Tortada de almendra

                                                                                                         

Otra tarta que hago, un poco seguido, ya lo sé, pero es que me he visto empujada por la necesidad de utilizar más de una docena de yemas de huevo que tenía en la nevera y no quería tirar.

Como además, hacía tiempo que quería traer al blog una tarta hecha con flor de almidón,  para que algunos de los que me habéis preguntado recetas con este tipo de harina, la pudierais ver,  pues nada, aquí estamos, con esta “tortada” de la que ya he probado un buen trozo y bueno, está riquísima.

Es una tarta clásica y tradicional de la Vega Baja, en donde se le llama tortada, aunque no es la tortada de las monjas que tanto me pedís y que os he prometido. En esa estoy entregada y en algún momento aparecerá por el blog, pero no es fácil, no.

Esta, como decía, es una tarta clásica, yo diría que una tarta antigua. Con más o menos matices, es la que se hace desde siempre, tanto en las pastelerías como en las casas, para las celebraciones, especialmente las grandes: bodas, bautizos, comuniones, etc.

Lo que yo destacaría es su textura, la flor de almidón le da una textura muy fina al bizcocho, que se ve sólo alterada por la almendra, que trituro de la forma que os explicaré: mitad bien molida y la otra mitad de forma que se noten los trozos.

Luego tiene como relleno una crema de yema que está finísima y con un toque de canela que es casi un perfume. Finalmente, una decoración con merengue que en este caso, ha sido sencilla, pero que puede recrearse hasta la verdadera obra de arte, en las tradiciones de esta tarta.

En fin, vamos a ver cómo se hace paso a paso.

Ingredientes para el bizcocho:

Media docena de huevos

200 g. de azúcar

100 g. de almendra molida fina

100 g. de almendra molida gruesa

60 g. de harina de trigo

65 g. de flor de almidón

Colocamos en un bol las yemas y mezclamos con el azúcar. Batimos hasta conseguir un compuesto blanquecino y cremoso.

Añadimos la almendra fina y la gruesa

Añadimos también las harinas

Por otra parte, batimos las claras a punto de turrón y las mezclamos también con el compuesto, procurando hacerlo con movimientos envolventes y con suavidad.

Volcamos en un molde engrasado y forrado y metemos en  horno moderado hasta que esté dorado.

Mientras tanto, haremos la crema de yema del siguiente modo:

Ingredientes:

200 g. de yemas (unas diez yemas)

100 g. de azúcar

100 ml. De agua

1 palito de canela en rama

Ponemos en un cazo a hervir el agua, el azúcar y el palito de canela y hacemos un almíbar suave hirviendo durante 2 o 3 minutos. Retirar del fuego y dejar enfriar totalmente.

Una vez que esté frío el almíbar, colamos las yemas y mezclamos enérgicamente con el almíbar.

Volvemos a poner en el fuego y sin dejar de mover, conseguimos una crema espesa y suave. No debe llegar a hervir.

Dejamos enfriar totalmente.

Mientras tanto, ya se habrá hecho nuestro bizcocho. Sacamos del horno, dejamos enfriar y cortamos por la mitad longitudinalmente.

Ahora haremos un almíbar para bañar los bizcochos. Simplemente pondremos medio litro de agua y 300 g. de azúcar en el fuego. Apenas hierva dos o tres minutos, lo retiramos y dejamos enfriar antes de utilizar. Si lo deseamos, podemos aromatizar este almíbar con unas cucharadas de ron o de otro licor a nuestro gusto.

No os perdáis los detalles de vuestra elaboración. Por ejemplo: ¿No son bonitas estas burbujas del almíbar en ebullición?

Bien, ahora vamos a montar la tarta. Colocamos en una fuente, una mitad de bizcocho

Lo bañamos generosamente con el almíbar, con ayuda de un cucharón, repartiendo muy bien por todo el bizcocho.

Una vez está muy bien bañado, echaremos sobre él, la crema de yema, igualando con ayuda de una espátula

Ahora bañaremos la otra mitad del bizcocho, que colocaremos boca abajo, buscando que la superficie de nuestra tarta sea lo más lisa posible.

Y metemos en la nevera al menos durante un par de horas, para que todo tome la consistencia debida.

Al cabo de ese tiempo, procedemos a la decoración, que como he dicho, en este caso ha sido muy simple, pero que podéis hacer y complicar a vuestro gusto, como queráis.

Haremos un merengue batiendo 2 ó 3 claras a punto de nieve, mientras echamos en lluvia azúcar a nuestro gusto. Si queremos tener un merengue de color, añadiremos a una parte, algunas gotas de colorante. Yo he dividido en dos y he puesto verde a una de las partes.

Y listo, vamos con lo que se nos ocurra

Si queréis también podéis gratinar durante un minuto para cocer este merengue, quedando tostado, o bien usar el soplete ese que nunca usamos y tostar por encima.

Por los laterales le podemos adherir almendra caramelizada, que queda siempre tan deliciosa.

Y bueno, llegó el momento de probar

Un bizcocho emborrachado muy fino en el comer. El matiz de una crema rica y aromatizada con la canela. En resumen: un bocado jugoso, apetitoso...

Creo que habrá que llamar a alguien para que nos ayude a comerla, porque si no, esto es una perdición, no hay quien pare.

Ya sabéis, si alguien quiere un trocito, solo tiene que acercarse

Feliz semana amigos.