Pues sí, dicen que a falta de panes, buenas son tortas, frasecita que tiene lo suyo por otra parte y que lo mismo te puede llevar a llorar por los rincones, que a levantarte de la silla de un respingo.
A mí me gusta la segunda opción. Así que en pleno confinamiento, con la mitad del personal en cuarentena, trabajando desde casa sin salir durante muchos días y un poco ya cansada, les dije a mis personas especiales: Vamos a hacer un picnic. (Cocinillas, va por vosotros)
Y he aquí que dando ejemplo, nos fuimos de picnic al huerto, a unos pocos metros, sí, pero no veáis lo bien que sienta esa cervecita al sol y esa “incomodidad” intrínseca del picnic, con su poquito de tierra, el aire que cambia y vuela las servilletas o el humo que va a su bola y te impregna de olor a troglodita.
¡Me encanta!
Mientras se asaban los capellanes al fuego de una hoguera, cortaba yo la verdura y el embutido para las migas, unas buenas migas en el campo.
Vamos allá:
Ingredientes para 4/5 personas:
100ml. Aceite de oliva virgen extraUn manojo de ajos tiernos
Tres o cuatro alcachofas
5 o 6 dientes de ajo
Medio pimiento rojo
Un trozo de jamón o tocino
Salchichas rojas, blancas, chorizo, blanquito…Al gusto
Melón uvas o la fruta que nos guste o se tenga
Medio kilo de harina de trigo
Sal
Usaremos una gazpachera o sartén grande
Y nos vamos para el huerto y empezamos con la preparación.
Las morcillas no las pusimos con las migas, sino que las hicimos aparte y nos las tomamos con unas rebanaditas de pan, que sabían a gloria como aperitivo.
También preparamos la harina en un bol y le añadimos un
puñadito de sal y agua, poco a poco, removiendo bien, hasta formar una gacha
ligera.
Y vamos al lio: Colocamos una gazpachera en el fuego, con un fondo de aceite.
Echamos los ajos que no estarán pelados, solamente con un
corte. Freímos un poco y retiramos a un plato.
En el mismo aceite, añadimos el
resto de verdura: ajos tiernos, pimiento y alcachofas.
Cuando está todo hecho, retiramos a un plato y seguimos en el mismo aceite, friendo ahora los embutidos. Igualmente, cuando esté hecho, se retira y se reserva.
Finalmente, en la sartén, con el aceite que tenemos con todos los sabores de los ingredientes que hemos hecho, echamos la gacha de harina.
No os asustéis por el aceite, al
principio no se mezcla bien con la harina, pero enseguida se va a integrar todo
y no es mucho. Las migas no son una preparación para sufrir con la grasa ¿Eh?
A partir de aquí, lo que hay que
hacer es mover, dando la vuelta a la gacha y “cortar” una y otra vez, con una o dos palas
y hasta que la miga se vaya formando y secando. Es una preparación ideal para
hacer entre varios, turnándose y repartiendo el trabajo.
La textura final será a vuestro
gusto, pero la miga debe estar suelta, cuanto más suelta, más cocida estará la
harina y mejor estarán las migas.
Y listo. Ahora mezclamos con el
resto de ingredientes que teníamos reservado y le damos una última vuelta para
que se mantenga todo caliente.
Y entonces van las palabras mágicas: A comeeeeerrrr
En un plato aparte, pondremos los trozos de fruta, que tienen una finalidad muy importante: por un lado suavizar la contundencia de las migas con embutido y por otro, contrastar con su dulce sabor, dejando unas sensaciones fabulosas en boca.
Normalmente las acompaño con melón, pero como no teníamos,
trozos de manzana y pera, con piel y todo, nos han servido muy, pero que muy
bien.
¡Qué maravilla, Viena, qué maravilla! "...o el humo, que va a su bola y te impregna de olor a troglodita", ja ja ja... qué bueno. Maldita pandemia, no podrás con nosotras mientras Sabores de Viena resista y contraataque.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, y gracias por todo.
Has estado rápido Loam jajaja ¿Te ha llegado el humo o el olor a las migas?
ResponderEliminarGracias a ti, siempre, por venir y dejarme tu comentario, tan bienvenido.
Un abrazo.
Acabo de ver un vídeo que tengo que compartir contigo, sí o sí. Creo que te va a encantar. Y no te digo más.
EliminarEste es el enlace: https://youtu.be/RIdk5bXCELg
Me ha encantado, efectivamente, es totalmente como yo lo veo también. Gracias Loam
EliminarUn abrazo
¡Migas! ¡Qué recuerdos de infancia! Las hacía mi abuela, pero usaba pan duro que remojaba durante una noche. En la sartén ponía los ajos enteros y una ñora. Añadía el pan esmigao a mano y lo cortaba como tú, con la freidora, dale que te pego, dale que te pego hasta que tenía la misma pinta que el de tu foto. Luego se comían a)con chocolate o b) con uvas. M relamo solo de acordarme.
ResponderEliminarUn beso
Querido Sorokin, seguro que eran magníficas esas migas. Yo también las hago con pan algunas veces, creo que en el blog tengo unas con pan y chocolate, por cierto, pero como postre, una maravilla.
EliminarGracias por pasar por aquí.
Un abrazo.