A veces pequeñas vivencias parecen confluir en un punto, un mismo día, un mismo instante, como si estuvieran construyendo pieza a pieza, una idea.
Muchas de esas veces, ni nos damos cuenta de ello, porque no son cosas demasiado impactantes en medio de una vida ajetreada, sobre todo si estamos viviendo con el piloto automático, un estado en el que estas cosas y otras muchas, pasan desapercibidas.
Me doy cuenta de la fuerza nefasta que tiene la inercia hacia ese vivir sin vivir, horas o días enteros, por no decir años, que se viven sin darse cuenta, automáticamente, en una vorágine sin sentido, atontados por los excesos, adormecidos por la rutina o narcotizados con tanta distracción.
Caminar, conducir, hablar, comer… Son actos cotidianos, pero actos sin existencia, si nuestra percepción no se detiene en ellos.
En ese punto de reflexión, es cuando me apetece caminar descalza para sentir la tierra, deseo mirar en los secretos de las flores y emocionarme con sus detalles, paladear el agua fresca en mi boca o cocinar en voz alta, algo que leí hace mucho en el Tao de la cocina y que de vez en cuando, me encanta practicar.
Cocinando en voz alta, nos hacemos plenamente conscientes y estimulamos según dicen, el quinto chakra, visuddha, el chakra de la comunicación.
Funciona, os aseguro que funciona y os invito a que lo probéis. Cocinar en voz alta, contándonos, susurrándonos lo que vamos haciendo, paso a paso, nos hace conscientes de la vivencia y me pregunto si este método funcionará también en otros ámbitos:
Pasear en voz alta, tomar un baño en voz alta, mirar y disfrutar a nuestros hijos en voz alta, amar en voz alta…
Vamos a ir practicando con estas thaler o taler de chocolate, una receta de un pequeño libro alemán, que Geena ha traducido para mí.
Los ingredientes son:
200g. de chocolate Nestlé postres
2 cucharadas de nata para montar
200g. de azúcar glas
Cacao en polvo
El proceso es como sigue:
Fundimos 50g. de chocolate al baño María, añadiendo la nata.
Removemos bien y retiramos del fuego.
Ahora poco a poco, vamos añadiendo el azúcar glas sin dejar de remover integrando todo el tiempo hasta formar una masa que pueda trabajarse con las manos
Ponemos la masa sobre una lámina de papel vegetal y formamos un rulo de unos 5mm aproximadamente. Luego con un cuchillo, cortaremos medallones de unos dos centímetros y medio más o menos.
Si la masa tiende a pegarse, podemos espolvorear un poco de cacao sobre la hoja de papel.
Colocamos sobre una bandeja todas las monedas (salen unas 16) y dejamos reposar en la nevera 12 horas o hasta el día siguiente.
Las thaler se irán secando poco a poco, adquiriendo la textura que les es característica.
Mientras reposan, os contaré que en otro orden de cosas, el thaler, es una antigua moneda de plata de Alemania, grande, bien gordota según he leído en la Wiki, así que supongo que estos bombones se llaman así, por su forma de gruesa moneda.
Thaler o taler, son abreviación de la palabra Joachimsthaler, la moneda en cuestión, que fue acuñada en 1518 en la ciudad de Joachimsthal en Bohemia (actualmente República Checa). Las primeras se habían acuñado en Burg Hasegg, en 1486 y después, los soberanos de Alemania y Austria, acuñaron grandes monedas de plata, siguiendo aquel modelo. (Hay que ver lo que se aprende en la Wiki)
Bueno y una vez que han pasado el reposo, yo las tuve así hasta el día siguiente, procedemos al acabado.
Fundimos el resto de chocolate al baño María y con ayuda de dos tenedores, vamos bañando una por una las monedas en el chocolate fundido y depositándolas en papel vegetal para que se enfríen y solidifiquen
De nuevo a la nevera hasta que se puedan manipular fácilmente, y ya está, las thaler listas para ser saboreadas… En voz alta…
Compartidas en voz alta…
O regaladas en voz alta…
Vivamos la experiencia intensamente. El chocolate es excelente vehículo para ello.
Un abrazo
"¡Salven la Tierra! (Es el único planeta con chocolate)" Anónimo
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja Loam, qué buena pintada
EliminarUn abrazo
¡Ay, el chocolate, el chocolate! No sé como podría vivir la gente antes de robarles el secreto a los aztecas. La historia de los "táler" también me ha gustado. Y dándole vueltas a la cabeza, uno puede pensar que "dólar" no es sino una deformación de la palabreja. En fin, lo miraré yo también el Wiki. Pero bueno, que de nuevo tienen un aspecto genial tus tálers. Y si en vez de cocinar en voz alta cantas a voz en grito, supongo que mejor: "Esta es la historia señores, de unos buenos chocolates que servidor va a convertir en dulces taleres para guardar en botes o comer a tots les hores" (en mi bemol)
ResponderEliminarEs que eso de volver del sol andaluz a las nubes de Bruselas me ha alterado el cerebro.
Besazos
Pues sí Sorokin, antes del chocolate no sé yo qué era del personal. Lo curioso es que parece que por aquí gusta mucho más el suave placer que en la mismísima América verdad? Es curioso.
EliminarYa veo que "has venío mu por soleares" jejeje he leído tu post y se nota que has disfrutado mucho, a totes les hores, vamos ;-)
Un abrazo
Mil gracias por tus deliciosas palabras... Desde q nació mi hija he sido consciente de la necesidad imperiosa de estar y ser, en las cosas sencillas. Cocinar, comer, caminar, darse una ducha... Me ha encantado tu reflexión sobre el cocinar en voz alta ;-) en casa muchas veces añadimos ingredientes mágicos:un puñado de cosquillas, amor, alegría, salud... Lo q nos apetezca, para enriquecer la comida! Probaremos las thaler. Gracias!!
ResponderEliminarMil gracias por tus deliciosas palabras... Desde q nació mi hija he sido consciente de la necesidad imperiosa de estar y ser, en las cosas sencillas. Cocinar, comer, caminar, darse una ducha... Me ha encantado tu reflexión sobre el cocinar en voz alta ;-) en casa muchas veces añadimos ingredientes mágicos:un puñado de cosquillas, amor, alegría, salud... Lo q nos apetezca, para enriquecer la comida! Probaremos las thaler. Gracias!!
ResponderEliminarGracias a ti Natalia por tu visita y comentario. Con esos ingredientes extras con que hacéis las cosas en tu casa, seguro que todo está muchísimo más bueno y más sano y con esa consciencia de vivir lo sencillo, estoy segura de la amplitud de tu mundo. Un abrazo.
EliminarLo de cocinar en voz alta, perfecto. Pero luego, teniendo esas "llepolies" delante, callados y a disfrutar.
ResponderEliminarJuan jajaja, muchas gracias por tu visita y comentario.
EliminarA ver si vamos armando un encuentro eh?? va muy en serio.
Un beso
.Por parte de Isabel y mía... sin problemas.
EliminarMe encantó tu blog y como explicas tan bien todo. Esta receta me parece genial y deliciosa. Voy a intentar hacerla. Después te cuento cómo me quedó. Saludos :D
ResponderEliminarMuy bien Julia, espero que nos lo cuentes. Están muy ricos y lo único difícil que tienen es saber esperar los tiempos que necesita.
EliminarGracias por tu visita y un abrazo
Como no sabía donde ponerlo, porque no veo la referencia, pues lo pongo aquí.
ResponderEliminarLos dulces navideños. Ideales. La mesura en la dulzura y el acierto en cada uno. Totales.
Un abrazazo, Puri.
Muchas gracias anónimo, aunque si has probado mis dulces navideños, confío en que no serás tan anónimo.
EliminarUn abrazo