocas de precariedad, las monjas tuvieron que subsistir por su cuenta con estas actividades. No está mal.
Un abrazo.
Ésta es una receta preciosa y, aunque nunca he probado los chatos auténticos, creo que el resultado que has conseguido no los desmerecen para nada, tienen un aspecto muy, pero que muy tentador!
ResponderEliminarGracias Visc a la Cuina, si alguna vez vas a Orihuela, no te los pierdas, es una experiencia para todos aquellos a quienes nos gusta y sentimos lo auténtico.
EliminarUn beso.
vivan los "chatos", las "monjitas" y tú que nos traes esta impresionante receta, me encanta y mucho más como nos la cuentas, bsss
ResponderEliminarJajaja Marga, pues que vivan. Gracias por tu visita y comentario.
EliminarUn beso.
Viena, como siempre, cuando te propones investigar y hacer algo lo logras y con un plus añadido. Están excelentes estos "chatos" que nos regalas. Toda una artesanía laboriosa y excelsa.
ResponderEliminarMe parece muy hermosa la lámina de Jorge Selfa, no lo conocía, me gustó mucho. Supongo que toda la colección ha de ser envidiable.
Creo si duda que ya sé que te voy a mandar para tu deleite la próxima vez a tu tierra... esta historia va a continuar.
Un abrazo fraterno
Carmen, sabes mantenerme en vilo, como buena escritora que eres, no solo con las letras, sino con las intenciones. Ese final: "...esta historia va a continuar" me deja frotándome las manos. ¿Qué se te habrá ocurrido?
EliminarLas láminas son muy bonitas, la verdad y la iniciativa estuvo muy bien, aunque creo que se truncó con dos entregas, o yo solo pude conseguir dos entregas. Son como unos paquetitos cada uno con 15 láminas. Uno se llama como cité Recetas rellenas de versos y el otro, Recetas rellenas de leyendas. Genial poder conocer a jóvenes artistas y en el caso de Jorge Selfa, estupendo, es dulce con sus formas y la verdad, también a mi me gustó mucho. Esta lámina cita en su encabezado los siguientes versos: "En las calles voy dejando, algo que voy recogiendo: pedazos de vida mía perdidos, desde muy lejos." ¿Verdad que son preciosos? Por supuesto de Miguel Hernández.
Besos mi querida amiga.
No sabes el hambre que me ha dado el ver tu entrada a esta hora.....comprenderas que no la conozco.....pero de que quiero hacerla....claro que si!....sera lo primero que haga cuando caiga el frio...se ve delicioso!!.......Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarQuerida Marcela, me encantará ver tus resultados y estoy segura que te gustarán estos dulces, ya que tu y yo compartimos gustos en esto de la repostería jejeje. A ver si saco un ratito y te escribo ¿Sabes que no he recibido todavía nada?
EliminarUn beso grande.
Qué maravilla, no los conocía. La verdad que al ver el corte y su relleno se ven tan ricos. Me parece una versión maravillosa, aunque no tengo ni idea como serán los originales. ¿Aparecerá una monjita bloggera que nos los aclare?
ResponderEliminarAbrazos y buena semana
Claudia, eso es lo que yo sueño, que aparezca una monjita y aunque sea como anónimo me diga la receta buena jajaja. No sé si eso estará considerado pecado, pero yo creo que ese patrimonio gastronómico, cultural como el que más, no debe perderse con las monjitas. Creo que dentro de los conventos, como fuera, estas cosas se pierden, demasiado elaboradas para los días de hoy.
EliminarUn beso grande.
Tienes razón, cada día en España quedan menos. Luego, con las monjitas que vienen de otros continentes suceden cosas interesantes, aparecen sabores nuevos. Un amigo me regaló un par de mermeladas de un convento madrileño, hay una con especies bastantes exóticas para el uso tradicional español, sospechamos detrás a una monja africana o de algún otro continente que ha mezclado algunas de las especias de su tierra, curioso y un resultado fantástico.
EliminarSaludos
Es verdad no había caído en eso Claudia, las monjitas se mueven geográficamente desde sitios muy lejanos, tienen que estar dejando su huella culinaria y cultural allá donde van. Qué interesante lo de esa mermelada.
EliminarUn beso.
Pero ¿por qué nos haces esto?
ResponderEliminarSeptiembre es el mes que dedicamos a desprendernos de lo que ha dejado en nuestro cuerpo los excesos del verano.
Este tipo de preparaciones son las que más me gustan en repostería (doy por descontado el cambio de la manteca por mantequilla). Son elaboraciones menos finas, pero siempre más gustosas. En una sociedad de cupcakes ver estos chatos le alegra a uno el día y le hace tener fe en el porvenir ;-))
Bs.
Carlos, de Vegetal... y tal.
http://vegetalytal.blogspot.com
Jajaja Carlos me desatas risas y hasta carcajadas, Septiembre, es verdad, el que paga los excesos del verano, luego Enero los de la Navidad y Abril o Mayo el preparativo del verano jajaja, demasiado sacrificio todo el año, jajaja y mira que sé lo que digo, llevo tres semanas a plan, dieta firme y con los chatos, me la salté, dos cayeron la primera tarde ¡Oh mon Dieu! Terrible.
EliminarGracias por venir con tan buen sentido del humor. Cuando te encuentres con ganas de algo sustancioso en repostería, pruébalos, verás que te gustarán, y si puedes, tu que estás cerca, prueba un día los de las monjas.
Un beso.
Recién aterrizada y me encuentro con esto. ¿ es que nunca voy a poder adelgazar...? me temo que ya no. Bueno solo decirte que las monjas si de verdad son seguidoras de Cristo no pueden guardarse solo para ellas la receta. me parece de un egoismo poco cristiano ( ahora que reflexionen)
ResponderEliminarAún después de esta filípica no creo que te la faciliten, esto las honraría y no les quitaría para nada el negocio.
Estaremos en contacto besitos
Querida Sol, bienvenida corazón, qué alegría verte. Bueno, bueno, yo no me he atrevido a decirlo tan claro, pero sí, pienso como tu, que hay que compartir, sobre todo porque nada es nuestro, nuestro, así en términos absolutos, sino que nos viene y se ha de dejar partir, fluir, lo tomamos de atrás, de la tradición, de lo que alguien nos enseñó y hay que transmitirlo hacia adelante, o es así, o no es de vida.
Eliminar¿Tu crees que alguien de dentro nos leerá? Quizás las monjas no, pero igual sí le llega a alguien que esté cerca ded ellas. Creo que en conjunto, con la de publicaciones que he hecho dedicadas a las monjas reposteras, con absoluto respeto, les debo haber hecho más publicidad buena que mala y creo que pueden comprender que compartir no les hará daño, y como tu bien dices, sí las honrará. ¿Te imaginas lo que fliparíamos si apareciera alguien y nos diera la receta?
Un beso grande.
Cuanto me ha gustado tu entrada,es de esas que me encanta leer, no conocia esos chatos de Orihuela a pesasr de que estamos bien cerquita, y ademas de ser una fanatica de la reposteria de pueblos, y desde luego de las monjas, tengo muchisimos libros, pero muchos, les voy a dar un repaso por si por casualidad viniera esta receta, y por supuesto no tardare en decirtelo, aunque si te soy sincera, estos tuyos estan divinos, a mi me han enamorado. Un abrazo
ResponderEliminarMaría, a ver si tu tienes suerte y encuentras algo, yo por más que he buscado, nada de nada. Y haz el favor, prueba los chatos de Orihuela, o bien en el convento, cuando vayas un día por allí o como sgunda opción, en la pastelería de El Ángel y ya me contarás, ya, cuando sepas cómo están.
EliminarUn beso y gracias por tu visita.
No sé si estos chatos se parecen mucho o no a los de Orihuela, de lo que estoy completamente segura es que están a la altura, y tanto. La masa con manteca y claras (tiene que ser adictiva) y ese relleno que no le falta de nada y todo bueno (madre mía, ¡hasta con carne de membrillo y bizcocho!. Tú eres una gran cocinera, de eso no cabe duda, pero es que vienes de una tierra donde cada receta es una joya. ¡Vaya con las monjitas! ¡Qué manos!
ResponderEliminarUn beso grande, mi querida Viena.
Por cierto, suerte con la búsqueda de la receta original. Seguro que vuelve a surgir una historia tan casual y bonita como la de las pellas. Pero mejor que esta vez no se muera ninguna monjita...
EliminarLaurita, desde luego, que no haga falta que muera nadie para pasar el testigo a otra persona con la receta. Yo creo que alguien tiene que leer esto y conseguir la receta. Las abuelas, creo que la solución está en las abuelas, a ver si le llega a alguna abuela de Orihuela.
EliminarUn bso y gracias por tus comentarios.
Qué bueno Viena, no sé como será la receta original pero los tuyos desde luego están para comérselos, y esa presentación con su papel como antiguamente. Me ha encantado la aportación de Apicius. Deberíais de animaros los dos y rescatar la repostería tradicional española, sería un exitazo, la de recetas que se van perdiendo perdiendo, eso no puede ser,es un valor de nuestra cultura! Un abrazo
ResponderEliminarNada Delikat, por mi es lo que vengo pretendiendo, rescatar recetas que deberían ser patrimonio cultural protegido.
EliminarTambién me consta que Apicius hace lo propio, menudas joyas tiene en sus blogs.
Un besito y gracias por venir siempre.
madre mia Puri esto creo que merece adgetivos como celestial , divno , insuperable , etc etc,........para morirse de gusto, yo tengo familia politic en Orihuela y se que tienen unos benos amigos que tiene una panaderia ya les preguntaré, un abrazo y a ver si nos vemos
ResponderEliminarCatalina, ánimo, mira si conseguimos la receta. Y de vernos, creo que pronto nos podemos ver en esa cena que se está organizando para el día 6. A ver si coincidimos.
EliminarUn beso y gracias por tu comentario.
Te aseguro que no los he probado nunca pero los tuyos tienen que estar divinos a juzgar por las fotos. Espero que tu labor de investigación se vea recompensada encontrando la receta original y podamos probarla todos.
ResponderEliminarBesos.
Eso mismo espero yo, Princesa, y si conseguimos la receta, sin duda que la traeré al blog sin demora.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu visita.
Es posible que el relleno del pastelito lleve unas gotitas de bergamota? A veces me ha parecido notar ese aroma al abrir el chato. Felicidades por tu labor investigadora.
ResponderEliminarBuenos días Anónimo:
ResponderEliminarPues es posible lo de la bergamota, de hecho, la próxima vez que los haga, le voy a poner a ver qué pasa. supongo que hay muchos matices de la receta original que se me escapan, pero bueno, alguna vez puede que tengamos la receta original.
Gracias por tus palabras y tu visita.
Un abrazo.
Hola me alegro de haber encontrado esta receta porque mi abuela hacia los chatos pero yo no tenia la receta mas como bien dices se pueden rellenar de varias cosas y recuerdo que mi abuela los rellenaba de dulce de boniato. Muhas gracias.
ResponderEliminarPues tomo nota Anónimo, porque las recetas de las abuelas son siempre valiosas. El dulce de boniato es un clásico de la repostería de las monjas, desde luego, y es muy posible que lo lleven.
EliminarMe da alegría cuando viene por el blog alguien de Orihuela o alguien que conoce estas recetas.
Gracias por dejar tu comentario.
Un abrazo.
Hola viena
EliminarSoy de orihuela y tengo la receta de los chatos, me la paso mi madre
Hola Anónimo: Si quieres compartir esa receta te estaría muy agradecida, ya que esta receta que he puesto en el blog, es una tentativa, un invento mío como acercamiento al sabor de los chatos, y aunque está bastante logrado, como digo e insisto en el artículo, no es la receta original.
EliminarPara mí es muy importante, porque trabajo con recetas tradicionales y me gusta ser fiel a las tradiciones y a las raíces de esta cocina.
Por otra parte, hay también una oriolana llamada Julia Valoria, que me ha copiado esta receta y se ha permitido publicarla en su libro llamado "La Orihuela golosa", haciéndola aparecer como buena y original, cuando yo insisto mucho en este post en que la receta no es la original, sino un invento mio que quiere aproximarse a los chatos, por eso digo que esto no son chatos, sino "casi chatos".
En su libro esta señora, pretende ser rigurosa con la tradición de Orihuela, cuando lo que ha hecho es copiar y pegar de mi blog, retocando en todo caso un par de palabritas, sin tener en cuenta mi propia introducción en donde explico muy bien y sin lugar a dudas, que esta receta no es la original.
Si la señora Valoria me hubiera pedido permiso para usar mi receta, esta y otras de su libro, le habría dicho que adelante, que sin problema, pero a condición de que hiciera constar que no es la receta original de los chatos y vamos, sería más que una quiniela al pleno haber acertado en todos los ingredientes y pasos, de ser coincidente con la receta original.
Creo además que con este gesto tan feo y deshonesto de copiar sin pedir permiso y sin contrastar, implica a las personas que en la contraportada de su libro la halagan como defensora de tradiciones, algunas de ellas muy serias y comprometidas con la cultura de nuestra tierra.
En fin, Anónimo, que si nos compartes la receta que tienes, podemos aportar un granito más de arena para mantener vivas nuestras tradiciones y juro no copiarla sin tu permiso ni publicarla sin tu mención, porque yo hago las cosas de otra forma.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo
He descubierto este blog por casualidad y me encanta. Te felicito porque muy interesante e impresionantes, tengo una receta de los chatos de las monjas de Santa Lucía de Orihuela que es anterior a la quema del convento en 1936, después se recontruiría en La Trinidad , donde las MM Dominicas siguen con su tradición pastelera.
EliminarLa receta con todo lujo de detalles está publicada por Julia Valoria en un libro de recetas de la tierra y ella en su receta incluye la esencia de bergamota, en la de mi madre no aparece, lo que no quieren decir que no la lleve, en lo demás la receta de Julia y la de mi madre se parecen bastante.
Es posible que mi madre modificase la receta a su gusto y se apartara algo del origen, pero la comunicación es de primerísima mano, entenderás que no de detalles de la misma por la forma en que fue transmitida y porque estos secretos son de los que vive esa comunidad.
Los tuyos deben estar buenísimos por lo que se deduce de la lectura de la receta, pero también te digo que se parece muy poco a la receta que conozco.
Sigue con este magnífico blog.
Un saludo
me encanta tu bloc,ya he hecho varios dulces y me han quedado riquisimos,estoi pensando en esta receta,as probado a echarle almendra molida a la masa,las monjas trabajan mucho con la almendra molida en las masas,y como esencias de azahar,y vainilla,,y si en vez de manteca llevan mitad de manteca y mitad de mantequilla,bueno seguire investigando y ya te contare jajaja besos y felicidades por tu bloc!!!
ResponderEliminaren vez de dulce de membrillo puede ser cabello de angel,muy pero muy triturado,y una pizca de clavo,jajaja yo sigo con mi investigacion un abrazo
ResponderEliminarQuerida Susana: tu investigación me interesa mucho, a ver si entre todos logramos la excelencia de los verdaderos chatos de las monjas.
EliminarUn abrazo y gracias por tus comentarios.
Yo no soy anónimo, soy Manuel Hernández y he publicado mi opinión sin leer todos los comentarios, lo siento, he adjudicado tu receta a Julia sin conocer los antecedentes, he dicho que la de Julia y la de mi madre se parecen pero la verdad es que la leí cuando público el libro y la tenía bastante olvidada. Si la que publicó Julia es la de tu blog, no se parecen tanto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Manuel: Veo que leyendo los comentarios, ya te has puesto al tanto del asunto con la señora Valoria.
EliminarEsta señora publica su libro en 2015 y mi entrada en el blog, es de 2012, así que las fechas ya hablan por sí mismas.
La señora Valoria copia de mi blog la receta de los chatos, aunque le añade la bergamota, que si te fijas, hay un comentario por ahí que lo sugiere, un anónimo que yo imagino que es ella. Por lo demás, copia palabra por palabra mi receta y si me molesta, es porque ella la da por original, como la receta de las monjas, cuando yo llevé mucho cuidado en destacar que la receta no era la original, sino la inventada por mi. Incluso copió el ponerle dulce de membrillo cuando eso fue sobre la marcha, algo que se me ocurrió porque tenía hecho en casa en ese momento.
Insisto en que si ella me hubiera pedido permiso, se lo habría dado sin ningún problema, pero no lo hizo, ni pidió permiso, ni citó la fuente.
Yo no tengo publicidad en mi blog como ves, no gano dinero con mis publicaciones, ni con mis lectores, sólo es un blog para compartir y creo de corazón que las recetas tradicionales pertenecen al pueblo y si reivindico esta de los chatos, es sólo porque es importante que se sepa que no es la verdadera receta tradicional de las monjas, sino solamente el intento mío.
En fin, creo que cuando se hace un trabajo de copia y recopilación, que es lo que Julia hace, no de creación sino de recopilación, lo ético y lo honesto, es citar las fuentes y/o pedir permiso y ella no lo ha hecho.
También hubiera sido honesto no dejar creer a la comunidad que tanto la elogia por su trabajo, que esas recetas son las auténticas u originales, porque al menos esta receta de los chatos, no lo es.
Gracias a ti, por tus dos comentarios y bueno, en otro orden de cosas: ¡Lo que daría yo por tener esa receta que tu tienes de los chatos! Jajajaja
Un abrazo
Gracias por la aclaración, por mi parte asunto zanjado, cada uno ...
EliminarHe intentado hacer las pellas de tu receta paso a paso con mucho cuidado y la verdad es que consigo el sabor que recuerdo de ellas pero no consigo la textura característica que nos permitia cogerlas con la mano. ¿Qué puedo estar haciendo mal?
Se quedan para comer con cuchara y eso no tiene gracia.
Un saludo y gracias
Hola Manuel:
EliminarSi estás haciendo el paso a paso, no se me ocurre qué puede estar pasando, porque quedan muy espesas y las dejas sobre un papel vegetal y cuando enfrían, se pueden coger con la mano, ya lo creo.
¿Estás usando flor de almidón? ¿Y está en condiciones? A veces la harina la tenemos pasada y el almidón no actúa igual, es lo único que se me ocurre que puede estar fallando. Por ejemplo, la harina tiene que ser flor de almidón de trigo, solamente así, te saldrán como en las fotos.
Ve diciéndome si te salen por favor.
Saludos
Si, utilizo flor de almidón comprada hace menos de dos semanas en el único sitio que creo que la venden en Orihuela (antigua casa Sigi, ahora no se como se llama) .
EliminarLo volveré a intentar, echo de menos no haber heredado un poco de las manos de mi madre para estas cosas.
Ya te cuento y gracias por dedicarle tanta atención a este blog y a tus seguidores
Gracias a ti por tus comentarios.
EliminarUn abrazo