Sebastián Damunt se ha ido, nuestro
amigo nos ha dejado.
Y nos ha dejado con todos los
honores a su persona, como un caballero.
Se despidió en todos sus blog, en
algunos con un entre líneas estremecedor, en donde podías sentir que era para
siempre.
“Fecha de caducidad”, tituló su
último post en Charlas de sobremesa
Pero no se repuso.
Ordenó sus tarjetas, sus fotografías,
escribió sus reflexiones sobre su familia y el legado de esa enorme y valiosa
biblioteca que les dejaba, pensó y se despidió de sus amigos. Entonces, todo
hecho, como hombre de bien, se fue.
Los que sois blogueros desde hace
años, me entenderéis cuando os digo, que somos una comunidad de amigos,
especiales sí, pero amigos sin ninguna duda.
Nos conocemos a través de
nuestros escritos, aunque no nos digamos nunca, ni claramente, si estamos
arriba o debajo de nuestras posibilidades o nuestros ánimos.
Somos esos amigos que aprendemos
a intuirnos o medimos cómo estamos a través de nuestra mayor presencia o
ausencia en nuestros blogs.
Somos importantes, aunque no nos
veamos, en nuestras vidas. Nos damos y recibimos.
A veces percibiendo nuestros propios
paisajes más inmediatos, porque son fotografías que vamos a compartir o sintiéndonos
muy cómplices en el silencio de nuestros encuentros de computadora.
Somos esos amigos de los que nos
acordamos, a los que buscamos cada día, cada hora, por estas ventanas a la
distancia, pero a quienes nadie nos avisa si ya no estamos.
Y es que compartimos a solas, no
figuramos en las agendas ni nos traemos a casa o visitamos con la familia. Siempre
nos encontramos en un bis a bis íntimo y solitario, pero sin duda, sin ningún
atisbo de duda, somos amigos.
Amigo Sebastián: Hasta siempre.
Precioso epitafio, Viena.
ResponderEliminarNo lo conocía, descanse en paz. Me ha encantado tu reflexión con la que estoy muy de acuerdo, gracias
ResponderEliminarPor lo que dices, una pena no haberle conocido... descanse en Paz. Me han gustado tus palabras.
ResponderEliminarBesitosss.
Qué emotivo memoriam Viena. Me uno a tu homenaje a Sebastiàn aunque no lo conociera. Entreveo tu pesar y te felicito por tu sensibilidad y reflexiòn muy acertada.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Una belleza tus palabras. Yo no lo conocí, y lo siento, pues por lo que te leo valía la pena su amistad. La muerte siempre duele y es inaceptable, pero hay que ser capaces de celebrar la vida más que llorar la muerte. Un beso enorme querida amiga
ResponderEliminarNo conocía a Sebastián pero me parece que fue un hombre íntegro, responsable y un excelente ser humano. Descanse en paz. Que razón tienes con lo que comentas acerca de que la blogosfera es una especie de comunidad de buenos amigos que hemos conectado por nuestras aficiones. Algo realmente muy especial. Besos
ResponderEliminarYo si conocí a Sebastián por carta y atravez de su blog, Libros de Cocina y Gastronomía. Que pena que se haya ido pero, por lo que escribes, se fue en paz. Gracias por este mensaje tan bello y creo que los que lo conocieron en persona fueron muy afortunados. Que en paz descanse.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios. Hemos hecho con ellos nuestro pequeño homenaje a este bloguero apreciado que se nos ha ido.
ResponderEliminarUn abrazo.
No llegué a leer su despedida y mira que entraba a "los amigos de la Tana" por si mejoraba y decía algo...El Paseo de la barra ya no es lo mismo sin él....
ResponderEliminarBesicos Viena
(Entiendo mucho tu última entrada a mi me pasa algo parecido)
Amiga Mari Carmen: como él te decía siempre, nos decía siempre. Le echamos de menos ¿Verdad? eso es lo que te ha traido hasta aquí, intuyo y a mi también me pasa. Hemos perdido a alguien valioso en las redes, sus blogs daban algo entrañable y cultural que no se encuentra tan fácil en otros blogs. Lo he sentido mucho y eso a pesar de que nunca tuve la ocasión de conocerlo en persona y mira, nunca más será.
EliminarRespecto a mi último post, ufff, así estoy y sé que estamos más de uno. Son tiempos difíciles para hablar sólo de cocina, o sólo de cualquier cosa sin entrar en lo que nos rodea.
Muchas gracias Mari Carmen por haber venido hasta aquí y mostrar el aprecio a Sebastián que sin duda hemos compartido.
Un abrazo
Leí esta noticia que diste hace tiempo por face, no tuve tiempo de comentarlo. Lo conocí por ti, cuando le mandaste un libro. Un hombre generoso y dedicado a difundir las letras culinarias. Se le recuerda con cariño.
EliminarQuerida Carmen, gracias por compartir con el resto, el sentimiento.
EliminarLe regalé un ejemplar de tu libro, firmado por ti, a Sebastián y me escribió diciendo cuanto le había gustado. Me dijo que los libros de cocina mejicana eran lo que más ilusión le hacía recibir siempre, tan agradecido y tan espléndido, como tu dices, tan generoso. Se ha ido y lo echamos de menos los que lo leíamos a menudo. Yo le debía esta pequeña reseña.
Un abrazo
Tuve el placer de conocer a Sebastián en los años 90. Los dos compartíamos pasión por la Informática. El había reservado una mesa en el piso superior del Restaurante la Tana en la que había instalado un ordenador y situado un cartel donde se podía leer "Club de Amigos de la Informática”, sin duda, con la clara intención de compartir experiencias y conocimientos.
ResponderEliminarPor esa razón no me sorprendió en absoluto que Sebastián utilizara la palabra “AMIGO” tantas veces a lo largo y ancho de sus andaduras por los Blogs que tan magistralmente realizó y compartió con todos nosotros.
En efecto, podías ver en Sebastián un amigo, y estoy seguro que cada visitante del Restaurante al que se acercaba a fotografiar para su Blog eran, como el bien los describe, “amigos”.
Sebastián era bondad, generosidad y amistad.
Tuve también el honor de visitarlo en su casa cerca de la Cala del Pino en la Manga del Mar Menor. Allí me dio a conocer su vasta colección de libros de cocina y su proyecto informático de catalogación de los mismos.
Sebastián, te mando un abrazo y sé que sigues tus blogs allí donde estés.
Hola Santi: Yo todavía visito algunos días, con nostalgia, los blogs de Sebastián, cuando lo echo de menos por aquí, con sus comentarios, con su amabilidad siempre impecable.
EliminarRealmente tuviste el honor de conocerlo y el privilegio de acceder a su biblioteca que me consta, era impresionante y muy querida por el.
Me uno a ese abrazo que le envías allá donde esté.
Gracias por dejar aquí tus palabras hacia este AMIGO