Ir al contenido principal

PASTELES DE LIMÓN PARA ÁNGELA


Mi última adquisición en libros de cocina, ha sido un librito no muy grande, de Marc Grossman, llamado: “Un dulce en Nueva York”.

Lo compré porque le vi buenas recetas de dulces  clásicos de la repostería neoyorquina, como estos pastelitos de limón que hoy os traigo y que enseguida llamaron la atención de Ángela,  que me pidió que por favor que se los hiciera “ya”.

Se le hacía la boca agua mirando la foto del libro, así que hoy sábado, saltándome todos los otros asuntos pendientes, nos hemos puesto a ello y la verdad es que se han hecho en un rato y ya nos hemos comido uno cada una, comprobando y aprobando el resultado.

Son deliciosos de verdad.  La crema de limón queda en su punto, ni demasiado ácida, ni demasiado dulce, lo que según se dice en el libro, es la clave de la receta. 


Ahora quiere que le haga pasteles de luna, porque los vio en una película y se le antojaron.
Cuando Ángela pide, a mí me hace mucha gracia, por la forma que tiene de pedir, por cómo lo hace.
Está creciendo muy rápido, pero en eso, apenas ha cambiado.
 
Y en estas estábamos, cuando el tiempo se ha nublado y nos ha sorprendido una repentina tormenta de granizo. Entonces he recordado una mañana parecida, no hace tanto tiempo, cuando a sus cinco años, muy apurada me dijo un día:

¡Mamá, tienes que enseñarme muchas cosas!
-A ver, le dije yo ante tanta urgencia ¿Qué cosas son las que te tengo que enseñar?
Y empezó a enumerarme una serie de propuestas:

-Tienes que enseñarme a leer
-A coser
-A hacer nudos
-A encender el fuego sin quemarme
-A quedarme sola en casa
-A ponerle la comida a los perros
-A cerrar con llave las puertas
-A conducir coches y bicis y todo eso
-A clavar un clavo
-A desatornillar algo….

Y recuerdo que caí en la cuenta, de todo eso que tenía que enseñarle, a ella,  mi hija. No como enseñan los libros,  por escrito,  ni como enseñan los maestros,  con las lecciones,  sino como enseña una madre o una hermana mayor o un abuelo...  Así como solo se puede enseñar la vida: con la vida.

Era lógico, que como otros niños de su edad,  Ángela no estuviera dispuesta a escuchar mis conferencias acerca de tal o cual tema, ni mis explicaciones sobre esta o aquella cuestión, eso le hubiera aburrido, le hubiera forzado a pensar más de lo que ella necesitaba. En realidad  lo que ella quería era aprender a saber,  o aprender a vivir en este,  nuestro mundo.


Es una suerte que para enseñarles a aprender y a descubrir, ninguno seamos ni  ignorantes, ni necesitemos títulos u oposiciones aprobadas, porque para enseñar a nuestros pequeños, sean hijos, amigos, sobrinos o alumnos, lo más importante es querer, querer y cosas tan a mano de todas las personas como el amor, las palabras cariñosas, los abrazos mimosones, los guiños, los juegos y toda una serie de ejercicios que la vida nos pone al alcance ahí,  día a día y que para nuestros niños, estrenando el mundo como lo están, son toda una serie de fantásticos experimentos.

¿Y sabeis qué? Creo que ser la instructora de todo eso, ha sido y es el mejor papel de mi vida, con ella y con Ana, mi hija mayor.

Me he alegrado de que aquel día, tan divertida como me pareció la urgencia de Ángela, se me ocurriera escribir todo aquello que me dijo, porque así, hoy lo pude rescatar y os lo he podido contar con total fidelidad.

Ojalá siempre esté tan despierta, para no perderme sus ganas de saber y experimentar y ojalá vengan a mi vida también otros niños, que me pidan que les enseñe algo y renueven la felicidad que eso me produce.

Si tenéis niños cercanos, responded a sus curiosidades y enseñarles muchas cosas. Creo que hoy es el mejor deseo que tengo para regalaros.  

Bueno y la receta:

Ingredientes para la base

150g. de harina de fuerza
30 g. de azúcar
20g. de maizena
Una pizca de sal
125g. de mantequilla


Ingredientes para la crema cuajada

180ml. De zumo de limón y ralladura de uno de ellos
250g. de azúcar
6 huevos
70g. de harina de fuerza
 
Así se hace:
 
Comenzamos con la base, para lo cual, colocamos en un bol la harina, el azúcar, la maizena, la sal y la mantequilla cortada en daditos.
 


Con los dedos, vamos restregando la harina y pellizcando la mantequilla, hasta que conseguimos una miga suelta, parecida al pan rallado.
 

Una vez toda la mezcla convertida en miga, la ponemos en un molde cuadrado o rectangular y dejamos cocer en horno medio hasta que en empiece a dorarse. 


Mientras tanto, vamos a hacer la crema de limón, colocando en otro bol, los huevos, que batiremos muy bien. A continuación, añadimos el azúcar, el zumo y la ralladura de limón y la harina. Todo muy bien batido.  




Cuando la base está empezando a dorarse, al cabo de unos 20 minutos, la sacamos del horno y colocamos sobre ella la mezcla de limón.



Volvemos a introducir en el horno, a 150 grados, durante 40 minutos aproximadamente hasta que haya cuajado perfectamente.


Sacamos del horno y dejamos enfriar. Luego desmoldamos con cuidado. Cortamos en cuadrados a nuestro gusto y espolvoreamos con azúcar glass, también a nuestro gusto. 


Y ya tenemos hechos los delicados pastelitos


La base queda como una galleta suave y deliciosa que se deshace en la boca


Mientras la crema nos recuerda al tocino de cielo, pero con intenso sabor a limón


Un bocado para no perdérselo. Como todas esas cosas anecdóticas y divertidas que los niños nos regalan cada día. 


Un abrazo

Comentarios

  1. Me pondría a hacerlo ahora mismo, pero ya no son horas, así que me lo apunto y me llevo un trocito a:
    Http://unangelenmicocina.blogspot.com.es
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Ra y espero que me cuentes si los haces lo que te parecieron.
      Un beso

      Eliminar
  2. Puri y yo sin poder probarlos es demasiado castigo... buaaaaa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay Sol, ya podrás, ya y cuando los pruebes, verás cómo enseguida se te ocurre hacerlos con algunos de los cítricos que tienes el privilegio de tener por ahí.
      Un beso gordo

      Eliminar
  3. ¡Quiero uno ya!. Una verdadera delicia.
    Buen día

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Marus por tu comentario. Pruebalos y verás que cosa más rica.
      Un abrazo

      Eliminar
  4. Como se nota cuanto disfrutas de tus niñas, todo lo que te aportan... es maravilloso. Yo, ya se me pasó el tiempo de disfrutar así de mi hijo (ya tiene 34 años) aunque sigo disfrutando mucho de él, mi nuera y... ¡¡mi nieta Lola!! que me tiene loquita.
    El dulce es una maravilla, me llevo la receta para hacércela a mi gente.
    Un besote enorme

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Kesito, si ya tienes una nietecita muy pronto estarás enseñándole muchas cosas y disfrutando como una enana de ella.
      Un beso grande y gracias por tu visita.

      Eliminar
  5. Como siempre no sé si me gusta más la receta o lo que cuentas con ella. Genial!!

    ResponderEliminar
  6. QUERIDA PURI, SIN DUDA LOS HIJOS SACAN LO MEJOR DE NOSOTROS, CREO QUE CUANDO LES ENSEÑAMOS ES CUANDO MÁS APRENDEMOS. QUÉ LINDA DEBE SER TU PEQUEÑA ÁNGELA. LA RECETA SE VE SENSACIONAL, QUÉ BUENO QUE COMPRARAS ESE LIBRO DE GROSSMAN. BESITOS

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pamela, es cierto que los hijos sacan lo mejor porque sacan de nuestro corazón.
      Muchas gracias por tus siempre amables palabras, para mi es un placer tenerte por aquí. UN beso grande.

      Eliminar
  7. ¡Qué no va a hacer una madre por un hijo?
    Recuerdo que el mío siempre me pedía cosas de pequeño, y claro, yo a hacertlas. Como te lo pide tu hijito... me decía siu padre.
    Y aún ahora, cuando hace tiempo que no preparo alguna cosa, es él quien me lo recuerda.
    Estos pasteñles de limón se ven riquísimos!
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Margarida, cuanta razón tienes, somos complacientes con ellos hasta todo lo que podemos.
      Un placer tenerte por aquí. Muchas gracias por tu comentario.
      Un beso grande

      Eliminar
  8. Hola Viena, preciosa entrada la de hoy. Creo que nos has hecho recordar a todos anécdotas con nuestros hijos, también tengo alguna anotada, por graciosas y para que no se me olviden. Ya son mayores, pero espero saber seguir respondiendo a sus preguntas.
    La receta, me parece original en su forma de hacerse, y la presencia es increible. Me la llevaré a pendientes, a mi hija, que es una loca limonera, le va a encantar.
    Besotes gordos, mi niña.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nuria si le gusta a tu hija el limón, va a disfrutar mucho con estos pastelitos, la verdad es que salen de lo corriente de siempre con el chocolate o las cremas. Están buenísimos.
      Muchas gracias por tu visita y comentario.
      Un beso enorme.

      Eliminar
  9. Oh, Viena, que entrada más bonitaaaa!
    El cariño traspasa la pantalla y me ha llegado intenso...
    Yo no tengo hijos pero con mis sobrinos me pasa.
    La verdad es que van creciendo y sus ocurrencias, sus expresiones, van cambiando pero no dejan de hacer sonreir...
    Tanto la historia de tu pequeña como la receta me han encantado!
    Esto lo pienso probar, sí o sí.
    Besos,
    Aurélie

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. También en tu comentario se transmite el cariño Aurélie, por tus sobrinos, por los niños.
      Haz estos pastelitos, verás como os van a gustar un montón, son buenos.
      Un beso grande y gracias por venir por aquí y dejarme esas bonitas palabras siempre.

      Eliminar
  10. se ven deliciosos y con una textura riquisima!!!
    saludos

    ResponderEliminar
  11. Qué buena pinta tiene, no me extraña que os haya encantado.

    Mi abuelo decía que los niños pequeños son quitapenas, y es una gran verdad. Con esa avidez de entender el mundo...

    Un besote.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que buena apreciación la de tu abuelo Su, quitapenas. Si siempre pudieramos ver eso, y disfrutar de ellos,sería maravilloso.
      Un beso y gracias por tu visita.

      Eliminar
  12. Respuestas
    1. Gracias por tu visita Viscalacuina, seguro que te gustarían.
      Un abrazo

      Eliminar
  13. Pues si todas la recetas del libro son como estas, ese libro es un tesoro, los pastelitos se ven divinos y ricos, me han encantado. Mil besicos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay algunas recetas más que traeré por el blog, porque son clásicos de esos que a todos nos gusta hacer alguna vez. A ver si salen tan ricos como estos pastelitos, ya os contaré.
      Un beso grande y gracias por venir.

      Eliminar
  14. Viena....como me veo reflejada.....mi hija ya me pregunta con sus 6 agnos cosas que a veces no se responder!...pero ns sentamos y conversamos....a veces la respuesa no es facil.....pero lo paso fantastico y disfruto......tus lemon bar deliciosos......Abrazotes, Marcela

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marcela qué alegría verte por aquí. Sé que disfrutas tanto como lo he hecho yo, con tu hija. Luego crecen y se pasa muy rápido, pero ahora es el momento de retener sus caritas, sus manos, sus preguntas.
      Un beso muy grande.

      Eliminar
  15. Hola,
    ¿el molde lo untamos de mantequilla y enharinamos o mejor lo forramos con papel de horno?

    Gracias & saludos,

    Jose

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Jose: Yo engrasé muy ligeramente el molde con mantequilla, por asegurarme, aunque este tipo de masas, no se pega, se desmolda perfectamente.
      Saludos y bienvenido a este espacio.

      Eliminar
    2. Muchas gracias por la aclaración y la bienvenida.

      Saludos,

      Jose

      Eliminar
  16. Me he tomado buena nota de tu receta y te aseguro que la voy a hacer. Tiene una pinta estupenda y seguro que quedo fenomenal en alguna cena de amigos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y no es difícil Pi, ya nos contarás si los haces.
      Gracias por tu visita y comentario.
      Saludos

      Eliminar
  17. ¡Qué bonita la historia de Angela! Fíjate, que yo me apuntaría a aprender, al menos, dos de las cosas que quería saber tu hija: a coser y a hacer nudos. Por lo menos, a coser los bajos de los pantalones. Botones ya sé, pero los bajos, en casos de urgencia los he tenido que fijar con una grapadora para no írmelos pisando. Y lo de los nudos, es decisivo.

    Un besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja Sorokin, no sabes la gente que me pide que les de un curso de costura, para eso, para los bajos de los pantalones, para poner una cremallera, para coser un bolsillo que se desfonda, etc. Me lo estoy pensando, si lo hago, te aviso. Y nudos, seguro que ya sabes hacer algunos, de pequeños el simple nudo de los cordones de las zapatillas nos parece un misterio imposible de descifrar, pero luego, las espectativas aumentan y lo que mola son los nudos más difíciciles a que si?
      Por cierto, no tengo ninguna noticia tuya, como el correo va cuando quiere, espero que no sea por eso.
      Un beso y gracias por venir.

      Eliminar
    2. Es que he estado un mes medio en la luna, pero ya he publicado una cosa sobre los cerezos del Jerte. De lo de Sevilla, sIgo con eso en la cabeza. Espero ir. Besos

      Eliminar
  18. Me ha llamado la atención leer ese....
    Ojalá siempre esté tan despierta para....
    Mi niña tu estas despierta, imposible que te entre sueño, vamos ni aun queriendo.
    Los pastelitos los tengo guardados en una carpeta a la que llamo "pequeñas delicias" Gracias Viena.
    Un abrazo dulce y tierno como tu receta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojalá Fe, ojalá tengas razón y siempre la disfrute así. Las personas, todas las personas, son tan especiales, tan mágicas, que basta pararse un poquito sobre ellas para sentirse impregnado. Imagínate si encima son nuestros hijos.
      Un besito con mucho cariño Fe-í*ká

      Eliminar
  19. Hola Viena. Esta receta por acá se usa mucho, a mi me encanta. Pero lo que no se ve muy seguido es quien escriba tan lindo como lo haces tu, me fascina leerte!
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Prieta, muchas gracias por tus palabras. Un beso grande.

      Eliminar
  20. Viena, qué anécdota tan bonita, me encanta su lista, la verdad, muy sabia.
    EL postre, qué delicia, me encanta esa apariencia húmeda de los bordes.
    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claudia, es verdad que era una lista sabia, me hacía tanta gracia que quisiera aprender a usar las llaves, por ejemplo, cuando sus manecitas de cinco años no tenían la destreza para saber lo que tenían que hacer. Hoy tiene ya 14 años, fíjate, su lista ha cambiado, pero sigue teniendo una lista muy sabia, es una niña curiosa y con gran capacidad de aprender. Algún día escribiremos sobre sus urgencias de hoy.
      Un beso y gracias por venir por aquí.

      Eliminar
  21. Hola Puri, soy Alejandra. Hace dos años fui alumna tuya, hasta un mes antes de tener a mi hijo Marcos. Ahora me falta una semana para salir de cuentas y traerle un hermanito y será por eso que estoy sensible y me has sacado una lágrima con tu escrito :) me ha encantado y pienso anotarme todas esas anécdotas para poder contárselas a mis hijos fielmente cuando se hagan mayores. Esta receta la voy a intentar en cuanto pueda porque se ve deliciosa, ya veremos lo que me sale. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Alejandra, me acuerdo perfectamente de ti y de tu bebé Marcos, cuando me enviaste su foto. Mi enhorabuena porque de nuevo vas a ser mamá, seguro que estáis muy felices. Disfruta mucho de ellos, son tan pequeños, tan bonitos, tan ricos por dentro, que es imposible no quedar fascinados con sus cosas.
      Un beso grande y espero que todo vaya muy bien en el parto.
      Cuéntame cuando puedas vale?

      Eliminar

Publicar un comentario