Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.
Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.
Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.
Miguel Hernández.
Cuando la gente de bien dice (o decimos) algo así como: yo no podría dedicarme nunca a la política, todo ese mundo tan corrupto, no, no, yo no podría… No somos muy conscientes de que lo que estamos haciendo, es hacernos a un lado para que, los que sí pueden, los corruptos y amorales de siempre, tomen las riendas de nuestros destinos.
Así se va perpetuando, la condición deshonesta de la política, sea cual sea el país, el signo político o el tiempo. Eso es un problema.A Miguel Hernández lo mataron, pero no lo mataron personas, alguien a quien poder juzgar, ni gobiernos, no lo fusilaron, ni le dieron la dignidad del reo, a Miguel lo mataron, las ideas que no se defendieron, los prejuicios y sobre todo, la indiferencia.
Aunque nunca he pertenecido a ningún partido político, tampoco he eludido nunca mi condición política, como ser humano social que vive aquí y ahora, soy y me reconozco un ser político. Tengo ideas, pienso y me he tenido que definir en más de una ocasión. Nunca lo evadí y de eso, aunque me haya traído algunos problemas, me siento orgullosa.
Seguramente estas entradas, esta serie dedicada a Miguel Hernández, me alejen de algunas personas, así es la vida, una cuestión casi estadística, pero también me acercan a otras y esas son muy importantes para mi.
Yo, soy, con toda mi carga política, social, cultural y humana: soy. Es por eso que aquí, aunque sea un espacio para la cocina, sale mi ser, no podría ser de otra forma.
Hace poco una amiga de la red, se planteaba si su blog de cocina era un lugar apropiado para denunciar, para pronunciarse, para reivindicar. Yo creo que lo es, es más no lo entiendo de otra forma. Somos quienes somos y si alguien tiene un blog de cocina o de cualquier otra cosa y no es quien es, dentro de él, entonces me parece una mentira.
De todas formas, bien lo dije en el encabezado de este blog: “Cocina y algo más”. El “algo más” es la vida y yo la defiendo.
El fascismo no ha muerto, da igual si es de derechas o de izquierdas, hay que seguir alerta y aunque no queramos nunca saber nada de política, al menos no miremos para otro lado, porque la indiferencia es la actitud que más muertos lleva en su conciencia.
Un abrazo.
……….
La receta de hoy es dulce, es la merienda de mi infancia, lo que más me gustaba cuando iba a casa de mis abuelos, porque era allí, en una panadería en el camino, en donde vendían las mejores tortas de calabaza.
Por supuesto que éstas no son como aquéllas, el secreto de los reposteros tradicionales, está muy bien guardado, pero es una versión que se le parece bastante, a la cual he llegado después de muchas pruebas.
Si os decidís a hacerlas, veréis que el resultado es tierno, suave y de un sabor maravilloso. Noviembre es para mi, el mes de las calabazas, así que como avanzadilla, aquí os dejo esta gran hernandiana que nos pone en la recta final de la serie, pues la dejaré cerrada con diez recetas. No es que no haya más, que las hay, hay muchas recetas tradicionales de mi tierra, es sólo que en algún momento, hay que pasar página. Pero bueno, mientras queden, vamos a disfrutar de estas preparaciones.
Ingredientes:
125 ml. De aceite de oliva
300 gramos de calabaza hervida
160 gramos de azúcar
Harina: la que admita
Una nuez de levadura de panadería
Anís en grano
Miel de buena calidad
Lo primero que haremos será hervir la calabaza en trozos hasta que esté tierna. Colamos y reservamos el caldo por un lado y la calabaza por otro.
Tomar 200 ml. del caldo una vez tibio y mezclar en un recipiente, con la levadura desmenuzada y la harina suficiente hasta lograr una bola suave de masa.
Dejaremos reposar en lugar resguardado y cálido hasta que doble su volumen.
Cuando la masa ha fermentado y ha doblado su volumen, añadimos la calabaza previamente triturada con un tenedor, el azúcar, una cucharadita de semillas de anís, el aceite de oliva y un poco más de harina hasta conseguir de nuevo una masa homogénea.
Volvemos a dejar que crezca el doble de su volumen y en ese momento, ayudados de harina, pasaremos a la superficie de trabajo en donde iremos haciendo porciones, no muy grandes, y depositándolas en una bandeja de horno, separadas unas de otras.
Una tercera vez, tendrán que crecer hasta casi duplicar su volumen, esta vez, ya con forma de tortitas.
Finalmente, pintamos de huevo, con cuidado.
Y con una tijera y solo con la punta, hacemos unos “piquetes” en cada torta, de esta forma.
Meteremos en el horno hasta que estén ligeramente doradas.
Algunas de las tortas se han “besado” al hincharse en el horno. Eso me recuerda a la niñez, porque así me explicaban esos cortes rectos que quedaban en los panes, en los bollos, etc. Era porque en la llanda, se habían besado.
Dejamos enfriar un poco y solo nos quedará bañarlas en miel y espolvorear con un poco de azúcar.
Aquí se hace irresistible comerse una recién hecha. Está blanda y suave, con un matiz de sabor a anís muy agradable.
La casa se llenó de un delicioso aroma a masita con anís. Yo me comí dos y ¡Sin apenas darme cuenta!
Hubo para toda la familia y como fui a Orihuela al día siguiente, les llevé a mis padres una bandeja. ¡Les dio una alegría!
Espero que os haya gustado. Las hice mientras iba pensando en vosotros.
Hasta pronto.
Que deliciaa!! me encantaron, me llevo tu receta los quiero hacer en casa :)
ResponderEliminarbesos
Gaby
Viena querida, a mi también me ha encantado tu receta. A través de la lectura he podido disfrutar de un delicioso calor a hogar... Soy feliz visitándote y leyéndote... Sin falta probaré estas tortitas con levadura de pan, me parecen magníficas.
ResponderEliminarun beso grande,
Hmm, esto tengo que probarlo.
ResponderEliminarSe ven increíbles :*
Me parecen fantásticas! Una cosa suave, dulcecita y entrañable, qué merienda tan buena para una tarde de otoño!
ResponderEliminarViena, lo mejor del mundo es ser fiel a si mismo y si a alguien no le gusta lo que dices, mala suerte.
Si a estas alturas hay gente a quien no le parece bien que se hable de Miguel Hernández, después de tantos años y tanto silencio, razón de más para hablar de él.
Un besazo.
Bueno, pero qué cosa tan deliciosa, amo cualquier comida que sea con o de calabaza, qué bien.
ResponderEliminarEn cuanto al foro político, pues sí, esos temas a veces alejan a las personas (dímelo a mí que también soy venezolana). Pero creo, que antes aque nada es poder decir lo que uno piensa sin disculparse ni avergonzarse.
Eso que mencionas al princio que podría traducirlo como la participación política (o no), me viene a la cabeza por estos días de huelga, todas las quejas de los ciudadanos en contra de sindicatos y en contra de los funcionarios. La cosa es que esa gente no se implica en nada, y recibe cualquier cambio politico por más negativo que sea, con un refunfuñar entre dientes pero nada más, una pena.
Y en cuanto al facismo, siempre hay que estar atentos, sobre todo en estos tiempos de deportaciones y un largo etcétera.
Un abrazo
Esta tarde las haré..... pues parece que dicen cómeme...tienen que estar deliciosas.
ResponderEliminarEsta me la anoto, porque tengo mucha curiosidad por probar este tipo de tortas. Que receta más espectacular, no me imagino el sabor, así que cuando las hagas más sorprendentes van a ser.
ResponderEliminarSaludos y que tengas un buen fin de semana.
Bueno... por donde empiezo... en los comentarios habría que hacer como con los Oscar, que cuando uno se pasa del tiempo viene el guapaz@ de turno y te saca a rastras del atril...
ResponderEliminarLos bollitos me chiflan y mira, mañana publico un pan de calabaza para el día del pan, así que me hago un poco la idea de lo estupendos que tienen que estar:-)estamos en onda querida Viena.. en onda en todo...
Tu.... como decir... manifiesto! sí, manifiesto de vida, de coherencia y de franqueza... a eso me ha sabido tu entrada que nada puedo ni desdecir ni añadir porque pienso lo mismo que tú... en política hay que implicarse lejos de los "sellos" de los partidos y facciones. Tenemos que saber lo que pasa en nuestro país y no dejar que los sinvergüenzas campen a sus anchas. Es una obligación para con nuestro propio bienestar... y si esto implica enemistades pues que las haya, pero que nadie nos coarte por intentar participar en nuestro futuro social... manda narices ! pero quién ha dicho que hay que militar en un partido para militar en tu propia ciudad o país... esto si que es nazi.. o stalinista que para mí fueron dos monstruos a cual más despreciable y con casi el mismo número de victimas a sus espaldas...
Y Miguel Hernández... cachis! su obra ha sido ignorada en este país por defender la república democrática... murió por amor, que cuando pudo huir no lo quiso hacer sin su esposa y al regresar a casa a por ella fue dado preso... su historia es la de tantos españoles que fueron victimas de una guerra entre hermanos y como tantos del "otro bando" fueron enterrados en cuerpo, alma... y recuerdo...
A estas alturas de nuestra historia, ya tendríamos que dar paz a unos y a otros que todos sufrieron.. pero algunos siguen r que r intentando separarnos y crispando a la sociedad...
Mil gracias Viena! mil gracias:-)
Magnicas!
ResponderEliminarGracias
Un Saludo
Chelo
Cómo no nos van a gustar con la pinta que tienen! Nena que estoy a dietaaaa!!!!!
ResponderEliminarCoherencia....nada mas que coherencia....pararse en la vida con firmeza en nuestros principios no es facil!!....terminas mas de una vez en el suelo...pero contrario a lo que muchos creen, te paras y vuelves a surgir....hay quienes sin coherencia tambien se caen....pero se arrastran para poder sobrevivir....esa es la diferencia.....tu receta deliciosa!!.....Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarLa torta espectacular. Me la guardo.
ResponderEliminarEl manifiesto genial, así somos, así comemos y así sentimos. Somos muchas cosas.
Un abrazo.
Pues no estoy yo muy familiarizada con la calabaza, ni en dulce ni en salado. Pero como con el blog me voy volviendo aventurera, llegará mi momento...
ResponderEliminarRespecto al compromiso, decirte "la poesía es un arma cargada de futuro", que decía Celaya. Un besote.
Gracias por pensar en nosotras mientras hacías estos panecillos tan deliciosos. y sobre tu texto qué quieres que te diga?: no tengo tiempo ahora mismo, pero como siempre tienes una opinión y una forma de expresarla que dejas sin palabras. Un beso fuerte y buen fin de semana.
ResponderEliminarTodos nosotros, como las recetas que preparamos, estamos hechos con varios ingredientes. Sacas uno, y la receta ya no es la misma. Pues lo mismo sucede con nosotros. Somos lo que pensamos, lo que hacemos, lo que decimos.
ResponderEliminarMe han encantado estas tortas, y pienso tomar nota para prepararlas un día de estos.
La harina es de fuerza?
Me encanta el olor que hay en casa cuando cocinas con anís!
Y me ha hecho mucha gracia lo de "besarse". No lo había oído nunca.
Gracias por pensar en todos nosotros cuando preparas estas cosas. Nosotros pensamos en ti cuando nos lo comemos, aunque sea virtualmente!
Besos
Qué bonita receta, ya tengo otra cosa para probar en casa, muy distinta de lo que hago habitualmente! Como ya te dije, tus recetas me parecen de otro lugar, son totalmente nuevas para mí, esto me encanta!
ResponderEliminarBien por ese "algo más" es lo que más me nutre de los blogs de cocina, es la sobre mesa o en este caso la ante mesa, primero con el estupendo y melancólico soneto y luego con esa parte de introspección sobre el trabajo de uno.
ResponderEliminarMe siento tan bien viendo esta serie dedicada a Miguel Hernandéz, y esa recetas tan casera.
Gracias por compartirlo
Querida Gaby: Me alegro de que te gusten, cuando las pruebes, verás que buenísimas están, si te pasa como a mi, no puedes comerte solo una. Gracias por tu visita, que siempre me resulta muy agradable.
ResponderEliminarUn beso.
Hilmar: Con tus manos, vamos, puedes hacer de estas tortitas unas verdaderas maravillas, pruébalas por favor, me encantaría verlas en tu blog con tu toque de hada de las masas.
Un beso.
Itzi: Gracias por venir a visitarme y a ver si es cierto y te animas a hacerlas. Te encantarían.
Un beso.
Lola corazón: Aunque parezca mentira, todavía nos andamos con estas historias. Es cierto que Miguel Hernández se ha politizado mucho, pero es lo que hay, era el poeta del pueblo. Y pienso como tu, o somos fieles a nosotros mismos o entonces no somos nada. Ahí estamos.
Un beso grande.
Querida Claudia: Por desgracia todavía en muchos países no se trata solo de poder decir lo que uno piensa sin disculparse o avergonzarse, es que en muchos lugares eso significa jugarse la vida, morir o matar, todavía las ideas políticas nos enfrentan a muerte en la mayoría del planeta. En algún momento, las ideas que manejaremos serán solamente las ecológicas, al paso que nos cargamos el planeta, no va a haber mucha importancia en el signo político sino en el ecológico, en fin, que me enrollo por otros derroteros.
En cuanto a la participación, estoy contigo, pero con matices, muchas veces lo que se hace no es más que un escaparate, una protesta aparentemente inútil y nada más, pero te diré también que yo creo más en los gestos que en las grandes gestas, y que el mayor enemigo ahora mismo del cambio político es que la gente crea que no puede hacer nada y que todo está en manos de los presidentes o los poderosos. Yo opino que cualqueir gesto es importante, muy importante y que incluso en estas charlas de comentarios, que parece que no llegan a ninguna parte, estamos haciendo algo importante, lo que yo digo, lo que tu me contestas, todo hace conciencia y al final, la conciencia es lo que únicamente va a poder dar con un cambio político. Cuando digo cambio político, hablo de un cambio que es necesario, y no me estoy refiriendo ya a los pueblos o países solamente, sino al mundo, mientras más de la mitad estén muriéndose de hambre, guerras e injusticias, y la otra mitad, muriéndose de excesos, algo tiene que cambiar y para eso, la conciencia es el arma más poderosa. Todo gesto hace conciencia, la conversación en la calle, en el supermercado, en los foros, la educación a nuestros niños, muy, muy importante, todo hace conciencia, así que nadie piense que no puede hacer nada, porque somos todos los que hemos de hacer algo.
Naturalmente que también ando algo motivada por el tufillo europeo a xenofobia que me llega.
Un beso grande.
Hola querida Viena, qué delicia nos traes siempre y con ese baño de miel, será pura tentación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carmen: No sé si llegarías a hacerlas, pero si fue así, cuentame, que seguro que te salieron estupendas. A mi me duraron nada, estaban tiernas y suaves, una maravilla.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu comentario.
Jose Manuel: El sabor es delicado, se le nota el anís suavemente y la calabaza y la miel, que tiene que ser buena. Creo que te van a encantar y que las vas a sacar perfectas. Ya me contarás.
Un beso.
Querida Mai: A ti te pasa como a mi, cuando entramos en un tema que nos toca, nos metemos de lleno, pero mira cómo te lo agradezco, tu entrada y tu espejo, como te dije ayer, eres un espejo maravilloso. Al final no tuve tiempo de hacer tu pan, pero te juro que lo hago, dios mio que cosa más rica. Vale, sigo con el tema, como le he dicho a Claudia, creo que los gestos son más importantes que las gestas, que la conciencia es lo más poderoso y eso lo tenemos todos y que no es necesario la militancia, ni ser presidente para hacer algo por el mundo, así que es a lo que yo dentro de mi medida, invito, a hacer algo por el mundo.
No te digo mucho más, porque como tu dices, estamos en onda, ya lo creo.
Un beso grande.
Cogollos de agua: Gracias por tu visita y rtu comentario. Me alegro de que te gusten.
Un beso.
Mariadelas: Qúe no mujer, que las cosas caseritas no engordan, que lo que engordan son los croisant esos de bandeja del super y las ensaimadas embasadas, que eso es todo manteca, pero esto caserito, tan sano y tan rico, esto no engorda. Jajaja.
Un beso.
Marcela, querida, estoy de acuerdo contigo, la coherencia nos hace grandes, nos hace fuertes, aunque a veces tenga uno que dejar en el camino algunas cosas, pero tenemos que convivir con nosotros mismos a diario y en todo momento y eso es importante.
Un beso.
Jantonio: Así con tus palabras resumiría yo lo que he querido decir con la introducción a esta receta, más allá del contenido concreto, que también, pero en realidad lo que quería decir es que somos más que cocineros o cocineras, que somos muchas cosas y que esas cosas, al menos por mi parte, también están aquí, también quiero que estén aquí, junto a mis recetas. Detrás de las fotos y las palabras, estamos las personas y para mi las personas son lo más importante.
Gracias por tu comentario y tu visita.
Un beso.
Querida Su: Gracias por recordarme esa frase sobre la poesía, así es, un arma de esperanza, seguramente por eso ha habido en la historia tantos poetas perseguidos.
Gracias por tu comentario, anímate a hacer las tortitas que la calabaza es una delicatessen.
Un beso.
Querida Anna: Te veo corriendo, pasas como el rayo por aquí jajaja. Tranquila, sabemos que estamos en onda también, y te agradezco tu visita y tu comentario.
Un beso grande.
Margarida: Totalmente de acuerdo contigo, es algo que reivindico a menudo, las muchas cosas que somos, como una receta, y todas ellas son importantes.
ResponderEliminarLa harina es floja, es un bollito sumamente esponjoso, más incluso que un bizcocho normal, así que usé harina de repostería.
El olor a anís a mi también me encanta y por lo que sea, la repostería de Orihuela lleva este ingrediente a menudo. Traeré dentro de poco un platillo delicioso también con anís, ya verás.
Un gusto tenerte por aquí.
Un beso.
Visc a la cuina: Me encanta que te parezca tan extraña esta receta, porque eso quiere dec ir que te llama la atención y que te enriquece, como nos enriquece los platos de cocina internacional. Gracias por venir a visitarme.
Un beso.
Carmen: A mi también me pasa eso, me atrae el "algo más" de los blogs, de hecho, recetas tenemos en los libros y no es igual. La parte humana está presente en todo esto y si no somos capaces de verla, la cosa se queda en muy pobre.
Gracias por tu visita y me alegro de que estés disfrutando de esta serie hernandiana. Yo también estoy pasándolo genial con ella.
Un beso.
Irmina: Gracias por venir y dejarme tu comentario. Me alegro de que te guste.
Un beso.
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ResponderEliminarQué sorpresa encontrar estas tortas aquí, Viena. Pués aún en esta semana que pasó hay horneado un rico pastel de calabaza y chocolate.
ResponderEliminarMe encanta el sabor y suavidad que la calabaza dá a una comida. Hay me sorpreendido también el nombre de la receta, porque pensé que lo llamaria panecillo. Tengo mucho a aprender. =)
Un beso inmenso y un domingo muy feliz.
Hola Talita: Ahora es la época de las calabazas, así que es normal que muchos de nosotros estemos cocinándolas. A mi me encanta todo lo que lleva calabaza.
ResponderEliminarEstas tortas son muy suaves, muy blandas, no son como pan, aunque a lo mejor lo parecen por el aspecto, pero en realidad son como tiernos bollitos muy suaves.
Un beso y buen día también para ti.
Te doy las felicidades por este reportaje tan genial, eres única haciendo los paso a paso, disfruto mucho con ellos. Precisamente tengo una calabaza, la última, de cosecha propia...posiblemente la utilice así, haciendo estos bollitos. Un beso muy grande. Un inciso, estoy completamente de acuerdo con tu planteamiento, no debemos dejar las cosas tan importantes a merced de los todopoderosos, tenemos una gran parte de responsabilidad,
ResponderEliminarA mi me da pena que se acaben estas entradas hernandianas, que nos devuelven al poeta y nos sugieren ricos sabores de antaño, esto engancha. Pero estas tortitas que nos has ofrecido ahora, me sugieren el aroma de una buena taza de café o té en la tarde para mojarlas en ella, qué apetecible! Me pasa por la cabeza que también tendrían que estar ricas, aunque ya nos desviásemos de la receta tradicional, con zanahorias, verdad? Es como la cabalabaza, una mixtura de fruta-verdura que quedan bien tanto en postres como en platos principales.
ResponderEliminarLa lucha contra los regímens totalitarios, la barbarie y la intransigencia, es una lucha constante, no debemos bajar nunca la guardia, pues lamentablemente el ser humano, capaz de lo más sublime, es capaz también de lo más bajo y rastrero. Por eso, la defensa de las libertades y de los derechos humanos, es una lucha que hay que hacerla desde todos los foros posibles, como bien haces en este hermoso blog Viena. Un abrazo.
Hola Viena, me da mucha pena que quieras pasar página con estas entradas hernandianas, toda la razón tienes al decir que hay que tener y seguir con tus convicciones, no ser amigos que te quieran quitar de ello..., son los típicos que dicen ¡¡estas conmigo o contra mí!! y, yo digo, lo siento por tí, pero, ¡¡estoy conmigo!!.
ResponderEliminarLa receta, como todas las que elaboras y presentas son un espectáculo, bonito, sincero, tierno..., sigue así, como tu eres que, para mí, te valoro de diéz!!.
Cienes de besos preciosa!!.
No es que tengan buena pinta sino una pinta deliciosa. Toda una dulce tentación.
ResponderEliminarBesos.
Hola Sara: Gracias por tu comentario, siempre es un gusto verte por aquí y me encantaría que hicieras estas tortitas, son deliciosas de textura muy suave y con tus manos, seguro que las superas.
ResponderEliminarUn beso.
Querida Delikat, qué buena idea lo de la zanahoria, hay temporadas en las que la calabaza no es la mejor opción y la zanahoria como bien dices, es tan similar en su comportamiento, que creo que sí se podría intentar.
ResponderEliminarA mi también me da pena terminar este ciclo, pero no es el final, al año que viene o cuando me de de nuevo la vena, vuelvo con las hernandianas, hay muchas recetas que me encantaría rescatar.
En cuanto a lo demás, sabes que estamos de acuerdo.
Gracias por todo lo bonito que me dices.
Un besazo.
Kesito, muchas gracias por tantas cosas bonitas que me dices y tantos ánimos. No es que quiera pasar página, para dejar atrás o para olvidar ninguna, es simplemente que las páginas que vienen delante, también me llaman. Volveré con las hernandianas, más adelante, habrá otra serie, o más, recetas hay suficientes y muchas de ellas, reclaman ser rescatadas del olvido.
ResponderEliminarGracias de verdad por tu comentario, lleno de ternura.
Un beso.
Silvia: Gracias por tu comentario, sí, esa es una buena definición, una tentación, mira yo, según salían del horno y las bañaba, no podía resistirme y me comí dos en un momento.
ResponderEliminarUn beso.
HOLA,TE HE DESCUBIERTO HACE POCO PERO DISFRUTO LEYENDO TODO,PORQUE ADEMÁS CONFORME LEO ME LLEGA LA OLOR DE TODO LO QUE HACES,SOBRE TODO DE ESTAS TORTAS DE CALABAZA QUE ME RECUERDAN JUGANDO EN LA CALLE Y LLEGANDOME LA OLOR DEL HORNO DE AL LADO DE CASA,ENTRAR A QUITARLE DINERO A MI MADRE Y CORRER A COMPRAR 2 Y NO DEJAR NI LAS MIGAS.SOY DE CALLOSA DE SEGURA.SIGUE CON ESTAS RECETAS.ME ENCANTAN
ResponderEliminarHola Anónimo: Sé bienvenido a mi espacio. Me da mucha alegría tu comentario, máximo sabiendo que eres de Callosa de Segura, un sitio tan entrañablemente cercano a mi pueblo, Orihuela.
ResponderEliminarEstas tortas eran también mi merienda favorita, estaban tan divinas y tan blanditas ¿verdad? Estas y las tortas de sal, que algún día traeré también por el blog.
Gracias por venir a visitarme y comentar.
Un abrazo.
Viena, hay que luchar por los ideales de cada uno, y por supuesto, estoy de acuerdo contigo en que lo peor de todo en esta vida, sea en el ámbito que sea, es la indiferencia.
ResponderEliminarLas tortitas de la calabaza tienen que saber a gloria! me encantan este tipo de bollería dulce.
Besitos!
Laurita: Tu eres una buena cocinera, así que si te animas, probarás las tortitas que te digo que son un bocado delicado y riquísimo de verdad.
ResponderEliminarNo sé quien decía que lo peor no eran los enemigos, sino los que nunca se decidieron a pronunciarse. Creo que estamos de acuerdo en muchas cosas.
Un beso.
hola, en primer lugar felicitarte por tu blog, tus recetas y tus textos. Ah! y por el premio en el concurso de la cocina paso a paso. Aprovechando que tenía una calabaza enorme me he puesto a hacer esta receta y lo de la cantidad de harina me ha pillado un poco desprevenida. ¿Puedes decirme cuánta has usado más o menos? se que cada harina es distinta pero una cantidad aproximada me ayudaría. La foto que has puesto después de amasar todos los ingredientes ¿es tras el segundo levado o justo antes de éste? Es para hacerme una idea de cómo debe quedar la masa.
ResponderEliminarUn saludo!!
Hola Isabel: Muchas gracias por tu comentario y voy a intentar responder las dudas, que espero haber comprendido. Me gustaría que te salieran muy bien, así que ahí voy.
ResponderEliminarCon estas medidas, la cantidad de harina estará en torno a un kilo más o menos, pero ten en cuenta que salen un montón de tortitas, como quince o más. Si quieres también puedes hacer la mitad de la medida.
En cuanto a la pregunta de la foto , si te refieres exactamente a la foto octava de la receta, corresponde a antes del levado. Luego volverá a crecer y finalmente, ya en la bandeja del horno, harán el tercer levado.
Suerte y por favor, cuéntame cómo te salieron ¿vale? Son deliciosas. ¡Y no te pierdas el olor que desprenderán al hornearse!
Una última recomendación, como salen muchas tortitas, intenta conservarlas en algo que cierre muy bien o se endurecerán pronto.
Un beso.
¡Muchas gracias por responder! las hice y utilicé menos de un kilo de harina (se me olvidó pesar la cantidad usada). Me salieron 8 bollos (igual debería haberlos echo más pequeños). De todas formas, para ser mi primer intento debo reconocer que me han quedado bastante bien. ¡¡La próxima vez espero hacerlas mejor!!! Gracias a esta receta he sabido que unos bollos que hacen de toda la vida en la panadería del pueblo de mi padre lleva anís, y es que el sabor de las tortas de calabaza me recordaba a mi infancia, cuando los comía en verano jajaja... Con tu permiso he añadido la receta a mi recetario. Puedes verla clicando en mi nombre.
ResponderEliminarSaludos...
Rectifico: me salieron 11 tortas...
ResponderEliminarISABEL: Te han salido estupendas, he visto en tu espacio y se ve que sí. Me cuadra mucho más que sean 11, claro, porque el tamaño es más o menos como las que yo hago, quizás un poquito más grandes que las mías, pero vamos, con 11 sí cuadran las cantidades.
ResponderEliminarEspero que te hayan gustado y me alegro mucho de haberte conectado con esos sabores de tu infancia.
Un beso.
Querida Viena, No puedo sino concordar contigo, dar vuelta la espalda sólo sirve para que las decisiones las tomen justamente los que no queremos. Decir lo que uno piensa puede alejarnos de algunos, pero al menos sabremos a quién tenemos al lado.
ResponderEliminarUna vez más tengo que contarte que aquí en Chile se hacen estas tortitas de calabaza, pero ¡fritas! en invierno las encontrarás en cada esquina, hay carritos con fritadoras que las venden al paso, por supuesto que las madres las hacen también en las casas, se comen solas o sumergidas en un arrope dulce.
Seguro que fritas estarán riquísimas también, tengo que probarlas, a ver si un día traes esa receta que imagino que será ligeramente diferente.
ResponderEliminarUn beso más.
Cómo sé cuanta harina admite? El año pasado las hice...y recién hechas estaban muy buenas, pero al día siguiente...daban pena...y yo creo que es porque no supe medir la harina...muchas gracias!
ResponderEliminarAna es muy difícil decirte cuanta harina admite porque depende de algunas otras cosas que no podemos controlar en cada caso. Te diré que es la menor cantidad posible de harina que admita, es decir, aunque te cueste un poco amasar, la mínima cantidad es mejor que más. Cuanta más harina, menos tiernas te salen las tortas.
EliminarEl problema del año pasado, creo que puede ser por los levados, los tiempos que dejas para que la masa fermente. Algún año a mi también me ha pasado y siempre está relacionado con eso. A mayor tiempo levando, mayor tiempo estarán luego tiernas. A veces si la cocina está muy caliente por el horno o lo que sea, el levado se apresura y sube muy rápido, entonces están buenas el mismo día, pero al día siguiente están duras. Vamos a ver si este año te salen mejor. Suerte.