Sigo con los
clásicos neoyorquinos, esta vez el afamado cheesecake o más familiar para
nosotros, pastel de queso.
Me está
gustando mucho esta repostería, que la verdad, poco o nada tiene que ver con la
comida basura de franquicias, por la que
nos llega a nuestro entorno la referencia culinaria de aquella parte del mundo.
Y sumando
puntos positivos, un bien por el estado de
Maryland, que ha abolido por fin la pena de muerte.
Ha sido como
un pequeño oasis que hoy regalaban las noticias, en medio de ese desierto, no
por vacío, sino por estéril, de datos y más datos sobre la crisis. Al menos ésta
era una buena noticia, eso sí, para que no todo sea felicidad, ensombrecida por
la amenaza que hacen en ese mismo estado los conservadores, de reunir firmas y
manifestarse en contra de la abolición. Y es que nunca se está libre del todo,
de las sombras.
Y las sombras nunca
están muy lejos. Ayer leía también, para que veáis a qué me refiero, las
tremendas cifras de los 258.000 muertos por hambre en Somalia en los últimos
dos años.
Parece una pesadilla, en esta era de globalización, de cero fronteras
a través de Internet, de transportes supersónicos y de proyectos espaciales,
que 258.000 seres humanos mueran por hambre, más de la mitad, niños menores de
cinco años y eso ahí mismo, a unas horas de avión.
¿Por qué nos
parece tan lejano? ¿Por qué parece que esto no tuviera nada que ver con nosotros?
A veces pienso
que pueden sentenciar lo mismo, unas firmas de conservadores reaccionarios, que la quietud y el éxtasis contemplativo de
nuestros progres de la new age.
En fin, una de
removida, pero así me han puesto las últimas noticias.
Bueno, antes
de que nadie me diga aquello de zapatero a tus zapatos o cocinera a tu cocina y
que yo me revuelva para contestar que no hay zapatos que valgan si Somalia va
descalza y que no hay cocina, mientras aquellos niños no coman, porque su
hambre es nuestro hambre, en fin, antes
de todo eso o mientras tanto, veamos cómo se hace este pastel de queso.
Ingredientes:
180g. de
galletas
20g. de azúcar
Para el cuerpo del pastel
540g. de queso
Philadelphia o similar
160g. de
azúcarUna pizca de sal
40g. de harina de fuerza
Un limón
360ml. De nata 35% materia grasa
6 huevos
Unas gotas de esencia de vainilla
Vamos primero
con la base:
Con ayuda de
un rodillo, trituramos las galletas. Fundimos por otra parte, la mantequilla.
En un
recipiente mezclaremos los tres ingredientes: mantequilla fundida, azúcar y
galletas trituradas
Mezclamos formando una pasta que acomodaremos en el
fondo de un molde desmontable, apretando bien con el dorso de una cuchara
Introducimos
en el horno durante 10 ó 15 minutos, o hasta cuando veamos que los bordes
empiezan a dorarse.
Mientras
tanto, preparamos el relleno, colocando en un bol y en este orden: el queso
Agregamos el
azúcar, la sal, la harina, el zumo del limón y un poco de ralladura del mismo.
Comenzamos a batir con ayuda de unas varillas
Luego seguimos
añadiendo: la nata, cinco huevos y sólo la yema del sexto huevo y por último,
la esencia de vainilla.
Seguimos
batiendo incorporando completamente todos los ingredientes.
Cuando la base
está ya hecha, sacamos el molde del horno y volcamos la mezcla de queso sobre
la base, eso sí, antes, engrasaremos bien los bordes del molde para que luego
no tengamos problemas al desmoldar.
Introducimos
de nuevo en el horno, diez minutos a fuego medio y aproximadamente una hora y
media más, a fuego lento, unos 150ºC
Cuando ha
pasado este tiempo, pinchamos y comprobamos que el pastel esté hecho. Dicen que
el secreto de que salga perfecto es sacarlo del horno cuando todavía el centro
del pastel no ha cuajado del todo. Yo lo saqué en ese punto y la verdad es que
queda tan tierno y jugoso que es irresistible.
A mí me gusta
así, sin nada, pero a mis hijas les gusta con mermelada, así que nos repartimos
la cosa.
Algunos trozos
sin nada
Y otros con
una mermelada de fresa casera, que es de por sí una tentación
Sin…
¿Cómo os gusta
más?
Cada vez es más difícil encontrar una buena noticia, así que, bien por Maryland!! Yo a veces me planteo dejar de ver el telediario, porque es deprimente, pero tampoco se trata de hacer la táctica del avestruz, y no porque me esconda, dejarán de pasar. Pero a veces me resultan demasiado duras, sobre todos las que implican a niños.
ResponderEliminarEn fin, es el mundo que tenemos.
Respecto al pastel, me parece espectacular. Creo que la explicación es perfecta, vamos, para torpes, y ya que le hayas echado mermelada casera de fresa, ummm. Se le ve un color muy intenso y muy apetecible.
Besitos
Que noticia mas buena felicidades a Maryland. Yque textura tiene esa tarta mas apetecible. Le pones la harina de fuerza por algo especial o da igual que sea de repostería. Gracias. Amalia.
EliminarPandora, yo hace años que decidí no ver noticias ni comprar la prensa, porque me di cuenta de la esclavitud y la manipulación de esos sentimientos frustrantes hacia cosas que pasaban muy lejos y por las que nada podía hacer, distrayendo mi capacidad de hacer, con cosas mucho más cercanas, pero a veces las noticias me llegan, aún sin buscarlas y con Internet, es difícil no enterarse de las cosas, así que bueno, ahí estamos sorteando ese exceso de información, con las reacciones que eso conlleva. De todas formas, las buenas noticias, las celebro y la abolición de la pena de muerte es una buena noticia.
EliminarNo así las cifras del hambre, pero la moneda siempre tiene dos caras.
Gracias por tu visita y anímate a hacer el pastel. No es difícil.
Un abrazo.
Amalia: La harina de fuerza es porque este pastel la requiere. No es que con la floja o de repostería no salga, sólo lleva cuarenta gramos y no creo que resulte tan decisivo en el resultado final, pero el gluten de la harina de fuerza no le vendrá mal a la textura de este pastel, por eso es recomendable usar esta.
EliminarEn otras preparaciones sí es muy importante usar para cada cosa la harina que requiere, un bizcocho no se hace nunca con harina de fuerza y un pan no se hace con harina floja, a veces un resultado mediocre es debido a estas cosas.
Espero haberte ayudado.
Un abrazo.
Es una buena notoicia!
ResponderEliminarAyer también leía las muertes de Somalia POR HAMBRE! Es para estremecerse! Y más cuando ves que en muchos sitios se tira la comida...
Para no depriomirnos, bien está disfrutar con este cheesecake! Que buen color!
Besos
Margarida, encantada de saludarte. Yo creo que la cosa no está en deprimirnos por estas malas noticias, ni por estas, ni por otras que malas las hay de todos los colores y todos los días. En realidad lo bueno sería que nos movieran un poco, aunque fuera las conciencias y no en el sentido de culpa, que es lo más estéril que podemos sentir, sino en el sentido de tomar conciencia de que podemos cambiar el mundo, que de hecho, somos los únicos que podemos hacerlo, que no es cosa de los políticos o de los poderosos, los poderosos somos todos y los políticos también, somos nosotros en otras circunstancias, así que todo empieza y termina en nosotros.
EliminarY eso, además, nada tiene que ver con privarse del disfrute de un buen pastel.
Gracias por venir por aquí.
Un beso grande.
Que gran verdad que poca gente entiende, esa de "su hambre es nuestro hambre". Nos hemos dejado convencer de que somos individuos, como si fueramos capaces de vivir fuera de lo colectivo, y nos hemos olvidado que para que haya pobreza tiene, necesariamente, que haber riqueza.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu tarta, no he probado a hacer cheescake al horno, y tengo que hacerlo porque estas tartas a mí me pierden... y pruebo todas todas todas no tengo remedio :)
EnLaLuna: Totalmente de acuerdo contigo. Creo que podemos asemejar al ser humano a las células que forman nuestro organismo. Quizás no tienen conciencia de que pertenecen a algo unido y mucho más grande, pero pertenecen, no están aisladas, no están desconectadas. Todas funcionan con un fin por encima de ellas mismas y si alguna no funciona, eso afecta a todas las demás. Si el ser humano se puede dar cuenta alguna vez de que así es con las personas, enseguida nos concienciaríamos de que "su hambre" es "nuestra hambre".
EliminarTienes que probar este pastel, yo también he hecho muchos de queso, pero como este ninguno, es realmente bueno.
Un abrazo y gracias por venir.
Como celebración antipena de muerte, me parece ideal. Te queda de lo más apetitosa.
ResponderEliminarLo de Somalia tiene mucho peor arreglo. Una cosa es que nosotros no tiremos comida y la reutilicemos (que también), y otra la situación penosa de ese país fallido, tomado por señores de la guerra y donde vamos a pescar a sus aguas tomadas por piratas con un barco de la armada al lado. Demencial.
Un besote.
Su, me llama la atención lo de "un país fallido" lo he leído en varios sitios. ¡Un país fallido! Es tremendo, porque yo creo que si un país, en este siglo de intervencionismo a tope, cuando hay intereses por medio, tiene ese nivel de pobreza, de muertes por hambre y de desastre organizativo, el que es fallido es el mundo que lo contiene, lo rodea y mira para otro lado y cree que eso no tiene que ver con los que vivimos bien.
EliminarSiempre digo el mismo ejemplo, la gangrena de una pierna, acaba matando al ser entero y muchos países fallidos, son esa gangrena.
En fin, demencial como tu dices.
Un abrazo y gracias por venir.
Me encanta esta tarta de queso, yo siemrpre las hago asi (incluso reconozco que a veces he hecho solamente la base de galleta jaja)
ResponderEliminarLa noticia tambien me llego junto con un halo de pequeña esperanza...pero pequeña, a mi también me parece incompresible que en pleno siglo XXI se mueran de hambre (como bien dice la canción)a veces me pregunto si no tendríamos que hacer algo más nosotros mismos..en realidad la respuesta es que si, pero entonces, ¿Porqué tampoco lo hacemos?
un besito
hoysonrioalespejo.blogspot.com.es
Justme: En realidad estamos haciendo, los que actúan y también los que no actúan, todo es una acción con consecuencia en el mundo que vivimos. Incluso esta conversación que estamos teniendo unos poquitos, es hacer, es conciencia y eso es muy importante.
EliminarSi te gustan las tartas de queso, no te pierdas esta versión, es la mejor que he probado nunca.
Un beso y gracias por venir.
Una tarta que siempre triunfa... me gusta.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Irmina. Es un placer tenerte por aquí.
EliminarUn beso.
Tienes razón de que una cheese cake casera no tiene comparación, yo suelo hacerla a la manera americana, como la que nos traes que es mi favorita. Qué buena pinta.
ResponderEliminarAbrazos
Un abrazo Claudia. Es realmente deliciosa.
EliminarLas cheesecakes son un triunfo seguro, te ha quedado estupenda.
ResponderEliminarMe quedo por aquí y te invito a conocer mis inventos culinarios guapa.
Un abrazo! Inma Herrera.
http://lagulaesvicionopecado-inma.blogspot.com.es/
Bienvenina Inma Herrera a este espacio y gracias por tu comentario. Naturalmente que echaré un vistazo a tus inventos, ya he curioseado un poquito por ellos, de hecho.
ResponderEliminarUn abrazo
De las dos formas me gusta, Viena! y de la entrada, que te voy a decir... que estoy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarBesitosss.
Muchas gracias por tu comentario y visita Golonsegus. Un abrazo.
EliminarAmiga Viena:
ResponderEliminarHe sentido la necesidad de dar un repasito por Sabores de Viena, con la idea de abrir la mente a cosas agradables y en respuesta a mi consulta me ha aparecido “Cheesecake de Maryland”.
A pesar del sabroso aspecto que se aprecia en las fotos, he intentado ver otros modelos y ahí está “Pasteles de limón” con su –leemos- “ni demasiado ácida, ni demasiado dulce”.
Siempre con ganas de descubrir cosas nuevas, sigo explorando –hacia atrás, en este caso- y me coloco en Tarta Guinness, de la que, en su día, si dejamos constancia en “El sendero del faro” de Amigos de La Tana.
Siguiendo con la búsqueda imposible nos aparece “Mil hojas de plátano y chocolate” y, con el sentimiento de culpa a flor de piel nos damos cuenta que fue precisamente fue en el “Curso de Tartas”, a finales de marzo, cuando hicimos nuestra última visita oficial a Sabores de Viena.
Y es que, en realidad intentamos huir de las maravillosas tentaciones de Sabores de Viena –problemas con la glucosa- pero nos puede la pasión de lo bien hecho y mejor presentado, y aquí me tenéis con el platito tendido, tenedor en ristre y la esperanza de que caiga algo.
Un saludo,
Sebastián Damunt
Jajaja querido Sebastián, ahí te imagino con el plato pedigüeño y cara de penita buscando algo. No hombre, no, no debes huir de mis tentaciones, que son todas de lo más dulces y ricas.
EliminarTe agradezco la visita y comentario, siempre es un placer tenerte por aquí.
Un abrazo.