Es tan…natural, no sé cómo decirlo, tan fácil, que me lo pedía el ánimo, encender un fuego y celebrar que hemos acabado el curso súper bien, con ganas de descansar pero también de prepararnos para retornar con más y mejores ideas.
Me encanta dar clases en la carpa.
Cuando entro por las mañanas o por las tardes, la respiración parece que se me
ensancha, cierro un poco los ojos para sentir así despacito, lo que vibra allí dentro y me gusta, me gusta
mucho. Y parece que también les gusta a mis alumnos, lo que es una gran fortuna.
Ese fondo verde, me inspira, ese ventanal que conecta con algo que es sereno y que tanta falta nos hace en estos tiempos revueltos.
Luego un poco de música, algo de jazz relajado y comienza una danza maravillosa: se enciende un fuego, se acerca una silla, tintinean las cucharillas del café, se elevan los aromas, nos intercambiamos sonrisas, palabras, ingredientes….Nos hacemos amigos envueltos en una especie de hechizo.
Son unos destellos, unas reuniones y unos momentos, realmente mágicos. Así que ¿Cómo no disfrutar con lo que hago? Me siento afortunada.
Pero sí, teníamos también que
descansar y han terminado las clases. ¡Hasta Septiembre! Creo que haremos algún
encuentro este verano, porque nos echamos de menos, porque un verano parece
mucho tiempo para alejarnos de esa magia.
Y así, con estos pensamientos, me
puse a encender un fuego. Unos pocos troncos y una hoja de periódico y en un
momento, estaba la llama encendida.
Las brasas son otra cosa, llegarán. No había prisa, el fuego toma su tiempo, te ejerce para relajarte.
Ingredientes:
Un lomo de un kilo más o menos.Seis o siete dientes de ajo
Una ramita de romero
Sal y pimienta
Aceite de oliva virgen extra
Unos melocotones
Y un trozo de mantequilla
Y vamos con la sencilla preparación:
Abrimos el lomo como si de un
libro se tratara y con una maza de cocina, lo vamos emparejando lo más que
podamos.
A continuación pelamos los ajos y
los colocamos troceados en un mortero, al que añadiremos el romero. Picaremos todo
hasta obtener una buena ajada.
Cubrimos generosamente con aceite
y reservamos.
Salpimentamos el lomo y ponemos
la mitad de este mejunje del mortero, por una cara. Damos la vuelta al lomo y
repetimos la operación por la otra cara.
Lo dejamos así cubierto, mientras
seguimos con nuestra mise en place
Ahora vamos a abrir los
melocotones por la mitad y les quitamos el hueso. Eso sí, los dejamos con su
piel.
Mientras tanto, el fuego sigue
progresando
Es esa hora bruja, en que todavía
es de día, pero asoma la noche. En el oeste el sol terminando de ponerse y en
lo alto al otro lado, la luna asomándose estrechita todavía.
Ya está todo listo y aún me queda el tiempo para disfrutar del anaranjado fuego y meditar, pensar sin pensar mucho, con muy poco ruido interior. Alguno me entenderá.
Y vamos allá: el fuego ya ha
hecho brasas, bajamos la enorme y pesada parrilla, apoyándola en un tronco y
sobre ella, ponemos una plancha de hierro. Tamaño perfecto para nuestro lomo.
Dejamos que se caliente incluso
con alguna llamarada en su contorno y colocamos el lomo sobre ella.
Casi de inmediato suben los
olores a romero y ajo y algo atemporal y profundo se desparrama por el ambiente
y parece invadir este rincón, a la luz
ya solo, de las llamas.
Una vuelta a la carne, en su justo tiempo y añadimos los melocotones, untados con un buen pellizco de mantequilla.
En el siguiente paso, tenemos el
lomo perfectamente churruscadito sobre la tabla.
La experiencia de probar el primer trozo, con un bocado de melocotón al mismo tiempo, nos dice que esta mezcla de sabores es un gran acierto.
Tras lo cual, nos lanzamos a
compartir
Porque en estos y otros ratos, el placer aumenta bastante si se puede compartir. Y aunque me gusta mucho estar sola, poder pensar sola, en silencio, también me encanta compartir.
Y así con todos vosotros: ¿Qué tal un trocito de estas viandas?
Receta y dicha inspirada por
Francis Mallmann.
Que pinta Puri!!! Buen provecho!!!
ResponderEliminarGracias Marga. A ver cuando hacemos una de estas fogatas juntas. Un abrazo.
EliminarUna pinta excelente. ¿de qué bicho es el lomo? ¿de cerdo?. De todas formas, yo no tengo fuego, aunque, tal vez a la parrilla quede bien.
ResponderEliminarBesos
Hola Sorokin, amigo. Sí, de cerdo, efectivamente, es un lomo de cerdo y en parrilla te puede salir perfectamente. Lo importante es esa ajada que debe embadurnar bien la carne. Los melocotones le dan un toque de contraste magnífico y si lo acompañas de un buen vino, que de eso sabes tu bastante: a disfrutar.
EliminarUn abrazo grande.
Una grigliata molto buona! Proverò anche io a grigliare le pesche!
ResponderEliminarGrazie Lea per il tuo commento. Le pesche danno un buon punto con la carne.
EliminarSaludos Viena!
ResponderEliminarAquí te dejo, por si te interesa, una curiosa receta rusa: Lúkovnik, una antigua empanada vegana rusa hecha con cebolla.
https://es.rbth.com/cocina/89602-lukovnik-antigua-empanada-vegana-ruso
Querido Loam, claro que me interesa y no sólo eso, es que me has llevado a una página súper interesante de cocina rusa, pero también de costumbres y cultura del pueblo ruso. Muy interesante, ya digo.
EliminarGracias por ello y por tu tiempo dejándome tu comentario. Un abrazo.