Esta mañana me he despertado con la idea: de hoy no pasa, hoy tengo que publicar algo en el blog. Y me he puesto a hojear algunos libros que tenía a mano a ver si me inspiraba.
¿Un bizcocho de desayuno? ¿Un plato tradicional de la tierra, de esos que tanto me gustan? ¿Un pan?...
Y así, de salto en salto, me encontré con esta receta árabe, con todas sus especias, con sus colores anaranjados, cálida, evocadora… Uauuuu!!! La boca se me ha hecho agua y esa es la receta que he elegido para compartir con todos vosotros.
Se trata de un tajine de lentejas y calabaza, una preparación que ha impregnado rápidamente mi cocina con aromas transportadores a tierras lejanas, a pueblos amables y diferentes.
Con este tajine humeante y con mucho cariño, os deseo un buen año, que sea de estreno en vivencias y nuevos sueños.
Veamos cómo se hace.
Ingredientes:
Medio kilo de calabaza (peso ya limpia)
250g. de lentejas pardinas
Dos tomates
Una cebolla
Dos dientes de ajo
Aceite de oliva virgen extra
Media cucharadita de comino
Media cucharadita de cúrcuma
Una cayena (opcional)
Una cucharadita de pimentón dulce
Una pizca de azúcar
Perejil picado
Dos cucharadas de tomate concentrado
Una cucharadita de cilantro en grano, picado
Sal y pimienta
Y así procedemos:
Lavamos las lentejas y las ponemos en una olla, con un litro de agua más o menos, y las dejamos cocer durante 20 minutos aproximadamente. Cuando falten cinco minutos, le añadimos un poco de sal.
Mientras tanto, rallamos los tomates
Pelamos, limpiamos y cortamos la calabaza en dados
Cortamos la cebolla y los ajos en brunoise
Y una vez hecha la mise en place de este modo, ponemos una cazuela al fuego, con un fondo de aceite y cuando está caliente, añadimos la cebolla.
Añadimos también los ajos y dejamos que vaya pochando todo, tranquilamente, a fuego bajo.
Cuando la cebolla transparenta, empezamos a añadir las especias:
Primero el comino, la cúrcuma y una cayena.
Seguimos con el pimentón.
Enseguida añadimos el tomate rallado y el tomate concentrado, una pizca de azúcar y el perejil.
Salpimentamos al gusto y añadimos las lentejas ya cocidas y la calabaza, dando unas vueltas para integrar todo bien.
Dejamos cocer tapado, removiendo de vez en cuando para que no se nos pegue y así hasta que la calabaza está tierna.
Y ya lo tenemos, sólo nos falta pasarlo al tajine, que es ese recipiente que veis en las fotografías y a la mesa
Os aseguro que es un plato reconfortante, lleno de sabor y de aromas. Una maravilla para esta época del año.
Os animo a prepararlo y a cocinarlo con gusto, disfrutando cada paso, cada instante, como la vida misma. Juntos, por separado, de lejos y de cerca.
Tal y como os quiero.
Un abrazo
Viena... ¡Siempre lo consigues! Una vez más, paladar y corazón abrazados.
ResponderEliminarEste tajine tiene una muy apetitosa pinta. ¡Lo voy a hacer!
Nosotr@s también te queremos.
Muchas gracias y un abrazo enorme.
Querido Loam, que buen recibimiento a esta entrada. Verás que te van a gustar esos sabores evocadores.
EliminarFuerza y un abrazo grande.
Tiene una pinta excelente, Viena, aunque a mí me dan miedo las especias árabes. No soporto el ras-el-hanout. Los cominos, así-así y la cúrcuma, pues tampoco es uno de mis ingredientes favoritos, pero si tu dices que está bueno, seguro que tienes razón. Las lentejas son mi legumbre favorita y la calabaza me encanta con alubias blancas, así es que probaré.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Sorokin. Siempre podrás hacerlo sin especias o con las especias a tu gusto. Fíjate a mi me encantan esos aromas, el comino, las mezclas tan impregnantes, así es la cosa, como dicen: para gusto los colores, o las especias, en este caso.
EliminarGracias por tu visita y comentario. Un fuerte abrazo.
Que delicia Viena!....lo dejo para el invierno que me encantan las lentejas!!!......y yo volviendo de a poco....Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarCuánto tiempo Marcela, qué alegría verte por aquí. Estoy segura que esta receta te va a encantar. Estaré pendiente de tu regreso del que me alegro muchísimo. Un abrazo
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