Hace mucho que no vengo por el blog, que no publico recetas ni pensamientos y no es que lo tenga abandonado, es que tengo un nudo en la garganta y en el corazón que me tiene enmudecida.
La rabia me invade y soy incapaz de publicar una receta de cocina así, como si tal cosa, como si no estuviera ardiendo el mundo a mi alrededor, sin decir o gritar mi espanto.
Siempre hago valer que este espacio es de cocina y algo más, pues bien, hoy no hay receta de cocina, estoy enfadada, hoy solo habrá el algo más, porque no puedo callar sin sentir que me estoy traicionando, a mi, y a ellos. No diré nada más, si no denuncio el genocidio asesino que se está perpetrando en Gaza, el exterminio del pueblo palestino.
No, no puedo callarlo. Y bien que siento que mi voz no alcance tan lejos como lo hacía en otro tiempo, cuando los blogs estábamos en auge y teníamos cientos de visitas diarias. Hoy somos unos pocos los que quedamos, rincones nostálgicos que apenas leen ya cuatro fieles. Pero sean cuatro o cuatro mil, tengo que decir que protesto enérgicamente, con la potestad que me da mi humanidad, por el genocidio que Israel está cometiendo con el pueblo palestino, llegando al colmo de la infamia, al usar el hambre como arma letal. Y no, no me hablen de política, de economía, de terrorismo o de análisis de tal o cual signo: Si un niño se muere, no hay razones.
No puedo callar y no voy a pedir perdón por no hacerlo, esto es lo que soy, mi algo más.
Cuando ayer tarde amasaba pan con mis nietos, como lo hacía en otro tiempo con mis hijas, riéndonos, manchándolo todo, charlando sobre la importancia de compartir, pensaba en qué poco les daría si sólo les diera una receta de pan.
Entonces ¿Cómo separar cocina y vida? ¿Pan y humanidad? No sé hacerlo, por eso esta entrada hoy en el blog. Y os invito blogueros o cualquiera que tenga una mínima influencia, a que os manifestéis, a que os posicionéis ante la matanza que estamos presenciando. Basta ya Israel, basta ya de esta barbarie. Basta ya.
Comentarios
Publicar un comentario