Recordaréis que en Semana Santa, traje al blog un dulce de las monjas llamado pellas. Aquí podéis verlo.
Como os decía, las pellas solamente las hacen las hermanas Agustinas, del convento de San Sebastián, toda una institución en Orihuela y sólo las hacen por Semana Santa.
Aunque yo llevaba años tras la receta, ésta parecía ser el secreto mejor guardado de la repostería de Orihuela, así que tanteo a tanteo, fui perfilando la receta que publiqué y que es la que más se aproximaba en el resultado, al sabor que yo encontraba, de este bocado celestial.
Pues bien, algunos días más tarde de la publicación de esa entrada, en la entrada de Trigo picao tuve un comentario de Mari Carmen Larrosa de Orihuela, en el que me decía que había hecho las pellas, y que como quería comparar con las originales, había ido al convento de San Sebastián y le habían dicho que hacía tiempo que no habían pellas, porque la monjita que las hacía, estaba muy enferma y que ya no las hacía.
Mari Carmen estaba muy triste y yo también, pues me parece de una tristeza enorme que recetas ancestrales se mueran para siempre con sus últimos oficiantes.
Hice algunas gestiones para conseguir la receta, pero sin resultado, hasta que conté esto a una alumna mía que es de Orihuela, aunque vive en Alicante, y mira por donde, su padre, que vive en Orihuela, tenía una empleada que frecuentaba el convento de las Agustinas y era amiga de las monjas.
La semana pasada Guadalupe, mi alumna, llegó con la alegría: “Tengo un regalo para ti” me dijo.
No me podía imaginar que el regalo, el regalazo que me traía, era la receta de las pellas, escrita de su puño y letra por la monja que las hace y en una carta con membrete del propio convento. ¡Qué regalazo! ¡Qué tesoro!
La historia es que Mini, la empleada de su padre y amiga de las monjas, había conseguido de la madre Salvadora, la receta de las pellas.
Me dijo Guadalupe, que no está segura de que la monja se llame efectivamente así, Salvadora, pero que Mini la conoce por este nombre, porque la madre de la monja, así se llamaba.
En lo que respecta a mí, esta mujer es Salvadora, Salvadora de esta receta y de una tradición que con su gesto, ha permitido que sobreviva.
Transcribo:
Pellas blancas.
Ingredientes:
-1 vaso de leche.- poder ser de la Asturiana entera.
-2 vasos de agua
-1 vaso de flor de harina de trigo
-La corteza fina de 2 limones
-1/2 Kg. De azúcar
Si se quieren las pellas de color, se agregan 3 ó 4 yemas.
Modo de hacerlo
En un recipiente se mezclan todos los ingredientes. Una vez mezclado bien, se cuela a otro recipiente donde se agregará otra corteza de limón.
Seguidamente se pone a fuego para que hierva sin dejar de mover durante un poco de tiempo hasta que se forme como una crema.
Antes de sacar se prueba cómo está de azúcar.
A continuación se escudilla con una cuchara sopera formando lenguas sobre una superficie de piedra o azulejo bien limpio.
Me siento muy emocionada, por la receta de su propia letra y porque a tanteo, yo la había sacado bastante cercana a excepción del azúcar, que mientras para estas medidas yo pondría seis cucharadas, ella me daría medio kilo.
Hoy me he puesto manos a la obra y las he hecho y amigos: está claro que no hay nada como el original, estas pellas están muchísimo más buenas que las que yo había hecho, y era lógico, más dulces, sin canela, lo que confieso que me extrañó, porque la canela es un ingrediente que no es fácil de confundir y a mi me habían parecido con canela, pero no, las he hecho tal cual refleja su receta y están insuperables.
Hermana: un besazo y mis mejores deseos de que su salud se restablezca cuanto antes.
No pongo el paso a paso por no resultar repetitiva y por lo sumamente fácil que es y lo bien explicado que nos lo ha dejado la monjita.
Agradezco de todo corazón a Mini su interés, a la hermana Salvadora, por haber tenido esta generosidad en compartir su receta y a Guadalupe, por hacer de mensajera de tan importante correo y darme este regalazo.
Tenía que contarlo.
Un beso grande
Si que es un regalazo, sobre todo por salvar un trocito de "patrimonio histórico-culinario". No me extraña que estés tan entusiasmada.
ResponderEliminarPrometo incorporarlas a mi recetario y contar sus orígenes cuando las comparta.
un beso
Esto es un lujazo Viena.
ResponderEliminarYa le dije que había que buscar las vueltas para llegar a la monja, que con esta donación se ha ganado su cielo.
Vaya documento para preservarlo y legarlo a la posteridad.
Si no le parece mal, me gustaría publicarlo en mi sección de Historia.
Se ven etéreas,celestiales; enhorabuena por el logro y gracias por compartirlo.
ResponderEliminarBesos.
Estas recetas son verdaderos tesoros y gracias a tí no se van a perder y lo vas a difundir. Me la guardo.
ResponderEliminarsaludos
Nunca habia escuchado hablar sobre esta receta, es algo realmente curioso.
ResponderEliminarEs un lujo poder recopilar recetas de siempre.
Un beso.
que bonito, me encanta esta recuperación de recetas y que la monja tuvo el detalle de darte la receta porque a veces eso es complicado.
ResponderEliminarsin duda me guardo la receta para probar,
Qué maravilla, eso es periodismo de invesigación, vaya joya que nos has dado...
ResponderEliminarAbrazos
Pero qué cosa tan rica... ¿Sabes que yo también estudié con las monjas Agustinas y los curas Agustinos?
ResponderEliminarBesos.
No voy a decir nada nuevo, así que subrayar que esto si que es un premio dónde los haya que además tienes la gentileza y la bondad de compartir. Con tu permiso muchos nos vamos a guardar esta maravillosa receta porque entre la mega receta que publicaste, la historia que contaste y que caray, hasta ha llegado aquí la ilusión que te ha hecho que te hagan este super regalo, esto es un tesoro.
ResponderEliminarTodo ha conspirado para que la tengas por fin entre tus manos. Siempre nos acordaremos de este post.
Un saludo.
¡Qué bonita historia y qué bonito gesto de la hermana agustina y de quienes han podido hacerlo realidad!
ResponderEliminarEsperamos que la hna. Salvadora se restablezca pronto y que traspase también la receta para que en el convento de Orihuela no se dejen de hacer las pellas.
A mí me encanta comprar dulces a las monjas, como decís, es un patrimonio.
Enhorabuena, Viena,
Nerea, de El mundo del chocolate
ANA B: Sé que tu comprendes mi emoción, esto es como bien dices, patrimonio histórico, y bueno, gracias al blog, también tenemos la oportunidad de salvar esta receta del olvido. Gracias por contar la historia cuando las hagas, sé que lo harás.
ResponderEliminarUn besazo.
APICIUS: Por supuesto que puede publicarlo en su blog, allí tendrá todavía más alcance y es lo que interesa con estas recetas tradicionales, para asegurarnos de que no se pierden.
Gracias por su consejo que seguí, como ve, con buen resultado.
Un beso.
MIREN: Gracias por tu visita. Tienes que probarlas, porque te van a gustar.
Un beso.
JOSE MANUEL: Espero que algún día la hagas y cuentes su origen, así entre todos colaboramos para que no pierdan estos tesoros.
Un beso.
SONIA: Así lo entiendo yo, que es un lujo y una necesidad, rescatar estas recetas. Como siempre digo, recetas en peligro de extinción que da muchísima pena que se pierdan.
Un beso y gracias por tu comentario.
LA COCINA DE MI ABUELO: Te gustará. Además es una receta con historia, con lo que eso nos gusta a todos.
Un beso y gracias por tu comentario.
CLAUDIA: Nos ha costado, no creas, pero siempre hay buen fondo en todas las personas, ayudan, colaboran, se entregan y todos a una, lo hemos conseguido. Ojalá la monjita se restablezca y vuelva a hacer las pellas en Orihuela.
Un beso.
SILVIA: Yo no estudié con monjas ni curas, creo que debo ser la única en Orihuela que no lo ha hecho, al menos de mi generación jejeje, pero tengo especial simpatía por las monjitas reposteras. Son monjas de clausura y se sustentan vendiendo dulces exquisitos. Ellas disponen de recetas ancestrales que el convento ha ido pasando de generación en generación de monjas y son la verdad, tesoros históricos que merece la pena rescatar.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu visita.
CARLOS: No me extraña que haya llegado a todas partes la ilusión, es que a todos los que nos gusta la cocina, nos tiene que hacer ilusión el rescate de una joya como esta, porque sabemos el alcance que tiene y porque realmente, son recetas dignas de divulgarse.
Muchas gracias por tu visita y espero que si guardas la receta, sea para hacerla en alguna ocasión y contar también su procedencia monacal y su historia con la monjita Salvadora.
Un beso.
Nerea: Ojalá la hermana Salvadora se cure pronto y todo haya quedado en un susto. Por otra parte, seguro que a ella le gustaría saber que su receta está siendo salvada por gente que además, es respetuosa con esta transmisión.
GRacias por tu comentario.
Un beso.
Acabo de llegar a tu blog y todo lo que visto, me parece muy interesante.
ResponderEliminarGracias por recuperar esta receta y por compartirla con todos nosotros.
Ha sido un placer conocerte y como espero visitarte más veces, me añado a tu lista como seguidor del blog.
Saludos
Jorge.
Viena, cómo si te viera la cara llena de ilusión por tan precioso "tesoro". Yo estaría igual que tú, de hecho lo estoy, ya que nos has mostrado ese trocito escrito de su puño y letra, y eso es algo que parece un milagro. Fíjate qué casualidades. Todo ha ido rodado hasta llegar a tus manos, y a qué mejores manos que a las tuyas podía llegar una receta así?. Yo que tú, la ponía en un cuadro y la colgaba en la cocina, seguro que luciría de maravilla. Cosas así no suceden a menudo. Quién sabe, quizá no sea la primera receta de este tipo que caiga en tus manos. Muchísimas gracias por ser tan generosa y compartir algo tan especial. Un beso enorme.
ResponderEliminarYa me imagino tu alegría cuando recibiste ese regalazo y tu impaciencia por hacerlas y compararlas con las tuyas...bueno, estas ya son tuyas también!
ResponderEliminarUn verdadero tesoro que ya no se va a perder, sino que se va a extender mucho más de lo que nunca soñaron las monjitas.
Un besazo.
Has encontrado un tesoro, serás su ángel custodio!
ResponderEliminarPero que suerte ha sido que pudieses conseguir esa receta, pero sobre todo que la compartas con nosotros, es todo un lujo. Gracias por regalar tanta delicia...y tu calidez siempre.
ResponderEliminarUn besiño :)
Por estas recetas es por las que merece la pena el trabajo que se hace en blogs como el tuyo. Te felicito y comparto tu alegría, ya que el rescate de esta receta merece el festejo. Sería buena idea el replicarla en tantos sitios (blogs) como fuera posible, ya que de esta manera se garantiza la difusión y habrá menos posibilidades de que se pierda.
ResponderEliminarMe ha llamado mucho la atención la sencillez del preparado, lo cual beneficia la realización en los fogones del hogar.
Con tu permiso, amén de dar difusión de tu receta en la red, trataré de llevarla a cabo y, si los resultados son los esperados, la subiré a mi blog. Creo que cuantos más la reproduzcan más garantizado está el rescate de esta receta.
Muchas gracias, Viena.
Bs.
Carlos,, de Vegetal... y tal.
http://vegetalytal.blogspot.com
Viena....ayer no pude comentar....no se que paso....este papel no es una simple receta.....es historia, tradicion, cultura, valor.....lleva en si mismo tantas cosas!!.....sin duda creo que este papel con membrete es un primer regalo.....y digo primero porque a lo mejor te llegaran mas recetas....es mas....yo se que las monjas no pasaban sus recetas.....pero quizas ahora por el solo hecho de rescatar y valorar esta reposteria (y porque muchas Monjas que hagan esto no han de quedar)......puedan confiarte a ti este precioso legado.....yo que tu iria a conversar al convento.....nada se pierde.....quizas te conviertas en la "curadora" de este legado.....la receta maravillosa....pero este pedazo de historia....unico!!.....yo que tu esta receta la pongo en un marco....Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarMONJA CONFITERA
ResponderEliminarLa gala de la luz, a lo cohete
en el poliedro de la vidriera...
Una virgen constante, confitera,
ay, sustraendo Dios, pellas comete.
Al almidón su mano da en roquete,
o por lo que se riza, o por lo cera;
de primor cuando hiñe se propasa,
cuando repulga la que emula masa.
Miguel Hernández (de Orihuela, claro)
PUSORONENITO: Jorge gracias por tus palabras. Se bienvenido a este espacio y sí, espero que nos vayamos viendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
ANNA: Ya sabrás que la monjita ha muerto, qué pena verdad? Esto también tenía que compartirlo, después de todo así es la vida, de la alegría a la tristeza y todo es.
Un besito grande y aunque ahora estoy un poco impactada, sí, creo que esa receta la enmarcaré y la cuidaré como merece.
Otro beso.
LOLAH: Me dio una alegría enorme, como hoy, me dio tristeza saber que la monjita había fallecido. No la conocía de nada, claro, pero no sé, me parece que ella escribió su receta sabiendo que era algo que tenía que dejar, y eso me produce mucha ternura.
Un beso.
VISC A LA CUINA: Todos cuidaremos de esta receta, o eso espero ¿no?
Un beso y gracias por venir.
MAYTE: Otro besiño para ti. Muchas gracias por tu visita.
CARLOS: Muchas gracias a ti, por subirte a este "barco" y hacer para que la receta no se pierda. Como sabrás la monjita ha muerto, ahora todavía tiene más sentido todo lo que dices.
Un beso.
MARCELA: Sí, seguramente pondré la receta en un marco y estoy totalmente de acuerdo contigo, esto es patrimonio histórico y un tesoro. La realización de las pellas es muy fácil, entiendo que quizás ha sido el secreto lo que ha impedido que mucha gente hiciera las pellas, incluso otras monjitas de otros conventos o del mismo, no lo sé.
Lo que sí se es que nosotros vamos a rescatar esta receta del olvido.
Un beso grande y gracias por tu visita.
MIGUEL A. ROMAN: Esto sí que es una sorpresa, no conocía este poema de Miguel Hernández, a pesar de que soy amante de su obra. Y por partida doble me emociona el escrito, porque como se ve, conocía Miguel las pellas y describe muy bien (si uno conoce las pellas), cómo son y cómo se hacen.
ResponderEliminarEl almidón se refiere claramente a la flor de almidón, que es la flor de harina de trigo, como yo explicaba en mi primera entrada de las pellas y me resulta muy curioso esa parte en la que dice: "la que emula masa", porque es cierto que una vez espesa, la crema, emula masa sin serlo y brilla o "cera" como dice Miguel. Es emocionante y también insospechado, que llegáramos a ligar con escritos, y sin duda vivencias, de Miguel.
Cuando hice una serie dedicada al Año Hernandiano, en este mismo blog, pedí a la Sociedad que gestiona culturalmente la obra de Miguel Hernández, que me facilitara información sobre cualquier escrito o vivencia que estuviera reflejada de Miguel Hernández, que tuviera relación con la gastronomía de Orihuela o con lo que comía Miguel, pero nunca me contestaron. Ahora, esto que usted nos trae, es un verdadero tesoro, no sé como explicarle la emoción que me produce.
Muchas, muchísimas gracias.
P.D. También es importante ver cómo Miguel Hernández refleja el respeto y la simpatía que todos los oriolanos tenemos hacia las monjas reposteras, religión al márgen.
Un abrazo.
Bonita la octava del gran poeta Miguel Hernandez que envía Miguel A.Roman.
ResponderEliminarQue contestación más completa le ha mandado.
Viena, n o se si conocerá a Miguel A. Román, yo lo conozco personalmente y es una persona muy erudita y muy ameno el conversar con él.
Este enlace que le mando http://librodenotas.com/encasadeluculo/ es donde Miguel A. Roman plasma mensualmente el día 12 reflexiones sobre gastronomía, la última saga Un mundo de salsas, no tiene desperdicio, como todos los escritos que salen de su mano.
Saludos
Apicius: Conozco a Miguel A. Román justo a través de usted, que hace un mes más o menos, me pasó el enlace en donde podía ver sus escritos. Fue un descubrimiento entonces y lo sigue siendo hoy. En esta entrada que nos hizo en el blog, sigue viéndose su riqueza de aportación. Ha sido un placer poder leerle por aquí.
ResponderEliminarTambién a usted es siempre un placer recibirle por este espacio. Gracias.
Un beso.
Hola Viena:
ResponderEliminarAhora me ha hecho recordar que le pase el enlace de Miguel A. Román, francamente es un fenómeno.
Saludos
Apicius: Así lo creo yo también.
ResponderEliminarUn beso.
Tienes una joyita entre tus manos, Viena, era el destino que la monjita se llamara Salvadora y que, sabiendo lo poquito que le quedaba sentía la necesidad transmitir su receta para que no se perdiera. Y tú por supuesto la vas a mantener, y al compartirla con nosotros, la vas a difundir muchísimo más.
ResponderEliminarPreciosa y rocambolesca historia que me ha emocionado.
Descanse en paz, Salvadora.
Y besos para ti, Viena.
Laura (sigo sin poder comentar con mi nombre)
Viene no había poder leer tu entrada hasta hoy, desde luego que es un tesoro lo que has conseguido y el papel es para guardarlo muy muy bien.
ResponderEliminarGracias por ser tan generosa y compartir con todos los que te seguimos gtan magnífica receta.
Mil besitos guapa,
SUNY: Ha sido una semana intensa con las pellas. La verdad es que parece que la monjita, quiso dejar a buen recaudo su receta.
ResponderEliminarUn bso grande y gracias por estar siempre ahí.
Wow Viena, con la boca abierta me quedé al leer. La verdad que es un tesoro lo que tienes entre las manos. Una receta que podía ir a la tumba con ella!, eso si sería un mal para la humanidad, de verdad. Porque como nos cuentas, es una verdadera delicia.
ResponderEliminarLa conclusión para mi, es, la importancia de compartir, sobre todo recetas. El comer es indispensable para el ser humano, y además, cocinar es una manera de hacer feliz a los demás.
un besote y gracias por comparti con nosotros este verdadero tesoro.
Gaby
GABY: Muchas gracias a ti, por venir a visitarme.
ResponderEliminarUn beso muy grande.
hola Viena, hoy conocí tu blog y que belleza, me quedo de seguidora y sin palabras con estas pellas, tambien las acabo de conocer por tu intermedio y que lindo lo que contás y que lindo compartir,te mando un abrazote desde Argentina y ya estoy copiando la receta, me entusiasmó probarla por lo fácil de tus explicaciones y por lo ricas que se ven. besitossss Claupe
ResponderEliminarCLAUPE: Bienvenida a este espacio y muchas gracias por tu comentario. Creo que te van a gustar las pellas, es un bocado así, fácil, un poco sorprendente y muy rico para los golosos. Mi hija las adora y justo ayer hice una buena medida que está en la nevera.
ResponderEliminarYa me contarás si las haces qué te parecieron.
Un beso y gracias de nuevo.
Viena llegué a tu blog y estaba embobada alimentándome de toda la información que pones de las recetas. Estaba leyendo la receta de las pellas y me podrias explicar que es la Flor de harina de trigo, yo pensaba era harina de fuerza -pero creo estoy equivocada.
ResponderEliminargracias, Pilar
Hola Pilar: La flor de almidón, o flor de harina, es simplemente una harina muy, muy refinada, que tiene una tasa de obtención del 40% aproximadamente. Se hace con otras harinas, creo que la maicena es la equivalente de la harina de maíz, y la flor de almidón al que me refiero en esta receta, es de trigo, por tanto, una harina de trigo, muy, muy refinada. Y no, claro, no es harina de fuerza.
EliminarEspero haberte ayudado.
Un abrazo