Ir al contenido principal

TAJINE DE GARBANZOS


Si hay un recipiente que se identifica con la cocina de marruecos, ese es el tajine o slaoui.

De origen bereber, es una especie de cazuela de bordes bajos con una tapadera de forma cónica. Da su nombre así mismo a los alimentos cocinados en él.


Los hay de barro o cerámica, de incontables colores, tamaños y decoraciones. Todos ellos tienen en común esa forma de su tapa, que da a los guisos una característica peculiar al condensar en su interior el vapor que de nuevo, vuelve a los alimentos, impidiendo que se resequen al ser cocinados,  porque el tajine, está creado para cocinar en él, sobre un majmar que es una especie de brasero de barro.

No obstante y a falta del majmar, la mayoría de veces el tajine se utiliza para servir los alimentos.


La receta de hoy, con pocas variaciones, es del libro: “El sabor de Marruecos” y es un tajine de garbanzos, un alimento que me encanta cocinar, sobre todo cuando como en esta receta, los garbanzos son máximos protagonistas y se les saca el máximo de sus posibilidades.
Garbanzos y especias en su justa medida, sería la base de este preparado, obteniendo un plato sabroso, nutritivo y saludable.

Como peculiaridad veremos que los garbanzos se pelan, lo que junto a las especias,  los hace más digestivos.

Pero vayamos a la receta.

Ingredientes:

Una cebolla
Un diente de ajo
Aceite de oliva virgen extra
1/2 cayena (o al gusto)
1/2 cucharadita de pimentón dulce
1/4 cucharadita de jengibre molido
1/2 cucharadita de cúrcuma
1 cucharadita de comino molido
1 cucharadita de canela molida
1 Kg. de garbanzos cocidos (en seco 500g.)
Cuatro o cinco tomates
1 cucharadita de azúcar
Una cucharadita de perejil picado

Una cucharadita de cilantro en grano


Aunque la lista es larga, por las especias, vemos que en realidad, estamos ante ingredientes muy fáciles de obtener.

La maravilla del plato son las especias, como ya he dicho, una buena colección que  deja patente la alquimia de los cocineros árabes, que armonizan con arte los sabores, obteniendo un resultado de lo más embriagador.


Los garbanzos los coceremos en agua y sal, teniendo en cuenta las reglas de las legumbres, naturalmente, es decir: los tendremos en remojo al menos 12 horas. Luego los coceremos, echándolos en el agua cuando ésta está hirviendo y por último, escurriremos y los dejaremos listos para utilizar.


En este caso, vamos a quitarles la piel, para lo cual, los frotaremos con ambas manos, cuidando de no romperlos, simplemente para que la piel se desprenda. Pondremos agua en la cacerola y veremos que las pieles van a flotar, las iremos quitando y repitiendo la operación hasta que los garbanzos queden todos sin piel.





Entonces cortamos la cebolla en brunoise y salteamos en una cazuela amplia, con un poquito de aceite de oliva virgen extra.


Dejamos también preparado el ajo muy picadito, y el tomate, sin piel y cortado en trocitos.



Cuando la cebolla transparenta, añadimos a la cazuela el ajo y las especias.


Removemos bien y cocinamos lentamente durante un par de minutos. Entonces añadimos los tomates y el azúcar.



Tapamos la cazuela y dejamos cocinar tranquilamente al menos durante veinte minutos, removiendo de vez en cuando.


La salsa irá tomando consistencia y desplegando unos aromas impresionantes por toda la cocina.


Entonces, añadiremos los garbanzos ya sin piel y mantendremos en cocción, durante otros 15 ó 20 minutos más.



Rectificar de sal si es necesario y listo.


Lo serviremos en el tajine, espolvoreando con perejil picado y  acompañando con pan crujiente.



Un placer otoñal que espero os animéis a descubrir.


Nos vemos pronto.

Comentarios

  1. Qué color tan bonito, qué apetecible. Pensé que era más complicado de hacer... Qué bueno.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es fácil de hacer Claudia, si los garbanzos están cocidos, que incluso en la receta original del libro son de bote, lo demás es un momentito.
      Gracias por tu comentario.
      Un abrazo

      Eliminar
  2. Merhabalar, nohut tagine çok leziz ve iştah açıcı görünüyor. Ellerinize sağlık.

    Saygılar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Sefa Gencal y disculpa pero no podría escribirte nada en turco.
      Un abrazo

      Eliminar
  3. Respuestas
    1. Hola Carlos: Pues el sabor no se queda atrás, están buenísimos.
      Gracias por tu visita y felicidades por su cumple a ese chavalote guapo que tienes.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. felicidades por tan excelente blog, me encanta su recetas y el amor por la cocina.Dejo mi link estoy empezando espero te guste. http://cocinandoconhilmardesantos.blogspot.com/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Silver dragon, por tu visita y comentario. Miraré tu espacio, no te quepa duda.
      Un saludo

      Eliminar
    2. gracias por visitarme y agregarme dentro de su circulo en google. espero tener su perseverancia y dedicación en la construcción de blogs

      Eliminar
  5. Me dan miedo las especias marroquís, Viena. El comino... psché, psché, pero la cúrcuma, ni para atrás. Y menos mal que no lleva Ras-el-hanout, que no soporto. Lo de pelar los garbanzos me parece de una delicadeza genial, así es que no sé. Yo soy un garbancero total (no como Pérez Galdóa al que sus enemigos le llamaban "garbancero", como si eso fuera una afrenta, sino porque me gustan los garbanzos un montón). Pero en eso, soy muy racial: en cocido, con espinacas, con bacalao... pero en cuanto les pones especias extrañas, empiezo a repetir y a repetir y se me queda el sabor por siglos, intentando salir de mi estómago.
    Debe ser la edad.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah Monsieur, las especias son como el perfume, sólo son agradables si se saben usar en su justa medida, casi diría que al igual que en el caso del perfume, tendrían incluso que pasar ligeramente desapercibidas.
      Estos garbanzos están muy buenos y no resultan fuertes, pero también es cierto que mi paladar disfruta con los sabores árabes, así que no sé yo.
      De todas formas, hay tantas recetas aquí, nuestras, con garbanzos, que no tiene ni por qué arriesgarse para disfrutar, vamos que un cocido como dios manda, no tiene nada que envidiar a ningún plato por exótico que sea.
      Un abrazo y gracias por venir.

      Eliminar
  6. Buenos días Viena:
    Me gustan los tajines, aunque no tengo este artilugio.
    La preparación me parece que tuvo que estar excelente y desde luego lo bien especiado que lo ha oficiado dandole el toque marroquí al plato.
    Lo de pelar los garbanzos me ha sorprendido y la utilizaré en alguna preparación.
    Que pase un buen día.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas Apicius: Los garbanzos pelados, que no es tanto trabajo, frotando salen las pieles bastante fácilmente, es una gran idea, quedan mucho más finos al comer y lo mejor es que se vuelven totalmente digestivos. Pruébelo y verá la diferencia, no para todos los platos, claro, pero para este por ejemplo, es ideal.
      Gracias por su visita.
      Un abrazo

      Eliminar
  7. Cuanto tiempo sin pasarme por aquí, entro y me veo esta receta que es más bien un recetón.
    Me acostumbre a comer los garbanzos pelados en Marruecos y la verdad como tu dices no dan tanto trabajo. El día que no lo hago me arrepiento.
    Tengo que hacerla con todas esas especias porque ha de ser un lujo para el paladar.
    Un abrazo y mañana con más tiempo entro para ver todo lo que me he perdido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola María Teresa, muchas gracias por tu comentario. Es cierto lo que dices, el peligro que tiene pelar los garbanzos es que luego, hay que hacerlo ya siempre o una se arrepiente. Es que están más ricos y sientan mucho mejor.
      Esta receta te gustará, la verdad es que quedan como una golosina, no puedes parar de comerlos, ya verás.
      Un abrazo y gracias de nuevo por venir por aquí.

      Eliminar

Publicar un comentario