Y es que ella es coqueta, se mira al espejo una y otra vez,
se hace una cola, cambia de opinión, se deja el pelo suelto… Cuando llegamos al
Instituto, son las ocho en punto y entonces, en el paso de peatones, paro el
coche y ella baja mientras yo le deseo un buen día. Luego, me quedo mirándola hasta
que se pierde por la puerta gris y repaso su vestimenta: efectivamente, la
recuerdo bien, hoy: la malla negra y su camiseta blanca, hoy tiene gimnasia.
Un día, hace años, me di cuenta de que el estrés o yo no sé
qué sombrías cosas, me tenían en un cuarto oscuro. Me absorbía el trabajo, me
preocupaba la economía, leía los diarios y sufría por cosas que pasaban a miles
de kilómetros de mi, tomaba muchos cafés, buscaba no sé qué éxitos vacíos. Hacía demasiadas cosas, pero me estaba perdiendo todo, incluso a mis hijas, a
las que miraba, si, cada día, como se mira el cielo, pero realmente no las
veía.
Iba una mañana en el coche pensando todo esto y sentí
tristeza: Si me preguntaran qué llevaban puesto, no sabría qué contestar.
Y este pensamiento fue como un detonante, porque me juré a mi misma que no volvería a
pasar, me pareció tan tremendo. No era la ropa que llevaban puesta, eran sus
miradas, sus estados de ánimo, sus palabras… Era que me estaba perdiendo a mis
hijas, lo que yo más quería y no era lo
único que me perdía.
Realmente sólo existe lo que percibimos, lo que incorporamos
a nuestra experiencia vital y sensitiva y la vida son esas pequeñas cosas que
nos estamos perdiendo: los ojos de nuestros hijos, las manos de una cajera de
supermercado, el atardecer de un día cualquiera, los pájaros sobre los árboles
o la cola de los perros moviéndose alegremente cada vez que llegamos a casa.
Eso es la vida, lo que realmente importa, la mirada del otro
que refleja nuestra propia mirada, lo demás
es lo que entorpece nuestra existencia. Y si no
percibimos la vida… Poco nos queda
Para bien y para mal, no se me escapan ya las flores del
jazminero que caen cada día, ni la pequeña herida que tiene el Tango en su
pata, ni la injusticia se dé donde se dé, o la rodilla maltrecha de una señora
que pasa cargada de bolsas por el camino. Los olores, las formas caprichosas de
las nubes en el cielo, ni por supuesto, qué llevan mis hijas puesto, cada día.
En la cocina me pasa otro tanto, no quiero perderme el sabor
de los higos, cuando son los higos, ni de las granadas cuando crecen las
granadas o de los membrillos, cuando es tiempo
de membrillos.
Y como ando cocinando prácticamente todos los días, no quiero dejar de hacer un plato de estos
frutos del tiempo, al menos de los que me regala el huerto, así que hoy: toca
membrillo.
Se trata de una receta improvisada que me ha encantado, un
flan de membrillo con sabor a este tiempo. Tenéis que probarlo, porque está
absolutamente delicioso. Muy poco dulce, deja todo el sabor del membrillo
refrescante en la boca, vamos, una verdadera delicia.
A ver qué os parece.
Ingredientes:
Dos o tres membrillos
1 vaso de leche fresca4 huevos
200 g. de azúcar
Una pizca de sal
70 g. de mantequilla
40 g. de maicena
Pelamos y cortamos los membrillos en trozos y los ponemos a
hervir, pero sin pasarlos, no han de estar demasiado blandos.
Una vez en ese punto, pesaremos 250 gramos para nuestra
receta, reservando el resto para decorar.
Entonces, colocamos los trozos de membrillo en un bol,
añadimos el vaso de leche y trituramos obteniendo un puré
Añadimos los huevos, la pizca de sal y la maicena y acabamos
de conseguir un compuesto homogéneo y suave, de un bonito color marfil
Una vez frío desmoldaremos y decoraremos con trozos de membrillo hervido, a nuestro gusto.
Un abrazo
El flan estará buenísimo, porque tiene un aspecto genial. Pero lo que de verdad me ha gustado es todo lo que nos has contado, gracias por hacerme "parar" y pensar en lo realmente importante....Un besazo
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario María Alonso. Un beso grande.
EliminarPreciosa introducción Viena, desde luego que hiciste muy bien y nos lo has explicado con un ejemplo muy claro, el de la ropa de tu hija. De todas formas me asusta, cuando has enumerado la cantidad de cosas que hacías al día y con la que creías alcanza algo que en el fondo no te llenaba, muchas son las que hago yo y de verdad... muchas veces pienso en que menos mal que mi dia a día existen figuras muy importantes para mí como mi familia, Lola por supuesto, los amigos, y también la blogosfera, la cocina, vosotros, que si no estaría embebido por la rutina en su cara más cruda. Internet para mí lo he dicho muchas veces no es sólo un medio de comunicación global es una vía de escape, cuando me conecto, me evado, me traslado a vuestras cocinas, a vuestras ciudades, a vuestras fotos, fortalezco además una de mis pasiones la cocina, y aprendo y me encanta. Ya sé que no es lo mismo a lo que tú decidiste a hacer, pero a mi por ahora me sirve, es mi paréntesis, mi inmunidad, mi kitkat, de verdad, algún día os tendré que dar las gracias por todos estos pequeños momentos que me hacen el día a día más feliz. No pido más.
ResponderEliminarMe encanta tu improvisación de temporada! se ve deliciosa!
Un saludo.
Carlos, yo creo que cada uno sabe íntimamente lo que tiene que hacer, aunque no siempre sea fácil hacerlo. Yo he aprendido esto para mi vida, no quiere decir que le valga a todo el mundo, pero para mi es lo único, percatarme de la vida me rodea y sentirme aquí y ahora, que en realidad no hay más búsqueda que esa. Además, sobre todo con las personas más queridas, creo que todos, pero todos los días deben contar, creo que comprendes lo que quiero decir. A veces imagino mentalmente un gran calendario con los días de mi existencia, y no quiero que ninguno de esos días sea, ni repetido, ni pase desapercibido.
EliminarUn beso grande.
Hola Prima !!!!! ufffff que rico se ve este flan, y una vez mas felicitarte por el blog, es una delicia leerlo. Besiñossss
ResponderEliminarAy primo querido, a ver cuándo nos vemos, que te haré pastelitos que te gustan, te lo prometo.
EliminarUn beso grande, siempre es un placer verte por aquí.
Muy interesante la introducción. ¡Que de cosas nos perdemos por tener la mente fija en asuntos que a la largo no son importantes¡
ResponderEliminarSi llego a ver esta receta la hubiese hecho para este fin de semana ya que me habían ofrecido unos membrillos y los rehúse.
Tal vez para la próxima.
Saludos
Querido Apicius, haga este flan, de verdad que le va a gustar. No hay muchas recetas con membrillo, aparte del dulce de membrillo, que es más conocido, pero en pocas preparaciones lo usamos y el sabor de este flan le va a gustar, estoy segura.
EliminarUn abrazo y gracias por su visita.
!AY Puri! siempre emocionándome. Solo hay cinco membrillos en mi membrillero,pero seguro que se convertirán en flan. Un beso enorme
ResponderEliminarQuerida Sol, verás como te va a gustar, a ti y a tu chico. Pruébalo.
EliminarUn beso grande y gracias por tu visita.
Tienes razón tendemos a olvidar lo que realmente merece la pena de verdad. Delicioso el flan. Un saludo, Clara.
ResponderEliminarGracias Delicias Baruz por tu comentario.
EliminarUn abrazo
QUERIDA VIENA, NOS HAS DADO UNA GRAN RECETA PARA LA VIDA, QUÉ LINDO ES LEERTE. YO TAMBIÉN HE ESTADO EN ESE MAR DE ESTRÉS Y POR SUERTE TAMBIÉN LOGRÉ ENTENDER QUE ASÍ NO LLEGARÍA A NINGUNA PARTE, UNA ENFERMEDAD GRAVE ME DIÓ LA VOZ DE ALARMA. AHORA EL CIELO PARA MÍ ES MÁS AZUL Y MI FAMILIA SIEMPRE TIENE LA PRIORIDAD.
ResponderEliminarEL FLAN DE MEMBRILLOS TENDRÉ QUE HACERLO EN CUANTO TENGAMOS OTOÑO POR ACÁ, ES LA FRUTA PREFERIDA DE MI MARIDO. UN BESITO
Querida Pamela: Es cierto, hay mucha gente que a través de la enfermedad llega a sus propias recetas de vida, seguramente cuando vemos en peligro todo lo que tenemos. Por eso mucha gente agradece a menudo, a ese proceso que le ha llevado a darse cuenta de lo realmente importante de sus vidas.
EliminarMejor sería no esperar a la enfermedad, claro, pero como le decía a Carlos por ahí arriba, yo creo que cada uno sabe muy bien internamente cual es su camino en este mundo, aunque se necesiten fuerzas extra para tomarlo y es posible que la enfermedad y la conciencia que conlleva, den esas fuerzas.
Un beso grande.
Todo lo que dices es una ventana a la realidad Viena. Lo esencial lo vamos apartando con esta vida tan atareada o tan sin sentido que tenemos y no lo disfrutamos o no somos conscientes de ello. Es como si viviéramos en una carrera por llegar a algún sitio, cuando la vida se nos va quedando en el camino y el final no es nada. Tienes mucha suerte de poder apreciar esas pequeñas cosas hasta el punto de ser consciente de ello. Yo procuro dejar un hueco para sacar la cabeza y apreciarlas también, ya que para mí son el motor de la existencia. Con referencia a tu postre, seguro que ese sabor del membrillo le queda genial. Yo recogí los míos (un poco verdes), pero sólo por ser de aquél árbol que regué y vi crecer seguro que me sabrán a gloria bendita, así que probaré a hacerlo que se ve bien rico. e envío un beso enorme
ResponderEliminarQuerida Anna: Sé que comprendes bien lo que digo, sobre todo las que tenemos hijos, sabemos esa sensación de querer disfrutarlos en cada instante. Seguramente son el exponente más grande de la vida que nos rodea.
EliminarEste flan te gustará, estoy segura, es refrescante fíjate, el sabor a membrillo así, es muy agradable.
Un beso y gracias por tu visita.
Querida Viena, quiero que sepas que me acuerdo de tí casi todos los días, que es cuando hago el Paneer en casa. Desde que lo descubrí en tu blog, no falta en mi nevera para desayunar.
ResponderEliminarLa entrada de hoy es para enmarcarla, de verdad, qué importante es mira y ver, oir y escuchar, parece lo mismo pero no lo es. Por circunstancias familiares, desde hace unos meses intento oírlo todo, percibir mejor las cosas y no perder los detalles de nada. Hoy, paseando por la playa, mientras me mojaba los pies, pensé en la suerte que tengo de ser consciente de tantas sensaciones diarias y de la gente que me rodea, de lo que me necesitan y de lo que necesito de ellos yo también, he aprendido pequeños detalles del día a día que antes no veía, aunque los miraba.
No cambies nunca.
Besos, con cariño, de corazón.
Querida Nuria, he visto el panir en tu blog, es estupendo ¿verdad? Por cierto, la taza que hay en la cabecera de tu blog es, si no igual, muy, muy parecida a las que tiene mi madre, ¡de su ajuar! Jajaja, qué coincidencia.
EliminarRealmente es una suerte que podamos percibir todo eso que nos llega a través de los sentidos y que nuestro cerebro procesa e interpreta llenándolo de significado.
Sabes? en clase hago con los alumnos, antes de empezar, ejercicios de los sentidos y justo cuando escribía esta entrada me di cuenta que bueno, con estos ejercicios yo misma estoy ejercitando mi propia percepción. Creo que eso también se puede aprender y adquirir cada vez más y mejor. Luego, como tu dices, es una suerte, porque la sensación es que esos instantes, encierran el todo que es la vida.
Un beso grande.
Bueno en primer lugar que sin duda este flan te lo copio ya mismo, y esa preciosa entrada no solo yo la deberia copiar creo que casi todo el mundo de hoy dia, es precioso todo lo que dices, y todos teniamos que coger ejemplo de tus preciosas palabras, de verdad que han sido palabras mmaravillosas. Un abrazo muy grande amiga
ResponderEliminarQuerida María: Como ya he dicho antes en otro comentario, esto es lo que yo he aprendido en mi vida, que ya son algunos años, jejeje y que no sé si vale para todo el mundo, pero así en general, diría que si no somos capaces de mirar y ver a nuestro alrededor que esto es más que unas cuantas piedras o casas o coches, o crisis o discusiones, que es lo humano lo más importante, los otros humanos, lo que sienten, lo que viven, que somos después de todo, nosotros mismos en otras circunstancias, en fin, si no somos capaces de ver esa unidad y esa importancia en lo que vive, pues yo diría que hay para pensar.
EliminarUn beso grande y gracias por tu comentario.
El flan no sé si lo haré, no soy muy de dulce, pero estoy totalmente de acuerdo con todo lo que comentas en la entrada, hay que prestar atención a los pequeños detalles, me ha encantado como lo escribes.
ResponderEliminarMuchas gracias M. Eugenia por tu comentario y me alegro mucho de que estés de acuerdo, eso quiere decir que tampoco tu te quieres perder nada.
EliminarUn bso.
Me ha encantado tu entrada Viena, la verdad que difícil se nos hace día a día mantener estas cosas bien claras, las preocupaciones y los sinsabores nos hacen olvidarnos de las cosas importantes. Y ese flan tan aterciopelado acompaña genial tus palabras. Un abrazote
ResponderEliminarEste flan Delikat, es digno, te lo aseguro, de tu delikado paladar, te encantaría y es facilito de hacer ¿No te animarías?
EliminarGracias por venir siempre.
Un abrazo.
Viena, qué sabias palabras, la verdad la vida de hoy nos llena de tantas cosas inútiles y dañinas que hay que espabilar para que no nos agobien y mantenerlas lo máximo posible al margen. Nunca he comprado membrillos y ayer mismo lo vi en el supermercado. Este postre se ve delicioso, yo tampoco quiero perderme el sabor del membrillo ahora, gracias por la receta.
ResponderEliminarAbrazos
Querida Claudia, seguro que te va a gustar, está delicioso, no hiervas mucho los membrillos, lo imprescindible para quitarles la dureza del crudo, pero haciéndolos poco, mantienen el sabor a este tiempo, es riquísimo.
EliminarYa me contarás.
Un beso grande.
No sabes cuanto me gusta leer tus recetas, tus histórias... en fín... leerte.
ResponderEliminarUn beso
Jud
Querida Jud, muchas gracias por tu comentario, me da mucha alegría tenerte por aquí.
EliminarUn beso grandote.
Querida, Viena:
ResponderEliminarSoy madre estresada, trabajadora como tu, pero veo que has encontrado el camino de la sabiduria. Gracias por compartir algo tan maravilloso. Tenemos una gran responsabilidad con nuestros hijos, y todo lo que les hagamos a ellos, ellos se lo haran a los suyos también. Me encanta cuando mis hijos llegan a casa y me dicen ¡mamá que bien huele! Sé que los estoy cargando de recuerdos, tan importantes... El flan me sabe a otoño, sabiduria, manos de madre cariñosa, y a amor... espero que no suene cursi.Besos.Me quedo de seguidora, porque aquí tengo mucho que aprender.
No sé si sonará cursi Sopa Boba, pero bien es cierto que la mayoría de recuerdos entrañables que tenemos están relacionados con la madre, la abuela y la cocina. Como dices, estás cargando de recuerdos y son importantes.
EliminarGracias por tu comentario, se bienvenida a este blog y un abrazo.
Sí Viena, cuanta razón tienes. Que fácil es caer en la vorágine diaria del trabajo sin darnos cuenta, perdiendo todo lo importante, no ganando nada y siendo engullidos por ella.
ResponderEliminarQue fácil y que difícil darse cuenta de lo que realmente es importante. No es sencillo tomar las riendas de tu propia vida, y en muchos casos es necesario que la vida nos de un “golpe” para que tomemos conciencia de lo que realmente importa.
Hay que luchar para que ese tiempo nos lo marquen las épocas de las cerezas, las naranjas, los higos, los membrillos… las personas que nos rodean.
¡Ah!, las granadas me pierden. No sólo por su sabor, su textura... sino porque es una fruta con muchísimas frutas en miniatura dentro.
Pues atento Oteador, que la próxima será de granadas y riquísima.
EliminarVeo que estamos muchos de nosotros de acuerdo en la percepción de que hay demasiado "ruido" exterior como para disfrutar de lo importante, eso es ya un buen punto, pero como bien dices, no es fácil luego adoptar las medidas oportunas para que eso se arregle o al menos no nos "engulla".
Gracias por tu visita. Un beso grande.
Suscribo hasta la última coma de todo lo que escribes, a mi también me costo darme cuenta del significado y la importancia de tantas cosas que me estaba perdiendo, de repente..un dia entendí todo por eso comparto contigo y te apoyo con emoción porque cuanta más gente sea capaz de entender el mensaje, más amigos empezaran a vivir en paz. Un beso muy grande preciosa
ResponderEliminarHelena, así es, también yo pienso que cuanta más gente sea capaz de hacerse con el control de su vida, menos gente habrá controlada por otras cosas, externas y realmente poco importantes desde un punto de vista de la felicidad humana.
EliminarUn beso grande.
que postre tan bueno Puri y rico que tiene que estar, madre mia ¡¡¡¡¡ que exquistez , besos
ResponderEliminarSí que está rico, si, Catalina. Gracias por tu comentario. Un besito.
ResponderEliminarViena, ese flan se ve muy rico. A mi me gustan mucho los membrillos crudos con limón y Chile, pero vor a probar tu flan. Por acá también es tiempo de membrillos, ya los vi en el mercado. Te cuento que ya sufrí esa depresión y sé de lo que hablas. Lo bueno que tu, y yo también, supiste darte cuenta pronto de lo que te estabas perdiendo. Cuídate y sigue disfrutando de la vida. Besos.
ResponderEliminarQuerida Prieta, se me hace difícil imaginar el membrillo con limón y chile y además en crudo, aquí eso está muy áspero y yo solo puedo comerlos a piquitos pequeños.
ResponderEliminarEn cuanto a poder disfrutar de la vida, yo no llegué a estar deprimida, pero sí estaba demasiado ocupada y tomé conciencia de algo que era tremendo, que tanto ruido exterior y tanta actividad, no me dejaban vivir nada. Ahora que sigo haciendo muchas cosas, son cosas que disfruto, así que ahora es diferente.
Un beso grande y gracias por tu visita.
Que razon tienes...la voragine nos atrapa....yo por eso no tengo facebook, twitter ni nada....solo blog y correos electronico....igual ando de prisas....pero trato de plasmar cada minuto de mi vida cada dia....un flan delicioso....no se donde hay membrillo fresco aca........Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarMarcela, yo sí tengo facebook y twitter, etc, pero no tengo tiempo de atenderlo, así que a veces pasan muchos días antes de que pueda ver un mensaje o contestarlo. Con el blog es diferente y aún así, ocupa su tiempo y no siempre lo tengo.
EliminarLástima que no puedas encontrar membrillo por allí, esto te gustaría mucho, lo sé.
Un besote.
Muchas veces la gente me dice que tengo sangre de horchata, que no entienden en que me fijo en la vida, pues intento que no me afecten la mayoría de los problemas e intento aprovechar todos los pequeños momentos de mi familia, aprovechar al máximo lo que hace mi hija. Me gusta mirar como actúa la gente por la calle, en el coche, imaginar donde van y que hacen, son solo juegos mentales pero me relajan.
ResponderEliminarCada día uno se da cuenta de que lo que importa está cerca y si no se usa caduca y no se puede recuperar nunca más. Gracias por compartir tus reflexiones.
El flan improvisado te ha quedado genial, si puedo lo hago.
un beso fuerte.
Carolus estamos en esa onda, yo también me relajo mirando a las personas, sus ojos y sus manos e imaginando sus historias fascinantes.
EliminarSi puedes antes de que acaben los membrillos, prueba esto, te va a gustar, ya verás.
Un beso