Voy a presentaros los tres
últimos libros culinarios que he adquirido.
Para los que nos gusta esto de
investigar y experimentar en la cocina, hacer algún hallazgo interesante
siempre está rodeado de una emoción íntima, seguro que me comprendéis.
Por cierto, nuestro amigo y en lo
que a mí concierne, maestro Apicius, tiene un blog llamado "Sección de libros antiguos" en donde nos da generosamente
acceso a toda una biblioteca de gastronomía, que ya la quisieran muchas bibliotecas
públicas o privadas. Es imperdible y hay tanto material, que es imposible
abarcar todo.
Yo misma no me di cuenta de que
este primer libro que os voy a presentar, estaba allí y no lo conocía.
El ejemplar lo compré por Internet y no es que me sepa mal, porque tener
un libro en las manos, no tiene comparación con otras formas de acceder a él, pero
vamos, para quien quiera, que sepa que está en la Red.
El título es el siguiente:
Nuevo arte de Cocina.
Sacado de la Escuela de la Experiencia Económica.
Por Juan Altamiras
Lo encontré consultando un
recopilatorio de la biblioteca pública, cuando leí un párrafo extraído de este
libro que despertó mi curiosidad. Quería
saber quién era este Juan de Altamiras que tenía ese sentido del humor que me gustaba.
Esto me llevó a la indagación y así llegué al libro y lo compré. La edición es de
2010 y reproduce la de 1767.
Su lectura es deliciosa y no solamente
por las recetas medievales, interesantes
aunque demasiado contundentes para aplicar hoy día y bastante limitadas en
comparación con el desarrollo que hoy tiene la cocina, sino por el lenguaje
usado por el autor, con ese velado humor que escapa de sus páginas y la
humildad en la explicación junto a una humanidad, digna de un franciscano.
Me gusta este libro y no entiendo
cómo se me había pasado por alto hasta ahora, dado que el libro es una de las
más importantes referencias de la cocina medieval, reuniendo un buen número de
características que lo hacen único. Por ejemplo:
Es el primer libro de cocina que
menciona el por entonces ingrediente absolutamente nuevo del tomate. Lo cita el
autor en once recetas, en la mayoría como sucedáneo del vinagre.
Está considerado además, un
compendio de costumbres dentro de los conventos que suscita gran interés y es
por otra parte, un libro más que
estudiado desde la lingüística, pues está escrito en un dialecto castellano de
1.700 , siendo una referencia del léxico culinario de la época.
Otro récord lo bate, al ser el libro
más editado de los siglos XVIII y XIX y sin duda la obra con más influencia en
ese tiempo. ¡Y yo sin conocerlo!
En cuanto al autor, se trata de
Fray Raimundo Gómez, aunque el libro fue
escrito bajo el seudónimo de Juan de Altamiras.
Este hombre era un franciscano
aragonés, nacido en la Almunia de Doña Godina, que fue al parecer cocinero en
el convento de San Diego, uno de los colegios mayores que había por entonces en
Zaragoza, residencia de estudiantes franciscanos que se formaban en la
Universidad.
El prólogo del libro es una
maravilla. No sé si exageran cuando dicen
que se anticipa en siglos a lo que hoy entendemos por culinario, pero situados
en su época y en su contexto, creo que es del todo meritorio.
El contenido se divide en cuatro
capítulos: Dos dedicados a carne, uno a pescado y otro llamado: “De todo género
de yerbas”, que recopila el reino vegetal.
Tiene además como apéndices
“Varias escudillas” y “Adición para componer aguas y otras advertencias.”
En este enlace http://www.dialogodelalengua.com/articulo/pdf/4/4_torres_dl_2012.pdf podéis encontrar un magnífico
trabajo hecho en base a este libro. Su lectura ha supuesto para mí, una especie
de visita guiada por el libro, pues ha dado valor a cada página de las que, ya
había leído y me ha llevado a repasar y volver sobre algunos párrafos y
recetas, para captar, desde el conocimiento, las sutilezas y las perlas ocultas
que se encontraban en este tesoro.
Ah y lo mejor de todo es que
cuesta poco más de 10 Euros. Un buen regalo para cualquier amante de la cocina.
Como muestra de todo lo dicho,
una de las recetas del libro de las que conservo la gramática original:
Arroz con leche de Almendras
“Para cada libra de Almendras es necesaria una libra de azúcar, y otra
de Arroz, seis huevos, y un poquito de canela; se compone de este modo: Quando un
cazo de agua estè hirviendo, echaràs las Almendras, luego las sacaràs sobre el
tablero, las mondaràs, y echaras en agua fría, con dos onzas de piñones à cada
libra de Almendras; las moleràs, y asi no saldrá parda la leche: desataràs la
pasta con agua fria; lavado el Arroz con tibia, ponlo à enjugar; y la leche en
una olla nueva, que se haya atibiado, y tendràs otra con sal, para emperdigar
el Arroz; el azúcar échalo en la leche, y lo podràs espumar; la canela, ponla
en un puchero nuevo en infusión, y echado en el Arroz; iràs añadiendo con la
leche poco à poco, hasta que el grano blandee, lo sacaràs del fuego; desataràs
unas yemas con leche fría. Ò à lo mas, tibia, y tèn cuidado no se coagule:
serviràs el Arroz con azúcar, y canela, reservaràs leche, por si se endurece: el
residuo de la leche colada es de ninguna substancia, bien que sè hay algunas,
no sè si diga Señoras, tan pobres, (que es lo mas piadoso) que lo aprovechan
todo, y asi en el Arroz dan à comer granzas; pues sepan, que no son asnos, los
que comiéndolas disimulan, sino, ò prudentes, ò interesados. Supongo, que las
religiosas de garvo entenderán bien lo que digo, para saber manejarse.”
¿No os parece delicioso?
El segundo librito, al que doy
sin duda rango de tal, es un recetario de la primera Turmix, escrito por Enrique Berrens. El
ejemplar es la 10ª edición. Barcelona.
Aunque no figura el año en el
recetario, por lo que he podido averiguar en Internet, se trata de ediciones de
1949. El título por si lo queréis buscar, es exactamente así:
RECETARIO
TURMIX BERRENS
El valor de estos recetarios,
aparte de que me parecen irresistibles sus amarillentas páginas con sus dibujos
de cuento y sus ya anticuadas expresiones,
es que son recopilatorios de recetas bastante fieles y originales.
En este caso, y por eso lo compré
expresamente, me sorprendió la inclusión de un apartado dedicado a regímenes.
Entre otras cosas, viene una tabla de alimentos alcalinos, ácidos y neutros,
tan en moda en nuestros días. Viene también un apartado para corazón y
circulación, otro para diabéticos, diarreas, estómago e intestinos, riñones,
futuras mamás o bebés. Bueno, una maravilla que en apenas sus 64 páginas, no
deja cabo suelto. Precioso.
Como ejemplo del contenido de
este librito:
DIARREAS
“La diarrea es a menudo un síntoma saludable. Siendo así, no darse
mucha prisa para cortarla; mientras que si persiste más de 24 horas, o si
disminuye demasiado, el enfermo puede intentar en detenerla.
Las causas de la diarrea son muy numerosas, siendo necesario
distinguirlas a fin de aportar sus remedios para apropiarlos según los casos,
sea en medicaciones (alopáticas u homeopáticas), ya con un régimen alimenticio
complementario.
Consúltese al médico antes de que cada uno crea haberse resuelto su
causa. Así, según el caso, le recetará el plan de alimentación conveniente,
pondrá a tono su emoción o miedo, enfriamientos o falsas digestiones.”
Resulta curiosa la implicación del
autor al tratar cuestiones médicas en un recetario que se supone de distribución
gratuita con la Turmix. Además, algo que llama mi atención es la mención de la homeopatía, pues si bien
la homeopatía no estuvo nunca prohibida en España, digamos mediante ley, sí es
cierto que durante todo el periodo franquista, esta medicina fue víctima de un
gran descrédito, con campañas de desprestigio tan peligrosas, que muchos
homeópatas huyeron del país para ejercer su medicina fuera de España.
Para los que no se expliquen el
por qué, un arte de curar, una medicina, puede llegar a ser proscrita, les cuento el motivo: Resulta que el considerado padre de la homeopatía, Samuel
Hahnemann, era según sus historiadores, masón. Durante el régimen dictatorial,
esto estaba muy mal visto, pues como es lógico, ninguna dictadura vería con
buenos ojos una institución cuyos principios fueran: Libertad, igualdad y
fraternidad.
Así pues, aunque la homeopatía
tuvo en España un gran auge hasta la guerra civil, con hospitales que
disfrutaban de gran prestigio y honorabilidad, como el Hospital San José en
Madrid o el Nen de Deu en Barcelona, cuando se instauró la dictadura, cayó en
desgracia y poco a poco, los homeópatas pasaron al campo de lo alternativo, en
donde se han movido hasta hoy mismo, cuando curiosamente, vuelve a reactivarse
esa campaña de desprestigio.
Claro que el hecho de que
Hahnemann fuera masón, no implica que lo sean todos los médicos homeópatas del
momento, pero es verdad que la homeopatía es una medicina que aspira en su
cuerpo filosófico, a un ideal de hombre sano desarrollando todo su potencial y
eso es difícilmente reconciliable con cualquier traba a la plena libertad.
Y llegamos al tercero y último de
los libros. Su título:
COCINA REGIONAL.
Sección Femenina de F.E.T. Y DE LAS J.O.N.S.
Está editado en Madrid en el año
1953 y todavía puede ser adquirido de segunda mano, a través de Internet a
precios muy razonables.
Para los más jóvenes que quizás no lo sepan, aclararemos que la Sección Femenina, de la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS) fue la rama femenina de la Falange Española, el partido único del régimen franquista, o sea, el único partido que después de la Guerra Civil española, estuvo legalizado.
Las mujeres y hasta que este partido fue disuelto en 1977 durante el gobierno de Suárez, eran en cierto modo obligadas, pues era necesario para muchos accesos, a cumplir un servicio social, equivalente podríamos decir al servicio militar de los hombres, durante el cual, recibían clases de cocina, hogar, costura, etc. Labores que se consideraban apropiadas y de obligado conocimiento para las mujeres. Todo ello tenía un fuerte componente católico y patriótico, como era natural durante la dictadura.
Pues bien, producto de aquellos programas, se editaron varios libros de cocina sumamente interesantes, no sólo por la época a la que pertenecen, sino también por lo escrupuloso de su contenido. Recetas todas auténticas y bien redactadas en general.
Vi este libro, como dije, en una librería de usado en Madrid y aunque en principio pensé que era un ejemplar raro, he podido comprobar que sigue a la venta, como os decía, en algún sitio de Internet, de ahí se explica que sólo costara el módico precio de 18 Euros.
El libro consta de un buen número
de recetas en un exhaustivo recorrido
por toda la geografía española, región a región y casi, pueblo a pueblo.
Cada sección, se inicia con una
introducción siempre muy interesante, como la que os pongo en el ejemplo:
ASTURIAS
“Hay en España cuatro regiones que actúan como introductores de la
cocina nacional en Hispanoamérica: Andalucía, Canarias y Asturias.
En esta última hay un plato típico, la “fabada”, que se ha introducido
también en los Estados Unidos.
Las especialidades de la cocina asturiana están íntimamente ligadas a
sus costumbres.
Un ligero estudio de sus fiestas, en las que la gastronomía ocupa un papel importante, nos dará idea de
los platois auténticamente asturianos.
El “cantelo” es un “roxu” o torta de pan que, después de un banquete de
bodas, reparten los novios en pequeños trocitos entre los invitados, dándoles a
beber al mismo tiempo un sorbo de vino.
En algunos pueblos, la masa del “cantelo” se hace con huevos y azúcar;
el “cantelo” también se llama “Pan de Choru” (lloro), porque al abandonar la
casa paterna después de la boda la novia llora….”
Pronto imagino que traeré alguna
receta de estos libros, cuando los estudie, cuando los recree.
Aunque adoro todos los libros,
creo que esta vez además, han sido una
buena adquisición.
Un abrazo
Me encantan los libros de cocina antiguos. Mi madre tenía algunos fundamentales, pero no sé donde están. Una pena. Desde luego, tenía el de la sección femenina y, creo recordar, que tambien el de las recetas de la Turmix. Pero había uno fundamental, el de la Marquesa de Parabere. El libro no lo tengo, pero encontré hace años una edición de sus "mejores recetas" adaptadas "al mundo de hoy". Como ejemplo de adaptación, publica unas "minutas de almuerzos de vigilia". Cosita ligera. Por ejemplo, la minuta nº24 : Entremeses, galletitas inglesas; Tortilla de atún; Croquetas de jamón a la indiana; Budín de coliflor y como postre, arroz con leche. Todo ello muy ligerito para un almuerzo en esos días que son tan actuales, en los que hay que practicar la vigilia y el ayuno.
ResponderEliminarUn abrazo
Buenos día Sorokin: Es la dificultad de las recetas de los libros antiguos, que son bombas de calorías, ufff, una cocina para trabajos de sol a sol y demasiado contundentes para la vida de hoy.
EliminarEl de la Marquesa de Parabere lo tengo también yo, una edición actual, claro, pero ese sí tiene muchas recetas aprovechables, además de las "ligeritas" jajaja sí.
Gracias por tu visita.
Un beso
Desde luego me ha parecido de lo más interesante y curioso, si los libros que tengo más antiguos que datan de 1960 o por ahí y las recetas las veo muy contundentes pues ya del siglo xviii ni te cuento jajaja
ResponderEliminarbesos y genial entrada
Justo Asj, son demasiado fritas, demasiado mantecosas, demasiado de todo, es imposible hacerlas hoy sin explotar de calorías. Hay que adaptarlas, pero aparte de eso, hay recetas muy curiosas y muy bonitas.
EliminarGracias por tu comentario y tu visita.
Un abrazo